Hay dos extremos en la multimillonaria industria de las dietas.
Por un lado, tenemos un grupo vendiendo productos que te prometen perder peso fácil y rápido.
Por otro lado, tenemos un grupo diciendo que las dietas son el demonio, que nunca funcionan y que pueden llevarte a ganar más peso.
¿Quién tiene razón?
¿Realmente funcionan las dietas?
¡Vamos al lío!
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¿Las dietas no funcionan?
Últimamente el mundo anda un poco polarizado ¿No crees?
Cada uno se dedica a defender su posición de forma vehemente.
En el mundo del fitness/dietas/salud no es diferente. Hoy en día podemos encontrar dos opciones fuertemente marcadas y opuestas.
Por un lado están los gurús que en base de su experiencia personal dicen que determinada dieta (la vegetariana, la pescariana, keto, paleo, antiinflamatoria, disociativa, fodmap, rad, macrobiótica, real fooder) y rutina de ejercicio (cardio, fuerza, pesas, calistenia, HIIT, funcional, gimnásticos, movilidad) funciona.
Si eres un tío seguramente habrás visto el gurú de Aliexpress de Llados Fitness (Panza, panza, mileurista)
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Por otro lado, están las personas que afirman que las dietas no funcionan en ningún caso y bajo ningún CONTEXTO (lo pongo en mayúscula porque es una palabra clave en psicología).
Esta última postura te tranquilizará, reconfortará, te quitará presión si estás cansada de hacer dietas y quieres dejarlo.
Y (spoiler alert) muchas personas quieren dejar de hacer dieta.
Pero mirar hacia otro lado no sirve para nada, sobre todo si lo que quieres en el fondo es perder peso.
¿Vale y qué hago si las dietas no funcionan?
No tan rápido.
Nadie puede afirmar con rotundidad que todas las dietas, en todas partes, fallan.
Hay estudios científicos indican que muchas personas pueden perder peso y mantenerlo en el largo plazo.
Si alguien te dice que las dietas no funcionan bajo ningún contexto es porque, probablemente, está intentando hacerte sentir mejor.
Para no hacerte daño.
Eso está bien, no lo juzgo, solo quiero decirte que ese ser querido no te está dando la información correcta.
Ojo, no te estoy diciendo que ponerse a dieta sea fácil. Tampoco te estoy diciendo que debes seguir una dieta de deprivación.
Eso de la polarización prefiero dejarlo para políticos y gurús.
De hecho, la palabra dieta se ha convertido en un término tan manido que es imposible mencionarla sin generar alguna reacción emocional fuerte.
Así que es esencial que empecemos desde el principio.
Definamos qué entendemos por dieta.
¿Qué es una dieta saludable?
Antes de entrar en materia quiero decirte que no apoyo ni creo en las dietas radicales, no saludables e insostenibles como una herramienta para hacer cambios a largo plazo, que son los que nos interesan.
Sí apoyamos el concepto de dieta, pero en el sentido tradicional del término.
Según la Real Academia de la Lengua Española:
Nos vamos a quedar con “Conjunto de sustancias que regularmente se ingieren como alimento”
La comida que tiendes a comer de forma continuada.
Por lo tanto, al menos que dejemos de comer para siempre, siempre seguiremos algún tipo de dieta.
Esta puede ser alta en grasas, baja en azúcar, porciones grandes, baja en grasa, baja en azúcar, pocas porciones, vegana o comida basura, alta en proteína, baja en carbohidratos, mediterránea u cualquiera de los 50.343 otros tipos de dietas que existen.
Pero el punto es, mientras que estemos comiendo comida, estamos siguiendo una dieta.
Así que la pregunta inteligente no es “¿Las dietas funcionan o no?”
La pregunta realmente interesante es
¿La dieta que actualmente tengo contribuye positivamente a mi bienestar y salud?
O mejor aún ¿La dieta que actualmente tengo cme ayuda a vivir la vida que quiero vivir? ¿Me ayuda a vivir una vida rica y significativa en funcion a mis valores?
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Todos los programas de pérdida de peso te piden que seas consciente de tus elecciones sobre:
Qué alimentos comes
Qué cantidad de estos alimentos comes
Incluso esos programas autoproclamados anti-dieta.
Y en este sentido yo no voy a traerte nada nuevo.
De hecho, aumentar tu habilidad de elegir conscientemente qué y cuánto comer puede ser una herramienta potente para ayudarte a vivir la vida que quieres vivir.
Ahora es normal que te preguntes: “Entonces ¿de qué me estás hablando? Si voy a tener que ver qué cómo y cuánto ¿qué te diferencia de los demás?”
Ahora lo verás.
¿Qué hacer cuando las dietas no funcionan?
Si me dieran un euro cada vez que escucho esta frase:
“He hecho la dieta XYZ y no me ha funcionado”
Estaría ahora mismo tomando coco locos en el Caribe en vez de estar sudando la gota gorda en Córdoba.
Y es que Córdoba es preciosa, pero tiene unos meses en donde tu atuendo para estar en casa se reduce a la ropa interior.
La frase anterior no me sorprendería si siempre hablaran de una dieta en específico.
Imaginemos por un momento que la dieta vegana es una mielda y no funciona.
jejeje que no, que es broma.
No me extrañaría si hablaran de la dieta de la piña, que esta sí que es una mielda.
Pero lo he escuchado con todo tipo de dietas: la vegetariana, la pescariana, keto, paleo, antiinflamatoria, disociativa, fodmap, rad, macrobiótica
Hasta de la real fooder (que no deja de ser comer lo que comía tu abuela pero con un nombre mu shulo).
Si estás aquí es bastante probable que hayas probado con más de una.
Algunas incluso antagónicas.
Conozco personas que han pasado de ser 100% veganas a la dieta cetogénica con un alto consumo en proteínas y grasas animales.
Para después abandonarlas
Y volver al mismo punto.
¿Al punto de partida?
No.
Peor.
Porque acumulas una sensación de fracaso.
Unos cuantos kilos de más o de menos (que en algunos casos es un problema bastante serio).
En los casos más extremos, incluso problemas de salud o mentales (trastornos de la conducta alimentaria).
Mi respuesta es siempre la misma: no te des por vencida.
Con esto no quiero decir que pruebes otra dieta.
Si no que cambies totalmente el enfoque.
El problema no eres tú, es el sistema que sigues.
Es más, el problema no es el tipo de dieta que sigues.
El problema son las dietas en sí misma y toda la mentalidad/psicología barata que está detrás de ellas.
Todas suelen ofrecer pautas que (en la gran mayoría de los casos) son insostenibles.
No hay flexibilidad.
No hay decisión.
Solo órdenes estrictas.
Si no las cumples… la culpa es siempre tuya porque:
Q
No estás motivada
Q
No tienes fuerza de voluntad
Q
No te comprometes realmente con lo que quieres
Q
No las has aplicado 100% a rajatabla
Y tú te lo crees.
Te crees que eres vaga, que no tienes fuerza de voluntad ni disciplina.
Pero no es así.
Por eso te animo a que no te des por vencida y pruebes algo diferente.
Algo que te ayude a entender por qué hay una brecha psicológica entre lo que quieres hacer y lo que realmente haces.
Una información que probablemente no hayas escuchado hasta ahora y que te ayude a entender por qué y para qué haces lo que haces.
Un sistema que te ayude a movilizar tus recursos y ayudarte a resolver tu problema con la báscula.
Una guía paso a paso para entender cómo funciona tu mente y que además te servirá no solo para perder peso y mantenerlo, sino que podrás aplicar en otros campos de tu vida.
En mi opinión, la mejor manera de dar un cambio es con la Terapia de Aceptación y Compromiso.
De todo esto hablo en mi newsletter.
Además si te suscribes te llevaras un mini e-book para que aprendas a identificar las excusas de tu mente.
¡ME APUNTO!
Si la información que te presento hace un clic en tu mente, tienes muchísimas opciones de librarte del ciclo eterno de las dietas.
Lo mismo, después de leer la newsletter decides que la Terapia de Aceptación y Compromiso no es no es para ti.
(Emoji de encogerse de hombros)
Sobre todo, sobre todo: No dejes de buscar y enfócate en la solución en lugar del problema.
He observado repetidamente que cuando una persona busca algo, termina encontrándolo.
Lo mismo sucede cuando un aprendiz está preparado, encuentra a su maestro.
No te des por vencida.
Estoy segura de que hay esperanza para ti.
Si quieres probar algo diferente
¡Quiero Probar!
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