El cáncer ya era la enfermedad más temida, antes incluso del sida, debido a su alto índice de mortalidad y al propio desconocimiento de cómo es su proceso, tanto de curación como de génesis; y, sobre todo, el que causa más incertidumbre. Las grandes preguntas son: ¿por qué se produce?, ¿dónde empieza el cáncer? ¿qué es lo que hace que unas células que hasta el momento se han duplicado de una forma normal y coherente de pronto empiecen a multiplicarse de forma descontrolada y letal?
Respecto al tema, alguna luz empezó a verse en 1931, cuando el Dr. Otto Heincich Warburg llegó a la conclusión de que el cáncer es la consecuencia de una alimentación y un estilo de vida antifisiológico. De hecho, por este trabajo, el Dr. Heinrich recibió el premio Nobel de medicina y fisiología ese mismo año. Él estudió el proceso de fermentación celular al entrar en procesos anaeróbicos o de falta de oxigeno, y dado que un ambiente sin oxígeno se vuelve ácido, es en este entorno dónde surgen las células cancerosas.
¿Quiere decir esto que aquellas personas que llevan una dieta sana y un estilo de vida saludable estarán libres de cáncer?
No seré yo quien me atreva a asegurar tal cosa, pero por lo que sí apuesto es por las evidencias existentes. Muchísimos estudios avalan que se podrían evitar un alto porcentaje de cánceres, básicamente, con una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable. Sin embargo, observo, algo confundida, como la comunidad médica y la sociedad en general sigue apostando por tratamientos altamente agresivos para el organismo y agotadores para la mente y la autoestima de las personas que lo sufren.
En la tesis del Dr. Heinrich se habla de la imposibilidad de que una célula cancerosa pueda vivir en un ambiente con oxigeno y, por el contrario, su gran capacidad de alimentarse de la glucosa. Una célula tumoral es capaz de metabolizar hasta 10 veces más moléculas de glucosa en la unidad de tiempo que una célula sana.
Dado que el cáncer tiene un origen multifactorial, en este post vamos a tratar de prevenir y mejorar los procesos cancerígenos con aquella medicina más accesible, inocua y al alcance de todos los bolsillos: una alimentación saludable y ejercicio regular al aire libre. Está demostrado que el ejercicio oxigena el organismo y el sedentarismo lo desgasta.
Estudios realizados sobre grupos de personas vegetarianas demuestran que tienen menor incidencia de cáncer en general y de algunos de ellos en concreto, y esto no se debe, únicamente, a la exclusión de la carne de su dieta, sino a que incluyen en su alimentación más variedad y cantidad de alimentos vegetales, portadores de fibra y antioxidantes que previenen el cáncer.
Por el contrario, dietas ricas en grasa tienen efectos cancerígenos, sobre todo en sus inicios, ya que en este nivel las células tumorales utilizan la grasa como fuente de energía. Por otra parte, hay hormonas que se producen a través de las grasas: si hay más cantidad de grasa, la producción de esta hormona también será mayor, de modo que se producirá un desequilibrio hormonal importante que a su vez puede alterar células sobre las que estas hormonas actúan.
Alimentos a evitar
A continuación os doy una lista de los alimentos que se deben de consumir lo mínimo posible si queremos prevenir el cáncer:
Azúcar
Carne roja
Carne chamuscada (crea compuestos químicos llamados aminas heterocíclicas o AHC e hidrocarburos aromáticos policíclicos que pueden resultar cancerígenos)
Embutidos
Leche
Tabaco
Alcohol
Harinas refinadas
Bollería industrial
Comida precocinada
Alimentos que contengan conservantes, colorantes, estabilizantes, etc
Alimentos en salazón o ahumados
Sal
Alimentos recomendados
Por otro lado, hay otro grupo de alimentos que sí nos ayudarán a prevenir afecciones cancerígenas:
Agua
Frutas y verduras frescas
Vegetales crucíferos contienen compuestos químicos conocidos como glucosinolatos con efectos anticancerígenos (por ejemplo, col, coliflor o brócolí)
Fruta y verdura rica en vitamina C (cítricos, pimientos, kiwi, col de bruselas, fresas, acerolas, frutos rojos, papaya,etc.)
Frutas ricas en antioxidantes como betacaroteno, lipoceno, selenio y vitamina A y E (frutos rojos, tomate, ajo, zanahoria, té verde, orejones, mango, avocado, nueces…)
Frutos secos
Semillas
Legumbres
Cereales integrales
Ya que existen muchos artículos que hablan de la necesidad de suplementos vitamínicos para reducir el riesgo de cáncer, resulta importante para mí indicar que, según el Instituto Nacional del Cáncer: no hay pruebas suficientes como para demostrar que el consumo de complementos multivitamínicos o de minerales o vitaminas puedan prevenir el cáncer. Pero también afirma que los hombres que han tenido cáncer en el pasado y toman diariamente un multivitamínico pueden tener una ligera disminución del riesgo de un segundo cáncer.
¿Cuáles son los factores de riesgo de sufrir cáncer segundo el Instituto Nacional del Cáncer?
Como he comentado más arriba, la alimentación no es el única causa que provoca cáncer, existen otras muchas circunstancias que pueden influir en la enfermedad:
Factores que aumentan el riesgo de cáncer
Consumo de cigarrillos y tabaquismo
Infecciones (virus, bacterias…)
Radiación (ultravioleta o ionizante)
Medicinas inmunodepresoras Factores que pueden afectar el riesgo de cáncer
Alimentación
Alcohol
Actividad física
Obesidad
Diabetes
Factores ambientales de riesgo (exposición a sustancias químicas y a otras sustancia presentes en el medio ambiente) Espero que este post os haya servido de ayuda, si queréis más información, podéis consultar la página web del Intituto Nacional del Cáncer (NIH).