Urgencia. La conveniencia de las comidas rápidas de hoy, se han vuelto aceptables para muchos simplemente porque “no tenemos más tiempo”. Y cuando comemos, comemos apresurado y sólo comemos para acabar de una vez.
No comer el desayuno. Te sorprenderás al saber cuántas mujeres se saltan el desayuno. Es nada menos que una de cada tres mujeres con niños que trabajan, simplemente porque no tienen el tiempo suficiente para tener un desayuno decente. Luego se mueren de hambre y comen demasiado, lo que afecta su sistema digestivo por la noche.
Comer demasiado tarde. Esto reta la capacidad de nuestro sistema digestivo para romper adecuadamente y absorber nuestras comidas. Comemos en un momento en que nuestro cuerpo se prepara para descansar por la noche.
Demasiados estimulantes. Muchas personas confían en el té, el café y las bebidas con cafeína, mientras que otros se basan en las bebidas alcohólicas. Estos estimulantes y depresores pueden causar estragos en nuestros sistemas nervioso y digestivo. Terminamos quedando atrapados en una situación sin salida de la fatiga y energía.
La multitarea. Un poco similar a la urgencia del tiempo, este término era algo inaudito cuando crecí en los años sesenta, hoy es visto como la norma si se puede completar varios trabajos a la vez. Con la economía mundial en crisis financiera, las empresas están reduciendo y colocando más presión y carga de trabajo en sus empleados existentes. El resultado, un menor número de personal que debe aumentar su rendimiento en el trabajo y todavía obtener el mismo salario. ¿El resultado final? Las personas tienen menos tiempo para el almuerzo o descansos del té, o trabajan sobre sus horas de almuerzo, llegan a casa más tarde y más estresados. Los profesores son un buen ejemplo aquí, sólo preguntele a uno.
Lo que puedes hacer
Algunas recomendaciones de estilo de vida para el tratamiento de personas con estrés o agotamiento incluyen ejercicios de relajación regular, yoga, tai chi, meditación, masajes, natación y caminatas.
“No habrá una verdadera curación a menos que exista un cambio de perspectiva, tranquilidad y felicidad interior” Dr. Edward Bach, 1936.
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