No hay duda de que los seres humanos hemos estado viviendo con los hongos desde que estamos en esta Tierra. Por esa razón, nuestros cuerpos se han desarrollado sistemas de defensa naturales para prevenir los brotes infecciosos. Cuando esas defensas se rompen o se altera el equilibrio químico, el hongo inofensivo que vive en y sobre nuestro cuerpo puede cambiar a su fase infecciosa y causarnos todo tipo de miserias. En cierto modo, una infección por hongos es siempre un síntoma de que algo ha ido mal.
Las tres principales causas de una infección por hongos son:
1. El equilibrio entre levaduras y bacterias en su cuerpo. Por ejemplo, si tus bacterias “buenas” son destruidas por los antibióticos, la población del hongo puede crecer fuera de control. Una dieta con alto contenido de azúcar y la harina blanca puede causar la misma cosa. Las bacterias beneficiosas son la primera línea de defensa del cuerpo, así que cualquier cosa que altere este equilibrio puede alentar un explosivo de la población del hongo.
2. La salud de tu sistema inmunológico. La segunda línea de defensa es el sistema inmunológico del cuerpo. Este sistema puede ser dañado por viruses y otras enfermedades, y por el estilo de vida, como comer una dieta que no le proporciona a tu cuerpo una nutrición suficiente para mantenerse saludable. Algunos tratamientos médicos, como la quimioterapia para el cáncer y los corticosteroides para la artritis reumatoide, pueden suprimir el sistema inmune. Cuando el sistema inmunológico no es saludable, se puede producir una infección por hongos.
3. Tu equilibrio hormonal. La mayoría de las veces, el hongo es inofensivo. Sin embargo, ciertos cambios químicos pueden causar que se transforme en su forma infecciosa. Algunas cosas que cambian nuestra química interna son los medicamentos hormonales, como las píldoras anticonceptivas, y ciertas enfermedades, como la diabetes y la disfunción de la tiroides.
Si tienes una población de hongos que sea menos propensa a sufrir de una infección. Y si tu sistema inmunológico es fuerte y tu cuerpo está sano, la población de hongos que sí tenemos es improbable que se convierta en infecciosa.
Ninguno de nosotros tiene un control total sobre nuestra salud así que no hay manera de garantizar que nunca tendrás otra infección por hongos. Sin embargo, hay ciertas cosas que puedes hacer para mejorar tus probabilidades, mediante la reducción de las causas de infección por hongos que pueden desencadenar un crecimiento excesivo de la Candida albicans.
Si padeces de infecciones por hongos con frecuencia y tu médico te ha asegurado que no tienes una condición subyacente, como la diabetes, una disfunción de la tiroides, o un sistema inmune debilitado, tendrás que prestar mucha atención a las cosas que pueden estar desencadenando tus infecciones.
Mantén un diario por un tiempo, y anota cualquier cosa que puedas estar haciendo o experimentando justo antes del ardor y picazón. Este conocimiento puede ser la clave para prevenir futuras infecciones.
Las cuatro causas más comunes de infección por hongos son el embarazo (causa cambios hormonales), el uso de antibióticos (cambia el hongo/equilibrio bacteriano), la diabetes, (causa cambios hormonales), y el uso de medicamentos corticosteroides (altera el sistema inmunológico).