Se pueden pasar meses o más tratando de controlar el malestar. El riesgo de vivir en silencio es que el problema empeore y la persona sienta desesperanza por su futuro o inicie la ideación suicida.
En esta ocasión te comparto puntos importantes para detectar y atender este problema a tiempo.
1. Tener un estado de ánimo irritable o abatido, deseos de llorar o episodios de llanto. Tener pensamientos derrotistas constantes, intensos y de desesperanza. Todos estos síntomas durante más de 6 meses sin mejora.
2. No tener deseos de hacer las cosas que antes te gustaban por falta de energía o ánimo todos los días y no mejora con descansos. Cambios en el apetito, sueño y conducta sexual tan intensos que te generan malestar a ti y a quienes te rodean. Esto igual todos los días.
3. Sentimientos de desvalorización o de culpa excesiva o inapropiada (que pueden ser delirantes) casi todos los días (no simplemente autorreproches o culpa por estar enfermo).
4. Problemas de concentración, problemas físicos que no se resuelven con tratamiento médico o no hay una causa física que las origine.
5. Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor de morir), ideación suicida recurrente sin plan específi co o un intento de suicidio o un plan de suicidio específi co.
Existen otros trastornos del estado de ánimo, lo importante es que no vivamos en silencio y pedir ayuda profesional lo más rápido posible. Si conoces a alguien con este problema, que notas que tiene problemas en su trabajo, escuela, que se muestra muy irritable, o desanimado, hay que orientarle para que busque apoyo sin juzgarle por sus síntomas, y sin miedo a preguntar sobre los pensamientos suicidas. Sea depresión u otro trastorno psicológico más grave, la diferencia está en actuar a tiempo. No dudes en consultar al respecto.