¿Cómo se relacionan el trabajo y la depresión?
La depresión siempre ha sido concebida como un estado de tristeza psicológica ocasionada por el estado emocional de la persona, casi siempre fuera del ámbito laboral, tendencia que actualmente está cambiando.
Existen motivos de depresión tanto para la persona que no trabaja como para muchos que trabajan ¿Pero en las condiciones adecuadas?
Muchas personas trabajan bajo condiciones laborales ínfimas, sueldos bajos, infinidad de horas de trabajo, presión por resultados, maltrato por parte de sus compañeros,etc?
Todos estos factores y más pueden ocasionar depresión en alguien que no se siente cómodo en su puesto de trabajo actual y cuya felicidad se ve seriamente amenazada sino realiza un cambio en su vida.
Hay que dejar de lado el tópico de que una persona con trabajo es una persona feliz, porque aunque puede parecer que esa persona se pueda sentir realizada, puede que esté pasando un autentico calvario. Los síntomas de depresión pueden estar directamente relacionados con el trabajo.
¿Quién tiene la culpa? ¿La persona o el trabajo?
Es tan importante el tipo de trabajo, como la forma de afrontarlo.
La psicología y la mente son temas muy complejos, por ello a veces nos pueden llevar a caer en un estado de depresión aún cuando no haya motivos evidente de ello.
Es cierto que las condiciones de trabajo y el ambiente que se respire en el mismo es muy importante, pero debemos de saber enfocar de manera correcta la situación para poder salir de la depresión.
Hay situaciones laborales difíciles que tal vez únicamente requieren de nuestro esfuerzo y de nuestras ganas por triunfar, pero hay que saber donde está el límite y hasta cuanto estamos dispuestos a llegar a pagar por ello.
Forzar una mala situación laboral hasta el límite puede llegar a ocasionar graves problemas emocionales en la persona, y secuelas psicológicas graves.
Consejos para no llegar a una depresión por culpa del trabajo
Vamos a dejar algunos consejos sobre como afrontar una actividad laboral:
Hay que ser positivos: Nuestra actitud siempre debe ser positiva y de predisposición, no debemos de ser impulsivos cuando las cosas empiezan a ir mal, mejor pensar en frio y analizar cual es nuestra situación antes de decidir si sentirnos mal o bien.
Nuestro estado psicológico actual puede estar difuminando la situación actual en el trabajo, por ello a veces es mejor adoptar una actitud positiva y esperar.
Hay que controlar la ambición: No es más quien más tiene, sino quien menos necesita. Existen personas que ambicionan mucho más de lo que realmente necesitan y su frustración les puede llevar a estados depresivos permanentes y estrés, por ello, debemos saber cuanto necesitamos económicamente y satisfacer nuestras necesidades sin ansiar optar a más.
Saber decir adiós: A veces nos empeñamos en seguir en un trabajo que sabemos a ciencia cierta que no nos hace felices y alargamos la situación hasta límites insospechados. A veces es mejor decir adiós a un trabajo porque puede que estemos perdiendo una oportunidad laboral mejor.
Tampoco hay que precipitarse puesto que si contamos con un puesto de trabajo con muchas ventajas, puede que no encontremos un puesto de trabajo mejor, sino que terminemos echando de menos a nuestro anterior empleo.
Saber desconectar del trabajo: Es importante poder disfrutar de nuestros momentos de ocio en familia y con amigos, para ello, es indispensable poder desconectar totalmente de las tareas de trabajo. De lo contrario, nuestra cabeza no se relaja en ningún momento y puede llevar a depresiones y estados de ánimo negativos a medio y largo plazo.
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