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¿Existe la felicidad? ¿Qué es para ti ser feliz? ¿Eres feliz? Estas preguntas se las ha hecho el ser humano desde tiempos inmemoriales y diferentes ramas del conocimiento como la filosofía y la psicología han tratado de dar una respuesta y buscar las claves de la auténtica felicidad.
En ocasiones se asocia la felicidad con el dinero, con el éxito profesional o con la juventud, pero quizás las cosas que te hacen feliz sean mucho más sencillas, como compartir tiempo con tus hijos, pasear y hablar con tus amigos o sentarte a escuchar las olas del mar en la playa.
La auténtica felicidad y la psicología positiva
Martin Seligman, creador de la rama de la psicología denominada psicología positiva, estudió durante muchos años los síntomas de la depresión en diversos pacientes, pero llegó un momento en el que decidió investigar qué hacen y qué sienten las personas felices, para poder enseñar esos pensamientos a otras personas.
“Dale a cada día la oportunidad de ser el mejor día de tu vida.”
Seligman escribió “La auténtica felicidad” en la que diferencia tres componentes de la felicidad:
Una vida placentera, en relación a los placeres sensoriales.
El compromiso. Se refiere al grado de compenetración con la pareja, el trabajo, la familia o los hobbies.
Una vida con sentido. Hace referencia a la sensación de transcendencia de nuestra vida, a la vinculación con algo que es más grande que nosotros.
¿Se puede aprender a ser feliz?
En la Universidad de Harvard en Estados Unidos hace años que los estudiantes de Psicología asisten a clases de una asignatura para aprender a ser felices.
El profesor israelí Tal Ben-Shabar, precursor de la psicología positiva, sostiene que la felicidad se puede aprender igual que se aprende a jugar al golf o a esquiar. Como todos, el aprendizaje relativo a la felicidad requiere técnica y práctica.
“La felicidad está dentro de uno, no al lado de alguien.”
-John Lennon-
Entre las claves que enseña el profesor Tal Ben-Shabar para ser feliz, destacamos las siguientes:
Da las gracias siempre. En ocasiones hay cosas que damos por hechas y no agradecemos. Es importante, sin embargo, dar las gracias siempre, no importa si se trata de cosas grandes o pequeñas: sonríe y agradece.
Enfócate en una cosa cada vez. Tanto en la vida personal como en la profesional debemos tender a concentrarnos en una cosa cada vez y no tratar de hacer miles de cosas al mismo tiempo.
Si estás trabajando y necesitas concentrarte en una tarea, apaga el móvil, cierra el correo y enfócate en lo que estás haciendo.
Acepta tus emociones negativas. No podemos olvidar que somos humanos y como tales tenemos tanto emociones positivas como negativas. Si aprendemos a aceptar las emociones negativas las gestionaremos mejor y disfrutaremos más de la alegría.
“La felicidad no es mi destino, es la actitud con la que viajo por la vida”
Haz deporte. La práctica del deporte hace que nuestro cerebro segregue endorfinas por lo que realizar una actividad suave como caminar rápido cada día unos treinta minutos, nos ayudará a sentirnos mejor.
Aprende a hacer meditación. La meditación tiene que ver con el mundo espiritual y ayuda a controlar el estrés y la ansiedad y nos permite afrontar mejor los problemas y los malos momentos que se generan a lo largo de nuestra vida.
Practica la resiliencia. La resiliencia se refiere a la capacidad de una persona para enfrentarse a situaciones complicadas o traumáticas en su vida, aprender y salir fortalecido y con mayores recursos para vivir con auténtica felicidad.
Con esta interesante información motívate, crece, no te rindas y encontrarás la auténtica felicidad.
Pero recuerdo esto y nunca lo olvides: la auténtica felicidad no reside todo en lo material, sino en aquellos pequeños detalles que marcan la diferencia en tu vida.
¿Has alcanzado la auténtica felicidad? Cuéntanos tu historia.
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