¿Qué causa el flujo vaginal en el embarazo?
Tu cuerpo se transforma en muchos aspectos cuando estás embarazada y el aumento del flujo vaginal es sólo uno de los no tan divertidos cambios. Si la descarga vaginal se mantiene de color claro o blanco, sin olor, se considera normal y es una señal de que la vagina está saludable. Pero a veces el exceso de descarga indica una infección, que probablemente se haya producido por una alteración en el equilibrio natural de las bacterias que viven en la vagina. Las cuatro infecciones vaginales que generalmente pueden afectar a las mujeres embarazadas son: la vaginosis bacteriana (VB), las infecciones por hongos, los estreptococos del grupo B (EGB) y la tricomoniasis. La buena noticia es que cuando las infecciones vaginales son diagnosticadas a tiempo son fáciles de tratar y curar. La parte difícil es diferenciar entre la descarga vaginal normal y la descarga que indica una infección real. Aquí te desglosamos las causas de cada infección, los síntomas, los tratamientos y algunos consejos de prevención.
Flujo vaginal durante el embarazo: ¿Cuándo preocuparse?
Vaginosis bacteriana (VB)
Aproximadamente 1 de cada 5 mujeres embarazadas desarrollarán esta condición, según los Institutos Nacionales de Salud. La vaginosis bacteriana se produce cuando hay un crecimiento excesivo de las bacterias que viven naturalmente en la vagina, lo cual, en el embarazo, puede ser influenciado por los cambios hormonales. Si se deja sin tratamiento, los síntomas persisten y el bebé puede nacer de forma prematura o tener un bajo peso al nacer. (En las mujeres que no están embarazadas, la VB puede llevar a la enfermedad inflamatoria pélvica, que puede causar infertilidad o daños a las trompas de Falopio.) La vaginosis bacteriana se puede diagnosticar con un cultivo vaginal sencillo.
Síntomas:
Descarga vaginal fina, de color blanco grisáceo y con olor a pescado
Dolor al orinar
Comezón alrededor de la vagina
Tratamiento:
A veces esta condición desaparece por sí sola. Si la mujer está en su primer trimestre de embarazo, el médico puede esperar hasta su segundo trimestre para tratarla. Un curso de antibióticos, por lo general metronidazol o clindamicina, casi siempre es la solución.
Prevención:
No usar ropa interior o trajes de baño sudorosos. Se recomienda usar ropa interior de algodón limpia después que haya terminado de nadar o hacer ejercicios.
Usar ropa cómoda o de algodón, que permita la circulación del aire. Evitar los pantimedias o pantalones apretados, porque pueden provocar el sudor que es propicio para las bacterias.
Dormir sin ropa interior, ya que esto puede reducir el riesgo de infecciones.
Limpiarse de adelante hacia atrás cuando vaya al baño. Esto evitará que las bacterias se extiendan desde el ano a la vagina.
Evitar los aceites de baño, porque pueden atrapar bacterias.
Infección por levaduras
Una infección por levaduras generalmente es causada por un crecimiento excesivo de Candida albicans, un hongo que vive de forma natural en la vagina. Durante el embarazo, el aumento de los niveles de estrógeno y de progesterona ayuda a crear el ambiente idóneo para que las levaduras prosperen. Otras causas de las infecciones por hongos incluyen el consumo de antibióticos y las propias relaciones sexuales, ya que pueden alterar el pH natural de la vagina. El médico puede diagnosticar una infección por levaduras con un cultivo vaginal muy sencillo.
Síntomas:
Dolor y picazón en la vagina
Enrojecimiento e inflamación de la vagina y los labios
Flujo vaginal grueso, de color blanquecino-amarillo, con aspecto similar al queso cottage. Puede o no tener olor fuerte.
Dolor o molestias durante las relaciones sexuales
Ardor al orinar
Tratamiento:
Se pueden emplear cremas u óvulos vaginales, así como medicamentos antimicóticos orales.
Prevención:
Usar ropa interior de algodón, para favorecer la circulación del aire y la absorción de humedad.
Dormir sin ropa interior, ya que puede reducir el riesgo de infecciones.
Mantenerse bien hidratada para ayudar a eliminar las toxinas. Beber por lo menos ocho vasos de agua al día.
Orinar con regularidad para ayudar a eliminar las bacterias causantes de la infección.
Comer carbohidratos complejos y granos enteros en lugar de azúcar refinada, para ayudar a disminuir los factores que favorecen este tipo de infecciones.
Consumir yogur frecuentemente. Los lactobacillus, que se encuentran de forma natural en el yogur, son probióticos que promueven la digestión y ayudan a prevenir las infecciones vaginales.
Estreptococos del grupo B (EGB)
Según expertos en ginecología, del 20 al 25 por ciento de las mujeres sanas tiene bacterias de EGB que viven en su sistema, por lo general en el tracto intestinal, el recto o la vagina. No está claro por qué algunas personas desarrollan infecciones más graves de EGB y otras no. El médico debe orientar la prueba que identifique este tipo de infeción entre las semanas 35 y 37 del embarazo.
Síntomas:
Los EGB pueden causar una infección del tracto urinario (ITU) en algunas personas, pero otras no tienen síntomas en absoluto. Los síntomas de una infección urinaria incluyen dolor o ardor al orinar, orina turbia y una repentina urgencia de orinar.
Tratamiento:
Si el resultado es positivo para esta infección, la mujer recibirá antibióticos para no pasar la infección a su bebé durante el parto. (Sin antibióticos el bebé está en riesgo de enfermarse y presentar fiebre, dificultad para alimentarse y letargo.)
Prevención:
Desafortunadamente, no hay manera de prevenir este tipo de infección.
Tricomoniasis
Esta es una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes y más curables, según los centros especializados de salud. El parásito Trichomonas vaginalis se transmite sexualmente y por lo general vive en la vagina.
Síntomas:
Descarga vaginal de color amarillo verdoso, espumosa, de olor fétido
Picazón, ardor y la posible irritación durante el coito
Tratamiento:
El médico probablemente tratará con antibióticos orales como metronidazol y tinidazol.
Prevención:
Ante la presencia de síntomas, acudir al médico para que usted y su pareja se sometan a una prueba de diagnóstico. Si solo uno de los integrantes de la pareja está infectado, puede recibir tratamiento a tiempo y evitar que el otro se contagie.
Mantener una pareja estable disminuye las probabilidades de infectarse con tricomoniasis.
Usar condón durante las relaciones sexuales es muy importante para prevenir la propagación de esta infección.