Un estimado 20 millones de norteamericanos tienen alguna forma de enfermedad de la tiroides.
Alrededor de un 60 por ciento de estas personas son conscientes de su condición. Una de cada ocho mujeres desarrollará un trastorno de tiroides durante su vida.
La levotiroxina, una forma sintética de la hormona tiroidea, es la 4ª droga de mayor venta en los Estados Unidos.
13 de las top 50 drogas que se venden están directa o indirectamente relacionados con el hipotiroidismo. El número de personas que sufren de trastornos de la tiroides sigue aumentando cada año.
El hipotiroidismo es uno de los trastornos más comunes de la tiroides!
Una revisión reciente sugiere que hasta un 10% de las mujeres mayores de 60 años tienen hipotiroidismo clínico o subclínico.
Caracterizado por retraso mental, depresión, demencia, aumento de peso, estreñimiento, piel seca, pérdida del cabello, intolerancia al frío, voz ronca, menstruación irregular, infertilidad, rigidez muscular, dolor y una amplia gama de síntomas.
Cada célula del cuerpo tiene receptores para la hormona tiroidea!
Estas hormonas son responsables de los aspectos más básicos del funcionamiento del cuerpo, que afectan todos los sistemas principales del organismo.
La hormona tiroidea actúa directamente sobre el cerebro, el tracto gastro-intestinal, el sistema cardiovascular, metabolismo óseo, metabolismo de la célula de sangre roja, vesícula biliar y función hepática, en la producción de hormonas esteroides, en el metabolismo de la glucosa, en el metabolismo de lípidos y colesterol, metabolismo de proteínas y en la regulación de la temperatura corporal.
Para empezar!
Podrías pensar en la tiroides como el engranaje central de un motor sofisticado. Si el engranaje se daña, el motor se viene abajo con él.
Esa es la razón por la cual las personas que sufren de hipotiroidismo experimentan de todo, desde subida de peso y depresión e infertilidad, hasta fracturas y pérdida del cabello.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los que sufren de hipotiroidismo es que el estándar de cuidado para los desórdenes de la tiroides en medicina convencional y alternativa es irremediablemente inadecuado.
El sueño de los pacientes con trastornos de la tiroides y de los médicos que tratan dicho trastorno es encontrar ese remedio mágico que revierta el curso de la enfermedad.
Para los médicos, el remedio mágico es la hormona tiroidea de reemplazo ya sea sintética o bio-idénticas. Para los que manejan las terapias alternativas, es el yodo.
Por desgracia, en la mayoría de los casos ningún enfoque es eficaz!
Los pacientes logran obtener alivio durante un período corto de tiempo, pero inevitablemente los síntomas retornan o la progresión de la enfermedad comienza.
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Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Por qué las hormonas de reemplazo y los suplementos de yodo tiene esos lamentables fracasos?
El hipotiroidismo es causado por una enfermedad autoinmune
Ese y no otro es el motivo de los tristes fracasos en el tratamiento de dicha dolencia y mientras no se comprenda, los errores se seguirán cometiendo.
Los estudios demuestran que el 90% de las personas con hipotiroidismo producen anticuerpos contra el tejido tiroideo.
Provocando que el sistema inmune ataque y destruya la tiroides, que con el tiempo provoca una disminución en los niveles de hormona tiroidea.
Esta forma de hipotiroidismo autoinmune se llama enfermedad de Hashimoto!
Hashimoto es el desorden autoinmune más común en los Estados Unidos, afecta entre un 7 o 8% de la población.
Si bien no todas las personas con Hashimoto tienen síntomas de hipotiroidismo, anticuerpos antitiroideos se han relacionado como marcadores de futuras enfermedades tiroideas.
La mayoría de los médicos saben que el hipotiroidismo es una enfermedad autoinmune. Pero no la mayoría de sus pacientes.
La razón por la cual los médicos no informan a sus pacientes es simple: Para no afectar el plan de tratamiento.
La medicina convencional no tiene tratamientos efectivos para las enfermedades autoinmunes.
Utilizan esteroides y otros medicamentos para inhibir el sistema inmunitario en ciertas condiciones con más efectos potencialmente perjudiciales, tales como esclerosis múltiple, artritis reumatoide y enfermedad de Crohn.
Pero en el caso de Hashimoto, las consecuencias – es decir, los efectos secundarios y las complicaciones – del uso de fármacos inmunosupresivos se creen que son mayores que los beneficios potenciales.
Hay que dar las gracias a la medicina convencional por un momento de cordura relativa, en este aspecto.
Así que el estándar de cuidado para el paciente de Hashimoto es simplemente esperar a que el sistema inmune destruya la suficiente cantidad de tejido tiroideo para clasificarlo como hipotiroideo y luego comenzar a recetar la hormona de tiroides de reemplazo.
Si comienzan a mostrar otros síntomas comúnmente asociados con su condición, como la depresión o resistencia a la insulina, se le recetaran medicamentos adicionales para esos problemas.
El defecto obvio y grave de este enfoque es que no tratan la causa subyacente del problema, que es el sistema inmune atacando a la glándula tiroides.
Y si no es tratada la causa subyacente, el tratamiento no va a trabajar muy bien, o será de corta duración.
Si estás en un bote agujereado, achicar agua no te llevará muy lejos. Para evitar que el bote se hunda, hay que tapar las fugas obligatoriamente.
Trasladando esta metáfora a la enfermedad de Hashimoto, las hormonas tiroideas de reemplazo son como achicar agua.
Pueden ser una parte necesaria del tratamiento. Pero a menos que se aborde el disfuncionamiento inmune (tapando las fugas), quien se encuentre en ese barco estará peleando una batalla perdida por evitar hundirse.
Lo que la mayoría de los pacientes de hipotiroidismo deben entender es que no tienen un problema con su tiroides, tienen un problema con su sistema inmunológico atacando la tiroides.
Esto es crucial de entender, porque cuando el sistema inmunológico está fuera de control, no es sólo la tiroides la que se ve afectada.
La enfermedad de Hashimoto se manifiesta a menudo como un patrón autoinmune poliendocrino.
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En otras palabras, además de tener anticuerpos contra el tejido de la tiroides, no es extraño que los pacientes de Hashimoto tengan anticuerpos contra otros tejidos o enzimas.
Los más comunes son la transglutaminasa (enfermedad celiaca), cerebelo (trastornos neurológicos), anemia perniciosa, ácido glutámico decarboxilasa (ataques de pánico ansiedad y diabetes de tipo 1 de inicio tardío).
En una próxima entrada veremos más de cerca por qué la enfermedad de Hashimoto no puede ser tratada con éxito sin abordar el componente autoinmune, y por qué los enfoques convencionales y alternativos para el tratamiento de hipotiroidismo están destinados al fracaso desde el principio.
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