Ejemplo de comida saludable
Y ahora es cuando os suelto una bomba: estas indicaciones no son aptas para todo el público. ¿Me he vuelto loca? No, claro que no. Dame agua del mejor manantial, ensalada con atún y sazonada con soja para reducir el consumo de sal, un rico plato de coliflor y un trozo de pescado a la plancha, y venga, como capricho una onza de chocolate negro. ¿Qué tiene esto de insano si es justo lo que recomiendan? Pues que yo, al igual que un curioso número de la población, especialmente mujeres, no podemos comer todo eso, porque nuestro cuerpo lo pasaría realmente mal.
Ojalá el problema fuese la locura, pero es algo más serio, al menos en mi caso: hipotiroidismo. Como no es un blog de medicina, me voy a detener en cómo me afecta a mí: a nivel físico, pero también en cuanto a alimentación. Es una enfermedad que, como su nombre indica, afecta a la tiroides y a la producción de hormona tiroidea. Para que os ubiquéis, la tiroides está en el cuello y dicen que tiene forma de mariposa:
Ubicación de la tiroides
Tiene muchos síntomas como piel seca, sensibilidad al frío (en mi caso también tengo sensibilidad al calor, no es raro verme en pleno invierno en camiseta por la calle y el abrigo bajo el brazo porque realmente tengo muchísimo calor), uñas y pelo finos y quebradizos, periodos menstruales más bien irregulares, mucho cansancio y aumento de peso, e incluso cambio en el carácter: me enfado con facilidad, me molestan cosas nimias, e incluso me enfado por algo cuando sé que no debería, pero no puedo evitarlo. Jero sabe de lo que hablo, menos mal que últimamente logro más o menos controlar estos enfados o al menos mi reacción (aunque por dentro esté llena de rabia consigo decirme a mí misma de que no es para tanto o tú no tienes razón).
¿Cómo descubrió mi médico que tenía hipotiroidismo? Pues porque tengo potra, supongo. Antes de darme la fatídica noticia, estuve pasándolo muy mal porque en un par de ocasiones se me cerró la tráquea. Realmente es algo bastante horrible, y aún recuerdo la primera vez que me pasó. Recuerdo el pánico de sentir que no podía hacer nada, también la gente que tenía cerca me miraba porque no sabía qué demonios me había pasado (como estaba cenando creían que me había atragantado), y aún recuerdo el sonido que hizo mi tráquea cuando la forcé a que se abriera, y el dolor de haberlo hecho.
Lo siguiente que hice fue ponerme el abrigo, el calzado e ir a urgencias. Esperé como una hora y cuando por fin me atendieron, pasaron de mí como de la mierda con la excusa perfecta: eso son anginas. Tuve que insistir: ya sé que tengo anginas, pero cada año las tengo, ahora lo que me ha pasado es que he dejado de respirar, casi un minuto. Respuesta: sí... tómate esta medicación para las anginas. Yo: vale, tomo esto para las anginas, luego tendré las anginas bien, y cuando me vuelva a ahogar porque esto no es por las anginas ¿qué hago? ¿Me muero? ¿Así sin más, porque sólo eran anginas? Entonces se dio cuenta el chaval de turno que, cuando dije que dejé de respirar era porque había dejado de respirar ¡WOW! Entonces fue a por un médico que se tomó un poco más en serio el tema.
Y no, aún no me habían visto mi precioso cuello de cisne gordo como lo llama Jero. Todo esto pasó en mayo-junio de 2014. Me hice todo tipo de pruebas, desde pruebas de alergias hasta meterme, a través de la nariz, un cable con cámara para ver la tráquea. Y todo estaba bien. Todo salvo que cada vez que tosía me ahogaba, le cogí verdadero temor a toser, a dormir, casi que a respirar. En este tiempo yo empecé a cuidarme y acudí a una nutricionista para bajar de peso porque nunca conseguía mantenerme realmente en mi peso normal, siempre acababa subiendo. Bajé bastante, y decidí, por voluntad propia, hacerme unos análisis de sangre para ver qué tal tenía el colesterol. Allá por noviembre/diciembre (de 2014) me hice estos análisis, y mi médico pasó totalmente del colesterol: había algo muchísimo más importante, niveles anormales de TSH y T4. Por fin me miró el cuello y me dijo que realmente tenía bocio (glándula tiroidea grande) e hipotiroidismo (mi cuerpo dejó de fabricar hormona tiroidea).
De frente no se nota tanto, parece más bien un cuello gordo,
pero se ve cómo afecta a mi pelo
Como decía antes, tengo que cuidar mi alimentación, pero a mí no me sirve la alimentación sana y equilibrada que todo el mundo recomienda, por mucho que me guste: soja y derivados ¡FUERA! agua embotellada (puede tener yodo entre los minerales) ¡FUERA! marisco, pescado, algas y todo lo que venga del mar ¡FUERA! toda la familia de las coles ¡FUERA! fruta como piña y fresas ¡FUERA! medicamentos rojo/anaranjado/marrón ¡FUERA! y un largo et caetera que ¿Qué ocurre? Pues que hoy en día es fácil encontrar productos que indiquen claramente si contienen o no gluten, o trazas de huevo, leche y cacahuetes, lo difícil es encontrar el yodo. ¿Estás loca? ¡Pero si venden sal yodada justo porque en España se consume poco yodo! Exacto, es el único alimento que he visto donde ves que realmente contiene yodo. El yodo se usa en conservas, lo consumen animales y lo pasan a través de la carne/leche, hasta lo ponen como una espumita guay en los platos más elaborados de los restaurantes chic. Un pequeño detalle: el chocolate realmente depende de si contiene lecitina de soja o no, pero es lo único que realmente me da igual que me prohíban, no pienso quitarme el vicio :).
De lado se ve, y se ve mucho
Mi bocio es tan grande que la endocrino me ha recomendado muy fuertemente operarme: soy demasiado joven y el tema de los ahogos empeorará porque la tiroides seguirá creciendo. He analizado los pros y los contras y realmente sé que debo hacerlo. Me operen o no, debo tomar medicación de por vida. Es un auténtico coñazo porque tiene que pasar media hora desde que me tomo la medicación (con un sorbito de agua) hasta poder desayunar, así que tengo activadas dos alarmas. También le tengo un pánico terrible a la operación, jamás en mi vida he perdido el conocimiento, e incluso cuando duermo, si el sueño no va por donde yo quiero, me despierto y listo (puede ser una tontería, pero a mí es lo que más me afecta, estar atrapada en un sueño). También sé que no seré la persona que cada dos por tres está enfadada por algo, que ni yo misma sé. Pero oye, tendré una cicatriz la mar de mona en el cuello (curiosamente lo de la cicatriz es lo que menos me afecta), y además podré volver a comer pescados y mariscos.
Hasta entonces tengo que seguir cuidándome, tengo que comer lo que es saludable para mí, y hacer ejercicio, pero también debo tener cuidado con esto: mi tráquea no me permite el paso de aire normal. Simplemente correr me resulta muy molesto porque no consigo la cantidad de oxígeno que necesito, acabo con dolor de cabeza y me canso a la mínima. Creo que no estaría mal una entrada con alimentos que mi endocrino me permite, también alguna receta que descubrí probando, y demás cosillas.
Sinceramente espero que a alguien más le sirva. No creáis que simplemente estáis gordas y por eso tenéis el cuello más gordo, Si tenéis algunos síntomas y creéis que podáis tener algún problema de tiroides pedid al médico de cabecera que os mande hacer pruebas, con un simple análisis de sangre sale, y si lo descubrís a tiempo a lo mejor no necesitáis tomar pastillas de por vida como yo. También os puede salvar la vida porque el mal funcionamiento de tiroides puede acabar en cáncer de tiroides.
Por mi parte, sólo puedo avisar y, a quien tenga HIPOtiroidismo, puedo darle ideas de qué comer, o simplemente salir de la monotonía. Así que nada, mi reto es pasar unas navidades sin marisco ni pescado y no sufrir en el intento. Espero conseguirlo, y si al menos habré ayudado a una persona a pasar por esto, me daré por satisfecha. Un abrazo y hasta la próxima :).