¿Sientes que has hipotecado tu vida?
Muy a menudo me encuentro con personas que se sinceran conmigo. Reconocen no llevar una vida satisfactoria, sienten que se equivocaron y algo hicieron mal, pero también sienten que no pueden cambiar eso, que solo pueden resignarse y llevar una vida triste, llena de insatisfacción.
Pero la causa que más alegan es que tienen una hipoteca que pagar, y que eso les esclaviza a unas obligaciones y condiciona su bienestar y felicidad.
Me dicen que yo sí puedo hablar de vivir una vida diseñada por uno mismo, pero que eso no es fácil, que hay obligaciones, hijos que atender y de nuevo, la hipoteca que pagar.
Me da la impresión de que estas personas no son conscientes de que solo van a vivir una vez y que desconocen totalmente cuando ésta llegará a su fin.
Creo que muchas personas no se han dado cuenta, o piensan que el tiempo cambiará las cosas, y entonces serán felices, cuando los hijos crezcan y no deban nada al banco.
No pretendo juzgar a estas personas, tan solo soy consciente de su angustiosa situación y me gustaría poder ayudarlos. Pero tan solo ellos pueden cambiar la situación o aprender a ser felices en ella.
En una de esas conversaciones le recordé a una persona que Victor Frankl vivió preso de los nazis en un campo de concentración y allí aprendió que la libertad última residía en uno mismo y en ser capaz de decidir de qué forma responder a una situación externa y en este caso terriblemente extrema.
La respuesta de esa persona fue decirme que ese hombre era un caso excepcional, igual que Nelson Mandela y otros que creyeron en su capacidad interior.
Pues todos hemos nacido exactamente igual, con el mismo potencial interior para lograr todo eso, esas personas no eran diferentes?pero si su actitud.
Como habitualmente parece que son pocos los valientes o los que logran esas hazañas pensamos que nosotros no podemos, nosotros nos vemos parte de "la masa" y justificamos nuestros errores o situación alegando que hay mucha gente igual.
Exacto, por eso muchas personas se hipotecaron en los años del crecimiento inmobiliario, y como todos los hacían, pues ellos también.
Mark Twain dijo: cuando te descubras haciendo lo que hace la mayoría cuestiónate si estás haciendo algo mal.
Siempre se puede hacer algo para cambiar o bien la situación o bien la forma de responder ante ella.
De eso trata Mindfulness, de ayudarte a ser consciente de tu situación y hacer algo por vivir una vida mas satisfactoria, un presente pleno.
Los principales obstáculos para lograr nuestros objetivos o proyectos, para hacer realidad
nuestros sueños y anhelos profundos, no proceden del exterior, sino de nuestro propio
mundo interno.
Son nuestras percepciones, creencias y actitudes mentales, en especial
las que giran en torno a nosotros mismos, quiénes somos, para qué estamos dotados y
qué cosas podemos o no podemos hacer. Suelen ser muy antiguas, mensajes recibidos en
nuestra niñez que hemos hecho nuestros. El problema no es que entonces "nos los dijeran",
sino que aún ahora "nos los creemos". Por eso nos parecen incuestionables y nos limitan,
condicionando nuestra forma de actuar.
Aprender con Mindfulness a ser conscientes.
La autoconciencia es la capacidad de "darnos cuenta de que nos damos cuenta", y solo es
posible cuando nos mantenemos presentes en lo que hacemos y a la vez observadores
ecuánimes, testigos. Sin ella, nos movemos como autómatas, dando por hecho que las cosas
"siempre fueron así" y, por lo tanto son incuestionables: "es lo que hay". Lejos de una lúcida
aceptación, caemos en el inmovilismo, los prejuicios, la resignación y el fatalismo, la apatía
y la desmotivación, la falta de confianza en nosotros y en los demás. Este listado es el Topten
de la infelicidad segura, el torpedo para cualquier plan de desarrollo institucional, y la
suscripción indefinida a la falta de sentido y vitalidad.
Es hora de cambiar viejos e ineficaces modos de entendernos parcelados, por fascículos,
vida privada versus vida pública, vida laboral versus vida personal. Somos quienes somos
en cualquier parcela de nuestra vida.
La causa: las creencias limitantes tan arraigadas.
Todas las creencias limitadoras surgen del miedo. El miedo es la argamasa que une las
piedras de los muros que nos fabricamos, de forma inconsciente muchas veces, y que
restan horizonte a nuestra vida y a nuestras posibilidades. El miedo es un maestro del
disfraz, y puede presentarse con máscaras muy diferentes que nos despistan. Quizás puedas
reconocer cómo en tu caso elije algunas especiales. Cuando las detectes, podrás verlo venir,
reconocerlo y, aún concediéndole un espacio para su actuación, retomar el poder de ser
quién eres sin cedérselo a él.
Por eso hay que desarrollar la capacidad de discernir. Y a ello contribuye la práctica de Mindfulness, pues en el momento que eres capaz de ver la situación desde "un paso atrás" y dejas de identificarte con tus creencias y actitudes de siempre que tan solo sirven para justificar tu falta de determinación, de esa forma solo limitas tu crecimiento.
Escuchas de forma atenta, disponible al ahora. Vislumbras y creas cada día el futuro sin olvidar que vives en el presente. Así podrás darte cuenta si en realidad has hipotecado tu vida.
Nada es para siempre, ni las malas situaciones ni las buenas, y aunque parezca que no se puede hacer nada por cambiar, de ti depende la forma de responder ante ello.
Haz meditación y otras técnicas de Mindfulness y entrenaras a tu mente a aprender a observar y sentirte en paz a pesar de que exista sufrimiento.
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Gracias.
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