En la actualidad hay diversos estudios a favor y en contra sobre los pros y los contras de realizar ejercicio físico en ayunas para favorecer una mayor combustión de las grasas de nuestro organismo para así adelgazar y perder peso de forma más rápida. A continuación vamos a explicar los pros y los contras de realizar esta práctica y si realmente puede resultar efectiva.
A favor:
Hacer ejercicio aeróbico o cardiovascular (correr, nadar, bicicleta…) por la mañana, antes de desayunar y con el estomago vacio puede resultar muy efectivo para quemar grasas. Algunas investigaciones científicas sobre este aspecto han concluido que el ejercicio aeróbico en ayunas conlleva una mayor movilización de los ácidos grasos, al menos, de manera más rápida. ¿Por qué? Cuando realizamos ejercicio después del ayuno nocturno nuestros depósitos de glucógeno están vacíos o muy bajos y el organismo recurre a la grasa almacenada para convertirla en energía.
En contra:
La diferencia en la combustión de grasas al realizar el ejercicio en ayunas y después de haber desayunado de forma saludable, es mínima, o más bien, insignificante para el riesgo que puede producir. Cuando nos levantamos por la mañana y realizamos ejercicio sin haber ingerido ningún alimento nos arriesgamos bastante a poder entrar en hipoglucemia, a sufrir algún mareo, desvanecimiento, pájara o incluso náuseas. Si realizamos ejercicio de alta intensidad también se puede producir un relativo catabolismo muscular (llegar a quemar músculo en forma de energía).
Hay que recordar también que el hecho de realizar ejercicio en ayunas, en algunas personas puede repercutir en una sensación de vacío, de ansiedad o de hambre extrema, por lo que si luego la ingesta es muy calórica no saldrá a cuenta realizar este plan.
Conclusión
La técnica de realizar deporte sin desayunar ha ganado adeptos últimamente avalada por los técnicos expertos en fisiología del deporte. Estos recomiendan que el ejercicio matinal sea de intensidad baja a moderada y que lo realicen personas que ya tengan un mínimo de condición cardiovascular, pues en un ejercicio de alta intensidad el rendimiento físico disminuirá notablemente provocando hipoglucemias, mareos o fatiga.
En definitiva, esta práctica habría que dejarla en manos de los profesionales del deporte, se ha escuchado que muchos ciclistas de nivel profesional la practican con el objetivo de acudir a una competición con el peso ideal y con una mayor resistencia a la fatiga. Pero este no sería nuestro caso, pues nosotros no somos profesionales del deporte, no necesitamos hilar tan fino y como consecuencia tener la posibilidad de sufrir los posibles riesgos que conlleva.