Numerosos estudios ya señalan los efectos beneficiosos de la música: desarrolla el cerebro humano favoreciendo el desarrollo de nuevas capacidades, incrementa la conexión interhemisférica, recupera funcionalidades, etc.
Si además se toca un instrumento musical, los efectos se amplían,
“Practicar de forma habitual mejora las habilidades del lenguaje, la memoria, la conducta o la inteligencia espacial…”
“Tocar un instrumento involucra a casi todas las áreas del cerebro a la vez, especialmente los córtex visual, auditivo y motor”
Se ha estudiado también los beneficios de la música en los niños,
El niño que vive en contacto con la música aprende a convivir de mejor manera con otros niños, estableciendo una comunicación más armoniosa… La etapa de la alfabetización del niño se ve mas estimulada con la música… Además, facilita a los niños el aprendizaje de otros idiomas, potenciando su memoria… Con la música, la expresión corporal del niño se ve mas estimulada.
Es muy ilustrador el siguiente vídeo donde se muestra “El cerebro de los músicos”,
El artículo “Cómo aprender música cambia el cerebro de los niños”, señala que,
Una investigación presentada en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA) sugiere que tomar clases musicales aumenta las conexiones neurológicas en el cerebro de los niños e incluso puede ser útil en el tratamiento de trastornos como la hiperactividad, el déficit de atención o el autismo.
Hace unos años se realizó un interesante documental “Mi cerebro musical”, donde explica y detalla cómo se comporta nuestro cerebro ante la música. Recoge el estudio del Dr. Daniel Levitin, neurocientífico y productor musical, estudiando el cerebro de una estrella de la música.
Como se dice en el documental, el cerebro es un músculo al que hay que ejercitar, y la música es el mejor ejercicio que se puede realizar.