El cerebro, aunque no es un músculo, se comporta de forma similar: si no lo ejercitamos se atrofia. Se ejercita con diferentes ejercicios, entre ellos pensar. Al hacerlo, las conexiones entre las neuronas se refuerzan –sinapsis.
Por desgracia tenemos rutinas que hacen que el cerebro trabaje casi en “automático” forzándolo poco, cuando salimos de la rutina y hacemos ciertos ejercicios, el cerebro se pone a trabajar. Una especie de “Pilates para el cerebro.”
A continuación unos ejercicios:
Ducharse con los ojos cerrados. Intentemos localizar champú, jabón, llaves del agua.
Utilizar la mano contraria. Tomemos la sopa, lavemos nuestros dientes. Manejemos el ratón, todo con la mano no dominante. Hagámoslo tantas veces como sea posible.
Leer en voz alta. Se activan circuitos que normalmente permanecen dormidos, sobre todo las interconexiones cerebro – audición – dicción.
Cambiemos rutinas. Vayamos al trabajo por nuevos caminos, conozcamos gente diferente, con formas de pensar muy diferente a la nuestra y debatamos en buen plan.
Reubicar las cosas en casa. Si cambiamos varias cosas, el cerebro tiene que pensar.
Aprendamos nuevas habilidades. Un idioma, un instrumento musical, fotografía, el armado de un rompecabezas.
Desarrollemos los sentidos. Metamos varias monedas y otros objetos pequeños en una caja, cerremos los ojos, saquemos uno por uno e intentemos acertar.
Juegos mentales. Ajedrez, jenga, scrable, memoria.