Podríamos decir que todo conflicto es el resultado de las
mentiras, porque la verdad carece de cualquier clase de
conflicto. La verdad no necesita demostrarse a sí misma:
existe, creamos en ella o no. Las mentiras sólo existen si
las creamos nosotros y sólo sobreviven si creemos en ellas.
Quienquiera que crea en la verdad, vive en el cielo.
Quienquiera que crea en las mentiras, más tarde o más
temprano, vivirá en el infierno.
Mira tambien El Primer Acuerdo: Sé impecable con tus Palabras
Los seres humanos creamos las mentiras y después las
mentiras nos controlan a nosotros. Pero, tarde o temprano,
llega la verdad y las mentiras no pueden sobrevivir ante la
presencia de la verdad.
Sólo vemos lo que queremos ver; sólo oímos lo que queremos
oír. Nuestro sistema de creencias es exactamente como un
espejo que únicamente nos muestra lo que creemos.
Hacer suposiciones es sencillamente buscarse problemas,
porque la mayoría de las suposiciones no son la verdad; son
ficción.
Una suposición conduce a otra suposición; sacamos
precipitadamente una conclusión y nos tomamos nuestra historia
muy personalmente. Entonces culpamos a otras personas.
Las suposiciones no son más que mentiras que nos decimos
a nosotros mismos.
Hacer suposiciones no es otra cosa que buscar un drama
cuando no existe ninguno.
Mira también El Segundo Acuerdo: No te tomes nada Personalmente
No tomarte nada personalmente te proporciona
inmunidad en la interacción con otras personas, no hacer
suposiciones te proporciona inmunidad en la interacción
contigo mismo, con tu voz del conocimiento, o con lo que
llamamos pensar.
Si no hacemos suposiciones podemos centrar nuestra
atención en la verdad, no en lo que creemos que es la
verdad. Entonces vemos la vida tal como es, no como
queremos verla.
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por Carlos Aguirre. Carlos.Aguirre@incae.edu