El rábano nos aporta gran cantidad de Vitamina C, razón por la cual se le atribuyen propiedades antioxidantes y anti-envejecimiento. Nos ayuda a eliminar los residuos que se acumulan en nuestro organismo, por lo que es aconsejable en procesos desintoxicantes y depurativos.
Es muy beneficioso para el aparato digestivo, facilita la digestión, tiene propiedades laxantes y mantiene la buena salud de la flora intestinal.
De baja aportación calórica, el 95% de su peso es agua, contiene gran cantidad de fibra, favoreciendo el tránsito intestinal (ideal si padeces de estreñimiento.)
Rico en potasio, calcio, fósforo, hierro, azufre, yodo, magnesio y zinc.
Es un antiséptico natural además de tener características expectorantes. Tómalo cuando estés resfriad@ o sientas dolor en la garganta. Puedes hacerte un zumo a base de rábano, naranja y agua.
Tiene un sabor fuerte, ligeramente picante y amargo, aunque basta con pelarlo para quitarle ese toque agrio y ácido.
Disfruta de este alimento tanto como quieras, sobretodo si estás intentando perder peso, te ayudará a sentirte saciad@ sin aportarte apenas calorías (20kcal por 100g) No olvides que es una hortaliza con grandes propiedades nutritivas
Podemos utilizarlo crudo como snack, en sándwiches o en ensaladas, aunque puedes también afinar su aroma cocinándolo e incorporándolo en tus recetas. No obstante, si lo que queremos es beneficiarnos de todas sus propiedades, es preferible no guisarlo.
Variantes del rábano: aunque el más conocido es redondo, rojo por fuera y blanco por dentro, existen otras variedades como el daikon y el rábano negro (de este se dice que es el que más propiedades nutricionales posee.) También existen el rosa, violeta, blanco…
¿Sabías que el wasabi se elabora con un tipo de rábano verde muy típico de Oriente?
Dime... ¿cómo sueles incorporarlo en tu dieta? Tengo este precioso ramillete en la nevera esperando a ser degustado... ¿me recomiendas alguna receta?