Hace unos meses comencé la lectura de dos libros dedicados a la naturaleza, concretamente, a los bosques. Y aprendí una palabra nueva SHINRIN YOKU.
SHINRIN significa bosques y YOKU bañarse. El simbolismo de esta neología no es otra cosa tan maravillosa como el uso de la naturaleza como terapia, puesto a prueba por los japoneses en la década de los 80.
Realizaron estudios que demostraban como el shinrin-yoku ayudaba a mejorar la salud de pacientes y personas que se encontraban enfermas o con largos periodos de tratamiento.
Si la naturaleza está muy presente en tu vida, o eres una persona que necesita filtrarse de calma debido al estrés diario, te recomiendo muchísimo estos libros.
Shinrin Yoku, El arte japonés del bosque de Héctor García y Francesc Miralles. Un libro muy sencillo de leer y muy bien estructurado, especialmente dedicado a aquellos/as que no tienen mucho tiempo para la lectura.
Shirin - yoku, Sumergirse en el bosque de Annette Lavrijsen. Profundiza mucho y explica todo con mayor detalle.
¿Quieres conocer todos los detalles?
Una ramita verde en el corazón
¿Pero qué es el Shinrin-yoku?
Es la calma y la energía que recibes paseando por la naturaleza, integrándonos en el bosque de forma plena y consciente. Intentando dejar que la mente se apacigüe. Respirar, caminar pausadamente...
Basta con que paseemos por una zona verde para recibir gran parte de los beneficios. En los libros encontrarás pautas sobre cómo hacer shinrin-yoku: crear rutas, cómo respirar de forma lenta y profunda, qué caminos elegir... Y lo más importante: qué no hacer cuando lo hagas.
En cada uno de ellos encontrarás principios básicos, y también te descubrirán los beneficios de realizar Mindfulness al aire libre, abrazar un árbol [creo que esto lo hemos hecho todos], así como la labor de las fitoncidas - aceite esencial volátil producido por los árboles y que producen tan buenos efectos en nosotros.
"Bañarse en el bosque" te calma el alma. Y esto es así, porque muchas veces necesitamos alejarnos de este mundanal ruido, de la ciudad con sus prisas, de la necesidad de conectar con nosotros mismos.
Cada vez más necesitamos sentir y percibir qué somos, hacia dónde vamos y qué queremos. Porque si no lo hacemos, y esto lo podemos extrapolar a todos los aspectos de nuestra vida, nos perdemos.
Perderse es fácil, encontrarse es un laborioso trabajo.
Esta lectura a mí, personalmente, me invito a leer sin prisas. Y a tomarme el paseo por la naturaleza como una terapia que debo hacer, como mínimo una o dos veces al mes.
CURIOSIDADES
Abrazar un árbol se llama Silvoterapia. Ritual practicado desde la época de los druidas. Alivia la ansiedad, y nos ayuda a liberarnos de los pensamientos negativos.
Los beneficios tienen que ver con las vibraciones que emanan los troncos de los árboles. Nuestro organismo es capaz de captar esta energía y consigue reequilibrarse.
¿Damos una vuelta por el bosque?
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