En uso interno está indicada en el tratamiento de la ansiedad, depresión, terrores nocturnos, transtornos neurovegetativos asociados al climaterio, enuresis; disquinesias biliares, espasmos gastrointestinales, gastritis, ulcus gastroduodenales, diarreas, colon irritable; asma, varices, hemorroides, fragilidad capilar.
La hipericina produce un efecto antidepresivo, al inhibir la acción de la monoamino oxidasa (IMAO), la hiperforina es un tranquilizante suave. El aceite esencial y los taninos le confieren una acción antiséptica, astringente y cicatrizante (vulneraria); los flavonoides, un efecto colagogo, espasmolítico y vitamínico P (venotónico, vasoprotector capilar).
Antidepresivo: Se ha hablado mucho de este tema, en donde se ha demostrado que la presencia de hipericina le otorga propiedades antidepresivas en los casos de depresión leve. Esta substancia actúa en el organismo de manera similar a como lo hacen las drogas de síntesis sin presentar los inconvenientes de las mismas. Sin embargo, algunos estudios parecen orientarse últimamente hacia la hiperforina como principal componente determinante en esta propiedad. No tiene ningún efecto en los casos de depresión aguda.
El aceite de Hipérico, también llamado la Hierba de San Juan, se obtiene por la maceración de sus hojas en aceite de oliva. Su nombre en latín Hipericum perforatum, procede del griego hiper (sobre) y eikon (imagen), para los griegos era por tanto una planta con propiedades sobre lo imaginable.
Mucho se ha hablado sobre el Hipérico, incluso sobre sus propiedades antidepresivas que incluso dicen, llevan en Alemania a superar las recetas del prozac.
Tónico nervioso: Su uso prolongado -entre unos 4 y 6 meses- constituye un tónico reparador del sistema nervioso. A diferencia de otros sedativos, no tiene efectos negativos por acumulación de toxinas en la sangre, sobre todo para el hígado.
Digestivo: Buen remedio cuando aparece acidez gástrica y, sobre todo, en el tratamiento de la úlcera de estómago, diarreas y vómitos.
Se ha demostrado la influencia de la hipericina como inhibidor de la acidez.
¿Cuánto debo tomar? Lo recomendado es 3 ml, (una cucharadita de café) de aceite de hipérico tres veces al día. Y siempre bajo la supervisión de su médico.
Uso externo:
Su riqueza en taninos ha convertido a esta planta desde la antigüedad en una de las mejores armas para la cicatrización de heridas y la curación de las quemaduras o llagas. La podemos considerar como el antibiótico de la Edad Media, por la gran importancia que tuvo esta planta en la curación de las heridas de guerra. En el siglo XVI se la llamó Hierba de las heridas y posteriormente Hierba militar.
Precauciones:
El uso interno de esta planta debe suspenderse si se toman otros medicamentos pues presenta muchas incompatibilidades con los barbíturicos, antidepresivos, narcóticos, inhibidores de la ácidez, etc. En todo caso, si se ha de tomar algún medicamento o se está tomando alguno, es mejor consultar al médico antes de emprender curas con esta planta.
Toxicidad:
La hipericina en contacto con la luz solar puede producir efectos de fotosensibilización en la piel. Por ello se aconseja que, en
caso de seguir un tratamiento de uso externo con esta planta, no se debe exponer la piel al sol.
No deben tomarse preparados de esta planta durante el embarazo.
Esta maravilla de los pirineos es indispensable en el botiquín casero, para calmar dolores reumáticos o para aplicar inmediatamente después de sufrir un golpe.
Es importante proveernos del aceite de hipérico biológico, que haya sido obtenido mediante maceración en aceite proveniente de cultivos libres de aditivos químicos, así, nos aseguramos de que permanezcan intactas sus propiedades.