La teoría que da soporte a la terapia Gestalt se construye sobre la idea de que el ser humano es un organismo en constante interacción con su entorno, y que la experiencia individual se desarrolla en un contexto de relaciones y sistemas interconectados.
A este contexto lo llamamos campo organismo-ambiente o campo organismo-entorno. Sin embargo, a veces simplificamos llamando simplemente aquí y ahora, sin mucha conciencia de que nos estamos refiriendo a algo más que unas coordenadas espaciotemporales.
El campo es un concepto que se refiere a todo lo que rodea a una persona y aquello con lo que interactúa, tanto el ambiente físico en el que la persona se encuentra (como la habitación o el espacio exterior), las personas con las que interactúa y las relaciones que tiene con ellas, así como su propio cuerpo, emociones y pensamientos, recuerdos, aprendizajes.
El campo es dinámico y está en constante cambio, ya que la persona y su entorno se influyen y condicionan. Por ejemplo, si una persona entra en una habitación y se siente incómoda, su incomodidad puede afectar a la interacción que tiene con las personas que se encuentran en la habitación, y viceversa. El campo se actualiza a medida que atravesamos diferentes situaciones en nuestra vida, y a medida que nosotros cambiamos también.
Actualización
Para la Gestalt, la terapia es actualización, es decir, ser el que puedo ser en este preciso momento y no una versión anticuada o desfasada de mí mismo. El origen del sufrimiento psicológico se encuentra en la falta de contacto y de conciencia plena de mi experiencia. La consecuencia es que no soy capaz de satisfacer mis necesidades y deseos, ni de ajustarme con el entorno; pierdo vitalidad y parece que me vaya dando golpes con todas las esquinas. En épocas de crisis, parece que todo me vaya a la contraLa terapia Gestalt enfatiza la importancia de la relación entre el individuo y su ambiente. Actualizarme es ser uno con mi circunstancia, ir más allá de mí mismo, ser campo sin dejar de ser yo, un yo que se integra con su entorno para dar lugar a algo nuevo que antes no existía: la Gestalt.
En cierta manera podemos entender que uno de los fines de la terapia Gestalt es el autoconocimiento. Sin embargo, para la Gestalt el autoconocimiento no es el conocimiento que la persona, que el individuo, tiene de sí mismo, sino el campo-organismo entorno conociéndose a sí mismo a través del individuo.
La relación terapeuta-cliente
El objetivo de la terapia Gestalt es apoyar al cliente en el desarrollo del contacto y la conciencia de la experiencia en el aquí y ahora. Por tanto, se enfoca de manera muy especial en la relación entre el terapeuta y el cliente, y la considera un factor fundamental para el éxito del tratamiento. No en vano, en el aquí y ahora de la terapia, la relación es lo más obvio que podemos encontrar.El terapeuta se esfuerza por ser auténtico, transparente y no juzgador, y trabaja con el cliente para crear una relación de confianza y colaboración. Sin embargo, tanto el terapeuta como el cliente son elementos activos que pueden afectar y sentirse afectados. Su comportamiento, pensamiento y emoción están influidos por las interacciones y relaciones que tienen con su entorno, con los objetos, con el espacio, y el uno con el otro.
En el aquí y ahora de la terapia se encuentran el pasado y el futuro, la esperanza y el recuerdo; sentimientos y emociones, pensamientos, conductas, sueños, recuerdos, esperanzas y deseos, y seguramente muchas más cosas, tanto por parte del terapeuta como del cliente. Y es necesario aceptarlas porque si no la actualización no va a poder ser posible.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.