El dolor crónico es una de las situaciones más complicadas a las que un ser humano se enfrenta. Si padeces dolor crónico sabes que resulta muy estresante, el tener una continua molestia te puede provocar irritación y frustración contigo mismo, con lo que haces y con tu entorno (familia, amigos, etc).
Por definición, se considera dolor crónico al que se prolonga durante más de seis meses, y afecta significativamente la forma en que una persona lleva a cabo su vida cotidiana. Desde la medicina se pueden proporcionar tratamientos muy adecuados para las características físicas del dolor crónico, los psicólogos somos los profesionales entrenados para ayudarte a manejar mejor los aspectos del pensamiento y las emociones de este problema de salud tan discapacitante.
El dolor tiene una parte psicológica. Así la definición dada por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor es:
El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con una lesión presente o potencial o descrita en términos de la misma.
Así pues, bienestar mental y emocional resulta igualmente importante, por lo cual las técnicas psicológicas y la terapia contribuyen a la creación de la capacidad de resistencia, y enseñan las destrezas necesarias para el mejor manejo del dolor crónico. Para que lo entiendas mejor, el dolor es la percepción del daño. Pero entre ambos fenómenos interaccionan una serie de factores psicológico. Hoy en día sabemos que no todos sentimos el mismo dolor ante una herida similar, hay personas que lo soportan mejor que otras y nosotros mismos unas veces lo llevamos mejor que otras dependiendo de nuestro estado emocional.
Nuestro cuerpo y nuestra mente no están preparados para sufrir dolor de forma continua y además debemos recordar que con ese dolor viene frecuentemente asociada una gran dificultad para desarrollar las actividades de la vida diaria: trabajar, realizar tareas domésticas, cuidar a la familia, ocio, deporte….
Almudena Mateos. Psicóloga de Tuvidasindolor.es
El saber como funcionan todos estos procesos psicológicos y emocionales implícados nos puede llevar a aprender a manejarnos mejor con el dolor y a hacerlo más llevadero.
Pautas para hacerle frente al dolor crónico:
Maneja la ansiedad: La ansiedad emocional y el dolor físico están estrechamente vinculados, y el dolor persistente puede provocar que nos veamos desbordados por la ansiedad. Aprender a manejar tu ansiedad de forma saludable puede ayudarte a enfrentar el dolor crónico manera más efectividad. Hacer relajación progresiva y respiración profunda, dormir teniendo un descanso de calidad y hacer ejercicio físico acorde con tu estado son formas adecuadas para controlar la ansiedad que te provoca el dolor crónico.
Ten pensamientos positivos: El pensamiento positivo es una herramienta poderosa, de la misma manera que lo son sus opuestos, los pensamientos negativos. Si centras tu atención en lo que has podido conseguir (por ejemplo, hoy tengo menos dolor que ayer, o me siento mucho mejor que hace una semana) puede marcar una diferencia en la percepción de tu nivel de comodidad. Y así, en vez de sentirte impotente y pensar que ya no puedo más, no controlo el dolor, trata de decirte a tí mismo que te siente incómodo, pero que se está luchando para encontrar la forma más sana de enfrentarte con tu dolor, y así llevar una vida lo más productiva y plena.
Mantente activo: Alejar el dolor de tu atención participando en actividades agradables que te ayudaran a valorar más los aspectos positivos de tu vida. Aislarte de los demás va hacer que te centres aún más en tus experiencias negativas (dolor), e incluso esto hará que pueda incrementar tu percepción del dolor. Busca una o varias aficiones que te haga sentir bien y te ayude a conectar con tu entorno social (familiares, amigos u otras personas).
Busca apoyo: Convivir diariamente con tu dolor puede llegar a ser extremadamente difícil, en especial si lo hace tu solo. Pónte en contacto con otras personas en tu misma situación que puedan mejor entender tu situación. Busca por lnternet o en tu entorno personas de apoyo que puedan reducir tu carga ayudándote a comprender que no estas solo en tu dolor. Sé un paciente empoderado en el tratamiento de tu dolor crónic
Acepta tu dolor: Sería no hacer nada para evitar, es experimentar lo que te pasa y lo que sientes completamente, plenamente y en el momento presente, como son y no como tememos que sean. Aceptar es tomar conciencia de tus limitaciones por el dolor crónico. Es seguir haciendo aquello que puedes de acuerdo a tus capacidades, adecuando tus objetivos a tus capacidades limitadas por el dolor crónico. Aceptar no es quedarse con el sufrimiento que se tienes, la aceptación disminuye el sufrimiento e incluso inicia proceso psicofisiológico de la habituación, por el que el dolor se hace más tolerable porque nos habituamos a él. Habituándonos a las sensaciones disminuye la ansiedad, el miedo y la depresión, tendrás menos sensaciones asociadas al dolor y continuaras comprometido con tus valores, con tu vida. Así vivirás y dejarás de sobrevivir. Pero aceptar el dolor, no oponerte a su experiencia es muy duro y puede precisar de una terapia psicológica.
Consulta con un profesional: Si a pesar de todo lo anterior sigues sintiéndote abrumado por el dolor crónico a niveles que te impiden llevar a cabo tu vida cotidiana, probablemente tendrás que consultar con un profesional especialista en comportamiento, un psicólogo, quien te ayudará a manejar las repercusiones psicológicas de tu dolor.
Miguel A. Rizaldos Lamoca
Psicólogo Clínico. Psicólogo online
Tratamiento psicológico online
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