En estas circunstancias de cuarentena nos encontramos con grandes incertidumbres acerca del futuro. Cómo nos encontraremos la calle, los bares, restaurantes y demás negocios que antes solíamos saber exactamente qué esperar de ellos. Qué pasará con mi trabajo o el de mi familia y amigos. Qué medidas nos harán tomar para poder sentirnos más seguros y no contagiarnos o poder contagiar a otros. Incontables preguntas que nos hacemos junto a las cuestiones que nos plantearemos una vez nos encontremos con la realidad.
Cuando experimentamos poca sensación de control nos crea un sentimiento de inseguridad con el que nuestra mente se siente incómoda. Todos, en mayor o menor medida buscamos la seguridad y el control para sentir que llevamos las riendas de nuestra vida. Sin embargo, cuando nos encontramos con una situación impuesta en la que no podemos decidir sobre muchos aspectos importantes de nuestra vida, nuestro cuerpo se alarma. Empieza a prestar mucha más atención a los aspectos negativos que nos rodean. Preocuparse empieza a sernos algo útil, nos da mayor sensación de control. Esto, a nivel evolutivo ya era así desde hace mucho tiempo: el primate que no se preocupaba no salía a cazar, no comía y por lo tanto moría de hambre. Si no te preocupas no sobrevives.
Sin embargo, cuando para obtener mayor sensación de control llenamos nuestra mente de aspectos negativos a controlar, nos ponemos en riesgo de distorsionar nuestra manera de pensar. Comenzamos a percibir la realidad de una forma que sólo nos provoca malestar y angustia. Lo malo es que cuando nuestra mente se acostumbra a atender sólo a lo negativo, no para de encontrar miles de cosas sobre las que preocuparse. Aumentamos los sentimientos de incertidumbre, no control e inseguridad.
Desde Psicólogos Málaga PsicoAbreu queremos ayudaros a que podáis identificar cuáles son las distorsiones en el pensamiento que podéis encontraros en esta situación de cuarentena.
¿Qué son las distorsiones en el pensamiento o cognitivas?
Las distorsiones en el pensamiento son maneras erróneas de procesar la información, es decir, interpretaciones de lo que ocurre a nuestro alrededor que nos generan múltiples consecuencias negativas (ansiedad, tristeza, pánico, estrés, insomnio, etc). Se trata de pensamientos contradictorios que no favorecen nuestro estado de ánimo. Aumentan la tensión del momento y por tanto afectan luego a nuestra conducta. Una situación puede ser la misma pero lo que altera nuestro estado de ánimo es la interpretación que hacemos de ella.Tipos de distorsiones en el pensamiento
Conclusiones precipitadas: anticiparte a lo que la otra persona piensa o lo que sucede en la situación. Llegar a la conclusión sin datos suficientes de lo que está sucediendo es lo que yo estoy interpretando. Por ejemplo, cuando llegamos al salón y vemos a nuestra pareja hablando bajo por el móvil y pensamos “seguro que es algo que me quiere ocultar”.Maximizar: exagerar una situación aislada. Por ejemplo, saco un 4.9 en un examen y pienso “puf, ya no voy a aprobar nunca más y no me voy a sacar la carrera”.
Minimizar: restar importancia a los acontecimientos positivos que pasan en mi vida. Por ejemplo: están dando ERTES en mi empresa y yo sigo con mi contrato como antes de la cuarentena y cobrando lo mismo y pienso “bueno esto no tiene importancia, hay más personas que no han recibido un ERTE”.
Personalización: llevar a nuestra persona cualquier cosa que esté pasando. Cuando un amigo que solía llamarme la primera semana de cuarentena ya me llama menos y pienso “seguro que le caigo mal, he hecho algo que le ha molestado y habrá pensado que soy un pesado”.
Externalización: buscar la responsabilidad en otra persona o situación y no en mí. Tenemos que ver qué grado de responsabilidad tenemos en esa circunstancia. Siempre las responsabilidades son compartidas. Por ejemplo, discuto con mi jefe y pienso “si no he hecho bien mi trabajo es porque él no me ha explicado bien las cosas, así que no me pueden echar la culpa, si él no hace bien su trabajo yo tampoco”.
Optimismo ingenuo: cuando todo lo vemos positivo, no tenemos problemas, la vida es maravillosa y seguro que nos lo va a compensar. Perdemos la objetividad de la situación. No estamos enfrentando los problemas y por tanto no nos estamos adaptando a los cambios y la mente necesita de cambios para poder sobrevivir. Por ejemplo, pienso “pues no es para tanto la situación de la cuarentena, ahora no hay tanta gente en la calle y puedo quedar más a gusto con mis amigos, las restricciones son para los demás no para mí”.
Generalización excesiva: si una cosa va a suceder va a suceder siempre. Por ejemplo, pensar “ya verás que no vamos a poder salir de ésta, vamos a tener que estar con mascarilla para siempre, ya nuestra vida va a cambiar por completo y no vamos a acercarnos a nadie nunca” o “si me han dejado en esta cuarentena que todos necesitamos cariño, nunca voy a tener pareja, nadie me va a querer”.
Leer la mente: somos como pitonisas e imaginamos lo que la otra persona está pensando. Podemos saber en todo momento lo que va a pensar porque los conocemos muy bien. Por ejemplo: “mi madre no está bien, yo la conozco, en el fondo es depresiva y seguro que no lleva bien la situación, tengo que estar encima de ella para que no se ponga peor”. Sin embargo, suponer en vez de preguntar nunca te va a llevar a la tranquilidad. Hay que acostumbrarse a preguntar, a hablar con preguntas abiertas para dar la oportunidad a la otra persona de poder contestar.
Pensamiento dicotómico: las cosas son o blancas o negras, conmigo o sin mí, todo o nada. “Si mi amigo no ha estado lo suficiente pendiente de mi en esta situación, no es mi amigo de verdad, no le importo y ya no quiero saber nada de él”.
Razonamiento emocional: es como el instinto, pero condicionado por el estado de ánimo. Creer que según como me siento eso refleja como son las cosas. Por ejemplo, “en este momento me siento inseguro, por lo que si lo siento así es que tiene que ser verdad, soy una persona insegura”.
¿Qué puedo hacer si tengo distorsiones en el pensamiento en esta cuarentena?
Para poder tratar las distorsiones en el pensamiento Psicólogos Málaga PsicoAbreu te ofrece la ayuda que necesitas con la atención personalizada de un psicólogo especializado en ello. A través de la técnica en reestructuración cognitiva podrás identificar cuáles son tus pensamientos distorsionados y te ayudaremos a que aprendas a modificarlos. Partimos de un pensamiento negativo que me produce mucho malestar y trataremos, a través de la objetividad, de ver cómo puedo darle la vuelta a esa perspectiva. Al ver diferentes opciones dentro de lo que yo he pensado en la situación, mi nivel de tensión emocional bajará. Por tanto, nos ayuda a controlar, a tener mayor sensación de control sobre nuestro estado de ánimo.No dudes en contactar con nuestro equipo si te encuentras con miedos e incertidumbres que no te dejan ver con claridad. Todos volveremos a la normalidad y qué manera mejor de hacerlo que cuidando nuestra salud mental. Recuerda que el mejor guerrero, no es el que siempre triunfasino aquel que vuelve sin miedo a la batalla.
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