Fitbit Flex. Recoge la experiencia de Fitbit en otros aparatos. Su sucesor, el Fitbit Force, está en camino. Mide pasos, reloj, cronómetro, sueño, calorías, entre otras cosas LVE
Hola chic@s para completar la serie de posts de estas últimas semanas, sobre las fórmulas que se pueden aplicar en el entrenamiento, para conseguir un mejor control en nuestras actividades tanto aeróbicas como anaeróbicas y así en definitiva tener un mejor rendimiento. Os voy a pasar, hoy viernes, un artículo muy interesante que he encontrado en el periódico la Vanguardia sobre los dispositivos tecnológicos y aplicaciones de móviles, muy de moda hoy en día, que podemos utilizar para monitorizar nuestra actividad física y planificar nuestros entrenamientos. Dispositivos o aplicaciones que nos permiten controlar el ritmo cardico (pulsaciones), calorías que consumimos, o bien mediciones de las actividades deportivas que realizamos para que veamos nuestros progresos etc...
Aquí os lo dejo, tanto el link como el artículo copiado:
http://www.lavanguardia.com/tecnologia/20131110/54393940782/dispositivos-monitorizan-actividad-fisica.html
Proliferan los dispositivos que monitorizan nuestra actividad física diaria
Los aparatos cuentan pasos y calculan desde calorías a eficacia del sueño | Un fabricante asegura que se camina un 42% más en la primera semana de uso | Conectar con amigos en redes sociales ayuda a romper el sedentarismo | La Organización Mundial de la Salud recomienda dar 10.000 pasos al día
Una de las paradojas de nuestro tiempo es que, mientras proliferan las dolencias relacionadas con el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios, crece también la preocupación por costumbres saludables. Un estudio presentado en abril pasado, Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology, demostraba que caminar puede ser una actividad tan beneficiosa para la salud como correr, así que todo lo que nos ayude a mover las piernas debería ser bienvenido. A eso se dedican pequeños artilugios tecnológicos que empiezan a verse en las muñecas y la ropa de muchas personas: es la fiebre de los monitores de actividad.
En los establecimientos de electrónica de consumo y en páginas de venta de artilugios por internet aparecen en forma de pulsera, como las populares Nike Fuelband, Fitbit Flex o Jawbone Up, pero hay otras muchas. Estos dispositivos tratan de controlar lo que hacemos y darnos ese empujoncito que rompa una rutina sedentaria. En el ejercicio, la costumbre es muy importante. La Organización Mundial de la Salud recomienda dar unos 10.000 pasos diarios, unos 8 kilómetros.
La doctora Carmen Cabezas, Subdirectora de Promoció de la Salut de la Agència de Salut Pública de Catalunya, observa que estos aparatos, como algunas aplicaciones de este tipo que funcionan en los smartphones, "tienen elementos positivos". Los monitores siguen algunos de los protocolos que los médicos recomiendan a alguien para animarle a moverse. El primero, señala esta médica, es el del registro: "cuando uno quiere cambiar un hábito, es importante saber qué hace".
"Lo siguiente -apunta la doctora Cabezas- es motivar". Las aplicaciones asociadas a los monitores llevan un registro exacto de la actividad que hacemos y, cuando dejamos de hacerlo, como haría un amigo o familiar, nos recuerda que deberíamos ponernos en movimiento.
El tercer elemento clave es el hecho de que permiten conectar a los usuarios, ya sea mediante una plataforma propia o a través de redes sociales, con amistades. "Cuando queremos cambiar un hábito es importante no hacerlo solo, sino en grupo", señala la doctora Cabezas. Las aplicaciones permiten que la persona necesitada de abandonar costumbres sedentarias esté conectadas con otras que la ayudarán y animarán. "Es como un compromiso que adquieres", añade esta responsable sanitaria.
La doctora admite que cualquier valoración sobre estas novedades tecnológicas debe ser prudente, porque todavía no se disponen de grandes ni prolongados estudios científicos que certifiquen sus bondades. "Quizás no funcione igual -sugiere- en todas las edades o en todos los niveles socioeconómicos". A falta de trabajos científicos, los primeros elementos parecen positivos.
¿Qué podemos controlar con estos aparatos? Cada uno tiene sus particularidades. En el mercado existe cerca de una docena de ellos. En general, miden pasos y actividades como correr, pero no sólo proporcionan el número de zancadas, sino también, en algunos casos, datos como escalones subidos o calorías gastadas -un elemento quizás menos objetivo-. Y algunos monitores de actividad llegan más lejos. En muchos casos miden también la actividad del sueño y permiten registrar en sus aplicaciones el número de calorías que se ingiere gracias a que tienen registradas unas tablas con diferentes platos para facilitar esa tarea.
Cada usuario se puede centrar en lo que más le interesa y compartir sus progresos o actuar en solitario. Todo depende de cada uno. Los primeros datos que existen sobre estos aparatos son positivos. Conchi Sánchez, responsable de Fitbit España, explica que, según los estudios que ha llevado a cabo esta compañía californiana, las personas que utilizan uno de estos dispositivos por primera vez, en la primera semana, incrementan su número de pasos diarios en un 42%. Se trata de una nueva "adicción" en positivo.
Los monitores de actividad se sirven de la competición con amigos para animar a que sus usuarios salgan a caminar. "El propósito de estos dispositivos es mejorar tus hábitos diarios. Por ejemplo, en el aspecto de los alimentos, hay gente que lo encuentra aburrido, pero en cambio les motiva lo de subir escaleras", comenta Sánchez. La representante de Fitbit en España explica que es entonces cuando muchos descubren que "este cambio de hábitos hace que te encuentres mejor".
"Como te vuelves más consciente de la importancia de un tipo de vida activo, acabas haciendo cosas que antes no te planteabas y que resultan saludables", observa Sánchez. Aunque los estudios científicos sobre estos aparatos no han tenido tiempo de ver la luz, los primeros interesados en ellos parecen ser las propias compañías que los fabrican, así que pronto sus datos se expondrán en los congresos médicos.
Estos aparatos utilizan pequeños sensores como acelerómetros, GPS y altímetros con los que miden la actividad de los usuarios. No tienen nada que ver con los relojes que se utilizan para correr, que pueden medir la frecuencia cardiaca y distancias recorridas (además de otras muchas variables) y que van dirigidos a un público más deportista.
Alguien que ha probado varios de aparatos durante un año, Enrique Dans, profesor de sistemas de la información de IE Business School, cree que "el resultado neto es positivo". En su balance, publicado en su blog, Enriquedans.com, Dans asegura que la motivación extra le ha llevado a mejorar su salud: "quince kilos menos, completamente estabilizados y sensación no de estar a régimen, sino de tener el tema bajo control. Mi peso hace un año era de 98,6, ahora se mueve en torno a los 83, mi porcentaje de grasa bajó desde el 21% al 15%, y tengo una sensación de equilibrio en todo lo relacionado con el estado físico francamente agradable".
Aspectos como la disciplina y la motivación son importantes para que esta cuantificación diera un resultado, pero el protagonista siente que, sin duda, ha valido la pena utilizar estos monitores. "Una experiencia positiva -valoraba-, que además se ha consolidado en forma de hábito vital. Me cuesta imaginarme volviendo a una vida no cuantificada".
Con precios de entre 60 y 160 euros, estos aparatos son lo que llamamos wearables (en inglés, para llevar encima). Motivarse para levantarse del sofá puede llegar a ser un poco más fácil.
Los móviles también pugnan por controlar el ejercicio físico
Nunca ha sido tan fácil como ahora saber cuánto y cómo nos movemos. Numerosas aplicaciones para móvil imitan el tipo de cuantificación que hacen los dispositivos como las pulseras. Se trata de un software que se aprovecha de los sensores que ya lleva el teléfono, como la brújula, el GPS, el acelerómetro y hasta el altímetro (que llevan modelos de gama alta, como el Samsung Galaxy S4) para proporcionar un informe diario de la actividad de un usuario.
Uno de los principales problemas que presenta el uso del teléfono para este propósito es el hecho de que mantener en funcionamiento constante esos sensores reduce de forma significativa la duración de la batería, pero el hardware empieza a adaptarse también a esta clase de inconvenientes.
El iPhone 5S, puesto a la venta hace unos días en España, incorpora un pequeño chip llamado M7 que registra toda la actividad de esos sensores de forma automática, sin la necesidad de que una aplicación determinada esté en funcionamiento. Así, se ahorra batería. Cuando el usuario abre una aplicación de monitorización, ésta se actualiza con los datos que el teléfono ha recogido mientras estaba apagada. Así se pueden controlar los movimientos de largos periodos de tiempo sin gastar la batería, una de las grandes pegas que hasta ahora tenían estas aplicaciones.
Desde la salida del iPhone 5S, han aparecido varias aplicaciones que hacen uso de esta característica. El ahorro de energía es tan notable que será difícil no ver pronto otros terminales con un procesador de este tipo. Según Apple, el M7 detecta cuando alguien va a pie o en coche y, en función de eso, le ofrece las indicaciones de la aplicación de mapas. Cuando se deja el teléfono mucho tiempo quieto, por ejemplo, al dormir, el procesador pone al mínimo el gasto de batería por conectarse a la red.
Las aplicaciones pensadas para controlar el ejercicio físico no sólo utilizan los sensores pensados de forma específica para estos usos, como el GPS o el acelerómetro. Hay algunos desarrolladores de apps que utilizan de manera sorprendente las posibilidades de los teléfonos. Entre los mejores ejemplos están las aplicaciones que recurren al flash y a la cámara del teléfono para combinarlas ambas de forma que detecten, cuando se pone el dedo índice sobre ambas, la diferencia de tonalidad roja y así calcular las pulsaciones del usuario.
Otra utilización imaginativa es la del sensor de proximidad del teléfono, instalado por los fabricantes para que la pantalla se apague cuando nos llevamos el terminal a la oreja. Hay aplicaciones, como una de Runtastic para hacer flexiones, que aprovecha ese sensor para, una vez que se sitúa el terminal en el suelo, llevar la cuenta del número de ejercicios practicados y lo que falta para completar el entrenamiento planificado.
Al margen de todas estas aplicaciones, las más comunes relacionadas con el ejercicio son las pensadas específicamente para el deporte. Son muy populares las de correr, como Nike Running, Runtastic, Runkeeper o Strava. A quienes practican ejercicio como correr a pie o en bicicleta les proporcionan numerosos datos que les permiten mejorar sus entrenamientos o, sencillamente, conocer cuánto se corre, velocidades en cada tramo, o diferencias de nivel. Todas tienen un propósito común. Hacer que nos movamos. Unas más y otras menos, pero todas quieren levantarnos del asiento.
Después de leer este artículo, igual os han dado alguna idea para regalar o que os regalen este tipo de aparatos, ahora que se acerca la Navidad. Por que como dice este artículo, MOTIVARSE para levantarse del sofá pueda llegar a ser un poco más fácil. Como siempre os deseo que tengáis un buen fin de semana tod@s.