Este tipo de dietas están dirigidas a aquellas personas que cuentan con una actividad deportiva importante o que participan regularmente en competiciones. Su objetivo es el de contribuir a la recuperación del cuerpo entre las sesiones de entrenamiento.
Es necesario ingerir una cantidad suficiente de hidratos de carbono para que las reservas de glucógeno no se vean comprometidas con el paso de los días de entrenamiento. De lo contrario nuestro rendimiento se vería afectado y las reservas de glucógeno cada vez serían menores, entrando en un estado de fatiga crónica.
Dieta estándar de competición para la recuperación del entrenamiento
La meta principal de este tipo de dieta es asegurar que se llega a la competición completamente recuperado de las cargas de entrenamiento y con las reservas de glucógeno a niveles elevados.
Hay que tener los niveles de glucógeno elevados porque, lo que está claro, es que unos niveles bajos van a suponer siempre una desventaja, ya que la intensidad del ejercicio que realicemos se verá reducida. Para mantener los niveles de glucógeno altos hay que disminuir la intensidad del entrenamiento .
El volumen, en mayor medida, y la intensidad deben reducirse durante la semana previa de la competición, y, paralelamente, la dieta debe ser la normal. Con esto quiero decir que hay que disminuir la velocidad con la que agotamos el glucógeno de nuestro cuerpo y, por otro lado, también debemos aumentar la ingestión de hidratos de carbono.
En el caso de que la competición o entrenamiento sea a las 11 de la mañana, la comida previa debe ser a las 8 de la mañana para garantizar la correcta digestión de los nutrientes y que no se vea comprometido nuestro rendimiento.
Recuperación después de la competición
Recuperación inmediata después de la competición: el objetivo es recuperar al atleta de la sed, de la hipoglucemia y de la fatiga producidos por el ejercicio que acaba de realizar. Es recomendable tomar:
500 ml. de agua mineral ( seguidos de pequeñas tomas).
Añadir a este líquido 1 gramo de sal y 0,5 gramos de gluconato potásico en los casos en los que las pérdidas por sudoración son elevadas.
Recuperación 2 horas después de la competición: El objetivo es recuperarse de la fatiga, de las pocas ganas de comer y de la sed.
Se debe ingerir una comida nutritiva, pero no debe ser muy abundante. Hay que basarse en la calidad, no en la cantidad.
Recuperación entre las 24 y 48 horas después de la competición:
Los objetivos de esta toma son el restablecimiento del equilibrio energético, aumento del apetito, etcétera.
En estos casos, hay que poner en marcha una dieta especial para el día siguiente de la competición.
Lo que está claro, es que si practicas deporte con regularidad, debes llevar a cabo una dieta adaptada, diferente a aquellas personas con una vida deportiva menos activa.
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