Primero se hace una valoración visual del paciente y un examen físico.
Entre otras valoraciones que se hacen, se realiza el test de Hannah. El paciente se inclina hacia adelante con las rodillas estiradas, dejando colgando los brazos.
Si hay una escoliosis, al observar la espalda, aparece una giba o abultamiento en uno de los lados de la espalda entre otros desequilibrios.
Para valorar el grado de la misma es necesaria una radiografía de la columna completa donde se podrán hacer mediciones del ángulo de la curvatura (ángulo de Cobb), rotación de las vértebras y maduración ósea.
Se podrá observar la ubicación de la misma, en función de esto, poner un tratamiento más concreto y e individualizado.
¿Cómo se trata la escoliosis?
A nivel médico se suele usar corsé, se suelen colocar en la fase de crecimiento, es decir, cuando el niño tiene entre 10- 12 años para reducir la progresión e intentar corregir la columna.
En casos muy graves, a partir de los 40º de escoliosis y cuando el corsé no ha hecho efecto, se usa la cirugía.
La cirugía es un poco complicada pero suele ser bastante efectiva. Consiste en colocar unas barras en los laterales de la columna e injertos óseos con el fin de crear una fusión espinal.
A nivel de la fisioterapia tenemos trabajo manual en la musculatura para quitar las contracturas.
Sobre todo mandamos ejercicios a los pacientes, éstos deben ser muy constantes para que la escoliosis no evolucione o lo haga más lentamente.
El Pilates va muy bien. Hay también métodos específicos para tratar la escoliosis como el método Schroth o el método Klapp.
La reeducación postural es esencial, explicamos a los pacientes cómo deben realizar ciertas posturas de forma correcta.