Glucómetro. Fuente: Erik1980
El 14 de noviembre es el Día Mundial de la Diabetes, la podóloga, Inés Palomo, nos hablará en este artículo sobre uno de los problemas que puede provocar esta enfermedad: el pie diabético, qué es, cómo afecta al paciente y cómo se puede prevenir.
Cuando decimos "tengo el azúcar alto" estamos hablando de la diabetes mellitus, enfermedad crónica que se debe a la ausencia total o parcial de la hormona insulina que produce la no absorción de la glucosa (azúcar) en sangre, por eso tenemos altos niveles de azúcar en sangre .
Existen varios tipos de diabetes tipo I-insulinodependiente o tipo II- no insulinodependiente, ambas pueden acarrear complicaciones crónicas, circulatorias y neuropatías.
Centrándonos en el pie, la OMS define el pie diabético como "la infección, ulceración y destrucción de tejidos profundos de la extremidad inferior, asociadas con alteraciones neurológicas y diversos grados de enfermedad vascular periférica".
Desde el punto de vista de la podología, el pie diabético es un pie de riesgo y ha de tenerse en cuenta, se deben de realizar unos cuidados y análisis exhaustivos debido a las alteraciones y complicaciones de la enfermedad que pueden llegar a acarrear úlcera, infección y necrosis en el caso de no ser tratado previamente, siempre y cuando exista un desencadenante (ej. rozadura del zapato)
El paciente diabético puede tener alterado la sensibilidad y la propiocepción del pie pudiendo llegar a existir complicaciones frecuentes como:
"mal perforante plantar", es una úlcera no dolorosa causada por una presión excesiva y pérdida de sensibilidad en una zona localizada, normalmente suele aparecer en la planta y en los dedos del pie y es posible que existan callosidades previas.
pie de Charcot, es un deterioro progresivo de las articulaciones y el desequilibrio muscular que soportan el peso del pie o el tobillo, deformando el pie del afectado.
Esta úlcera y el pie de Charcot, deben de ser tratadas por profesionales sanitarios (podólogos, enfermeros,?) lo antes posible mediante apósitos, descargas específicas, ortesis, "plantillas a medida" etc. para evitar sus complicaciones: las infecciones y necrosis que nos llevarían como último recurso a la amputación.
Desde la podología se dan unos consejos:
Examinar los pies y calzado a diario. Si no ve bien, solicite ayuda a un familiar
Lavarse los pies con agua tibia y jabón neutro.
Secar muy bien los pies sobre todo entre los dedos.
Hidratarse los pies.
No autotratarse, evitar el uso de: tijeras con punta, callicidas, etc.
Corte de uñas recto.
Dieta sana y equilibrada.
No fumar.
Realizar actividad física.
Utilizar calcetines de algodón o fibras naturales.
Utilizar un calzado apropiado: piel suave, sin costuras, antideslizante, calzado ajustado (no mocasines), calzado ancho para no sufrir roces ni presiones en el pie, utilizar el nº de calzado apropiado, etc.
Acudir al podólogo con frecuencia para prevenir y eliminar las "callosidades y otras lesiones".
Artículo original escrito por:
Podóloga
Talavera de la Reina
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