O un día menos.
Qué más dá?
Hace ya demasiado tiempo que los días son el mismo.
Miras el móvil. Ya tienes varios emails sin leer, y eso que la última vez que le echaste un vistazo fue justo antes de acostarte.
Cómo no, algunos son del imbécil de tu jefe y otros de Mr. Trepa, que ha enviado un par de ellos a las 2:00 de la mañana para demostrar eso que el jefe tanto adora: "que es un hombre de empresa"
"Vaya gilipollas" piensas
Vas camino del record: te has despertado hace tan sólo 3 minutos y ya has "concedido" 3 insultos.
Decides arrastrarte hasta la cocina para desayunar algo rápido. Te preparas un café y engulles una tostada mientras lees un irritante correo de tu jefe.
“Le dices cuatro cosas" mientras te lavas los dientes.
Es una pérdida de energía porque sabes perfectamente que esas palabras jamás traspasarán las paredes de tu cabeza.
Te despides de tu pareja sin emoción alguna y sales de casa.
20 minutos después de haberte levantado ya estás dentro del coche, sumergido en el tráfico.
Enciendes la radio para escuchar la actualidad informativa.
"Estos políticos son todos una panda de?" te da asco lo que escuchas, pero por alguna razón te alimentas de ello cada mañana.
Llegas a la oficina y como si fueras un robot ejecutas un ritual diario: das los buenos días, sacas un café de la máquina, te sientas y abres tu portátil.
10 minutos de rutina bastan para que tengas más trabajo que con el que saliste el día anterior.
Es como la bola nieve que se agranda.
Hace ya tiempo que dejaste de luchar contra ella. Ahora rodáis juntos. Sin más, mientras te aplasta.
Miras el reloj. Quedan ocho horas de jornada. Más “la prorroga”.
Sueltas un suspiro y ruegas al cielo que no se alargue más de lo debido
Una notificación del whatsapp te saca de tu conversación con el más allá.
Es de un amigo que te manda una foto desde Egipto haciendo una mueca delante de las Pirámides.
¡Qué cabrón! Vaya vida se pega. Piensas con insana envidia.
Te preguntas qué hiciste mal: sacaste la carrera año por curso; te ficharon para realizar una beca en una gran multinacional; hiciste un máster…
Recibes otra foto de tu amigo y le contestas. "Tú sí que vives la vida"
El te responde: "La vida es para vivirla, ¿no?"
Entonces te das cuenta de que llevas demasiado tiempo sin vivir.
Tienes ya casi 40 años y estás “muriendo” en vida
Despojado de tus sueños, hace tanto que no saboreas la vida, que ya se te ha olvidado hacerlo.
Que no disfrutas de un día para ti mismo.
Que tu único contacto con la naturaleza es ver al gorila de tu jefe.
Que no quedas con gente querida de toda la vida.
Que con tu pareja haces más la guerra que el amor?
Por alguna razón asumiste que dedicar tu vida al trabajo era lo que había que hacer para alcanzar el éxito.
Y ahora que lo tienes, ahora que has llegado más allá de donde esperabas, sólo sientes desidia, sinsentido, decepción?
Creíste que ser responsable significaba renunciar a tus sueños.
Y mírate. Ahí estás. En tu mesa de trabajo deseando aniquilar un día más.
Siendo el engranaje de una organización en la que no crees. Sin otra respuesta que "pagar las facturas" cuando te haces la pregunta ¿por qué estoy aquí?
Te sientes atrapado porque no ves cómo salir de ahí.
Es tan claustrofóbico como estar en un ataúd. Enterrado. Sin poder hacer nada.
Pero no descansas en paz.
Tu alma grita desde tu interior.
Grita con fuerza, con rabia y desesperación, esperando que alguien le oiga
"¡SÁCAME DE AQUÍ!"
Buenas noticias! aún no estás muerto. Aún hay una voz que habla dentro de ti.
Seguramente llevas tiempo gritando por dentro, pero por alguna razón hasta hoy no has oído esa voz.
Hoy la vida te ofrece una segunda oportunidad
La oportunidad de dejar de ser un muerto en vida.
Mira por la ventana.
Ahí fuera hay miles de personas dedicando su vida a cosas extraordinarias.
Unos salvan vidas, otros viajan por el mundo, otros están creando obras en este momento que serán recordadas durante siglos?
Entiende que el verdadero significado de éxito es dedicar tu vida a algo con sentido, que te permita vivir con pasión y ser libre.
Mira al amargado de tu jefe y al resto de muertos vivientes entre los que te encuentras.
¿De verdad quieres seguir así?
Sabes que no.
Que tienes que hacer algo.
Quizás ya hayas sentido el impulso de salir por la puerta sin mirar atrás, pero hay barreras que te impiden hacerlo.
Tu miedo a equivocarte..
..tu dependencia financiera..
..tu miedo a decepcionar..
..tu inseguridad de si eres capaz de ganarte la vida fuera de los confines de tu empresa.
No es fácil, no.
Pero te aseguro que es posible.
Yo mismo recorrí ese laberinto y encontré la salida.
Pidiendo ayuda al principio cuando no sabía para dónde tirar.
Después, una vez pude ver el camino, avanzando por él con dedicación y compromiso.
La diferencia entre una nueva vida y quedarte en tu jaula dorada, estriba en si harás de tus barreras, nuevos retos o un montón de excusas.
Si decides que sean excusas permanecerás ahí.
En tu fantástico ataúd. Enterrado en vida.
Yo te reto a buscar respuestas, porque si estás aquí es porque aspiras a una vida más plena.
Una vida que sin duda te mereces.
Pero has de tomar una decisión:
¿Vas a seguir poniendo excusas para recuperar tu vida?
Nota: Post inspirado en: “no seas tú quien muera a los 25” del blog Inteligencia Viajera.
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