¿Sería Atkins? ¿Quizás South Beach? ¿O The Zone? ¿Tal vez Sonoma, Montignac, Paleo, Macrobiótica?¿Crudiveganismo? Cuantas teorías encontraba, y cómo me frustraba:
(1) que se contradijeran unas a otras
(2) el fanatismo que despertaban en sus seguidores
(3) la tortura que me provocaba intentarlas, es que a mí basta con que me prohibas algo para que me obsesione con ello, he llegado a soñar con pan y helado de chocolate (ehem, al mismo tiempo, en plan bocha de helado dentro de una baguette, que el inconsciente tiene esas cosas)
Este blog y este post en particular, son para Chicas Grandes: me refiero a mujeres de cierta edad y de cierto peso, que tengan la honestidad de admitir como yo que tienen problemas para controlarse alrededor de la comida, y que son obesas por comer demasiado – y ser sedentarias, pero eso lo dejo para otro post.
Porque bajé 20 kilos y mi historia tiene un final por el momento feliz, y digo “por el momento” porque la addicción a la comida la voy a tener para siempre, es que me gustaría hoy compartir mi experiencia con las Chicas Grandes que quieren una alimentacion mas saludable, y no saben por donde empezar.
Ya sabemos que debemos comer más frutas y verduras, e ingredientes de origen natural, sin químicos ni aditivos, que no hayan pasado por procesos de fabricacion. ¡Pero esto es todo lo contrario de la hamburguesa con patatas fritas que tanto nos gusta! ¿Cómo pasar de la comida chatarra a la sana, sin sufrir en el intento?
1) No te agobies
La cuestión con las teorías de la alimentación es que tienden a aparecer acompañadas por un cierto estilo de vida, como por ejemplo ser crudivegana pareciera ir con el yoga y la meditación, o convertirte al paleo con meterte en el gimnasio. Es que hay enfoques de alimentación que parecerían sectas, y te indoctrinas tanto leyendo que al final piensas que debes entregarte de por vida en plan “todo o nada”, y ya sabemos lo que pasa, es dificilísimo, no lo conseguimos, nos frustramos y lo abandonamos casi antes de empezar.
Mismo con eso de los “ingredientes de origen natural, sin químicos ni aditivos, que no hayan pasado por procesos de fabricacion“, pues ya me gustaría a mi cocinar todo casero, sin microondas por las dudas, pero ¿quién tiene tiempo para hacer su propio pan, o su propia mayonesa?
Pues que no, que no se trata de extremos, de o comes 100% comida sana, o comes 100% comida guarra, que se puede empezar de a poco y con calma.
Te doy un truco infalible para empezar ya a comer mas sano: toma un plato, llena la mitad con lechuga y tomate, y luego tienes la otra mitad para comer lo que quieras. Es mágico: las verduras crudas tienen fibra y te llenas, tu cerebro percibe un plato completo y no te sientes deprivada, y estás comiendo lo que quieres, pero menos cantidad que usualmente, porque sólo tienes espacio en medio plato. Lo mismo aplica para los postres: medio platito con frutas frescas, y en la otra mitad menos de la torta o helado que normalmente comerías.
¡Ya esta! “más frutas y verduras” sin privarte de nada, si quieres ya puedes dejar de leer porque con este punto solamente ya estarás comiendo más sano.
Pero esto recién empieza…
2) Sal del closet
“Hola, soy Lola, soy gorda y me gusta comer”. ¡Que si! Que el comer es una necesidad humana, y que encontrar el placer en la comida es humano también. ¿Por qué avergonzarnos, por qué escondernos para comer? ¿Por qué pensar que debemos torturarnos y deprivarnos?
¿Por qué comer apio y zanahoria cuando tienes hambre? A que no hay nada peor que te de un bajón de hambre en la oficina por la tarde, y obligarte a masticar verduras como un conejo. A mí eso me saca la bruja perra de dentro, es muy peligroso que yo vaya a una reunión de trabajo torturada por el hambre – probablemente me pelee con alguien. Y seguro llegaré a casa tan frustrada que terminaré atacando el refrigerador.
Igualmente si salgo a cenar con amigas, y me pido “una ensaladita” porque supuestamente estoy “a dieta” – pues me frustrará tanto ver lo que comen las demás que seguramente termine: (opción 1) limpiando sus platos con pancito, (opción 2) parando por una hamburguesa con fritas de camino a casa, (opción 3) desquitándome con un kilo de helado al llegar (opción 4) todas las anteriores.
Tenemos que calmarnos alrededor de la comida, para poder elegir con responsabilidad lo que vamos a comer. La verguenza, la culpa, el escondernos para comer, deben terminar. ¡Salgamos del closet, y blanqueemos la relacion con la comida!
Terminar con las prohibiciones y las listas de “alimentos buenos y santos” versus “alimentos de placer perverso” para mí fue un buen punto de partida.
Imagina que tienes un amante secreto, que debes dejarlo mañana y que esta noche es tu despedida, tu última oportunidad para estar con él… qué ansias desesperadas, ¿verdad? ¡qué noche interminable de lujuria!
Avance rápido a un final de telenovela, imagina que el amante secreto ahora es tu marido; está todo el tiempo en casa y lo puedes tener cuando quieras. ¿A que ya no te apetece tanto?
Desde que me propuse ser sana y feliz en vez de delgada, y abandoné las dietas, me lo permito todo. Ya no tengo listas de alimentos prohibidos, simplemente elijo lo que me apetece en el momento. Las patatas fritas y el chocolate eran mi “amante secreto”, del que me tenía que despedir porque la dieta empezaba al día siguiente. Ahora convivo con ellos, están todo el tiempo en casa, y créeme, han perdido ese punto de atracción fatal que tenían.
Cuando elegimos qué comer desde la abundancia y la calma, elegimos con responsabilidad y buscando el bienestar. Piénsalo, y si la tortura de las dietas te angustia, intentando un enfoque más relajado no tienes nada que perder (excepto kilos de más).
3) Juega a Dora la Exploradora
O a Madame Curie, vuélvete una curiosa investigadora de tu cuerpo y experimenta qué te hace sentir mejor.
Estamos constantemente recibiendo información, y muchas veces contradictoria: unos te dicen que hay que huir de los lácteos como del demonio, y otros que el yogur adelgaza. Los hay quienes aseguran que hay que comer ocho veces por día, y los que defienden que hay que hacer solamente tres comidas diarias.
Y no estoy solamente hablando de los medios de comunicación incluído internet, es que si las dejas entre tus amigas y las mujeres de tu familia te pueden enloquecer a consejos. Contando yo cómo perdí mis 20 kilos y mencionando al pasar que como postre todas las noches, he recibido reacciones del tipo “¡deja ya de hacer eso!” con una vehemencia que ni les hubiera dicho que fumo crack de cocaina. Hay opiniones sobre todo, como que no hay que comer carbohidratos despues de las 5, 8 o 10 de la noche, la hora exacta dependerá de quién te lo dice, y vete tú a saber si la “experta” conoce qué es exactamente un carbohidrato.
Mi “consejo” es que no te dejes abrumar por tantos consejos y uses tu criterio para elegir cuáles te gustaráa probar, de a uno o dos por vez. Y luego, usando el método científico, experimenta si te dan o no resultado.
Busca señales para reconocer si un nuevo hábito te está haciendo bien, que señales las hay varias para medir:
– cómo te sientes: ¿satisfecha? ¿a qué hora te da hambre? ¿cómo esta tu humor?
– qué te muestra tu cuerpo: blanco del ojo, aspecto de la lengua, cómo vas de cuerpo, a qué hora, centímetros de cintura, peso
Así podrás decirte que un cierto consejo lo has seguido por un cierto tiempo y si te ha resultado o no, con el respaldo objetivo del experimento que has llevado a cabo. Está bien mantenerte abierta a oír nuevas ideas, está bien probar alguna si te parece interesante, pero yo personalmente prefiero mantenerme escéptica y evaluar si el hábito le va bien a mi cuerpo, mis gustos y mi estilo de vida.
Yo por ejemplo me peso todas las mañanas, algo que me resulta de mucha utilidad para aprender de lo que hice el día anterior. Así después de que una noche sali a beber con mis amigas y engordé a la mañana siguiente, por un tiempo suprimí el alcohol. Luego otra vez tomé una copita de cava y no subí. ¿Debo decir “no al alcohol”, o “no al acohol por la noche”? No lo sé, tendré que seguir experimentando, pero por el momento las calorias prefiero comerlas y no beberlas.
Experimentar y llevar un diario te puede ayudar si sospechas que tienes alguna intolerancia a algún alimento, fíjate si lo reemplazas por un tiempo y observas algún cambio. O qué pasa si comes más al mediodia y te saltas la merienda. O si cenas más temprano. O si simplemente comes cuando tienes hambre.
Y ya que todos dan consejos, te dejo uno también, para que lo pruebes: comer muy despacio, dejar los cubiertos entre bocado y bocado, y masticar hasta que no quede nada por masticar, que la digestión comienza en la boca. Verás cómo la comida dura más, se disfruta más, y te cae mejor.
4) En la variedad está la diversion
Lo de eliminar completamente un grupo alimenticio parece peligroso. Antes el enemigo era la grasa, todo tenía que ser sin grasa de ningún tipo – y luego resulta que algunas grasas son beneficiosas para el organismo. Volviendo al ejemplo de los lácteos, por cada experto que te dice que son malos, por ejemplo planteando que ningún animal bebe leche una vez que se ha hecho mayor, y menos de otra especie animal (“has visto alguna vez una jirafa bebiendo de la teta de una elefanta?”), hay otros que te dicen que son buenos y necesarios para la salud. Yo como no sé a quién creerle, por las dudas no me la juego y no me privo de ellos.
Pero tambien por las dudas, no me paso el día tomando lácteos, son solamente una parte de los grupos alimentarios que ingiero. Y tomo no solamente leche de vaca, también de almendra, de oveja, de coco, de todo un poco para no aburrirme, y para que si llegara a ser el caso de que alguno no sea tan inofensivo para la salud, pues he limitado mi riesgo.
Comer variado nos ayuda porque distintos alimentos aportan diferentes nutrientes, y me gusta la idea de comer un arcoiris de diferentes colores de frutas y verduras, porque se ve bonito y porque dicen que cada color significa distintas vitaminas. No tengo un arcoiris en mi plato cada vez, pero tomo fotos de lo que como e intento observar a lo largo de la semana si he comido de todos los colores.
Una forma de comer variado es elegir frutas y verduras de estación, y esto es más fácil de lo que piensas: simplemente mira en el supermercado lo que esta de oferta, y probablemente sea de lo que más se ha cosechado últimamente; los vegetales de estacion son también los que tienen mejor sabor, si es que lo de la salud y las vitaminas no es suficiente para convencerte.
También comemos variado probando comidas de otras culturas, por ejemplo la comida hindú nos expone a diferentes especias que probablemente no usemos en nuestras preparaciones diarias, ¡que si ya estas cocinando con cúrcuma y cardamomo entonces dejame felicitarte! Las recetas veganas nos hacen usar más vegetales de los que probablemente comemos (patatas), las japonesas más pescado, etc.
Ya ves que si dejas de prohibirte alimentos, y la cornucopia de la abundancia se pone a tu disposición, te será divertido escoger lo que más te agrada, y ya no tendrás que torturarte pensando en lo que dejas de lado. Que a mí me encanta la comida vegana, pero no imagino tener que renunciar de por vida al jamón serrano y al queso parmesano, honestamente mi vida no sería la mismo sin ellos.
5) Vuélvete una foodie
Yo una vez que salí del closet y me decidí a ir por la vida como Gorda Que Come, pues no me ha parado nadie, y obesa y todo fui por primera vez a un restaurante con estrella de Michelin. Antes esos sitios me intimidaban, pensaba que sólo gente bella y delgada iba y comía de esos platitos tan elaborados y artísticos, es más… ¡pensaba que te quedabas con hambre! Pues no es así, que las porciones son pequeñas pero tienen tantos colores, tantas texturas, tantos sabores, tantas sorpresas, que te aseguro que satisfacen de tal manera tus sentidos que te irás llena.
Hasta solía yo tener verguenza de ir a tiendas gourmet, o biológicas/ecológicas, pero sabes que… ¡las gordas podemos ir a todos los sitios! Mientras el culo quepa en la silla, y entre por la puerta, ¿quién te lo impide? Cuando empecé a comer exquisiteces fue cuando empecé a perder los kilos, y no me arrepiento.
Y me he vuelto una snob con respecto a la comida, como me puedo permitir comer de todo, ir a comer a una cadena de fast food me parece un soberano desperdicio de oportunidad, con todas las opciones de buena comida que hay para escoger.
Y no estoy hablando de gastar fortunas: también me he vuelto una fanática de los camiones de comida, y de los puestos de street food que me han recomendado donde se ofrece comida casera de calidad, hecha con amor por personas, y no por una corporación que tiene como objetivo maximizar las ganancias de los inversores.
Mi pasión por la buena comida se intensifica con los kilos que voy perdiendo, y elegir con discernimiento ayuda a comer sano: quien cocina con dedicación se enorgullece de usar los mejores ingredientes, los más puros y naturales.
Vuélvete una connaisseuse de sabores, y dedica tu expertise a lo perfeccionar lo que vas a ponerte en la boca. Entonces, antes de agregar sal y azúcar a lo tonto, lo pruebas, y si necesita un toquecito le agregas lo mínimo, hasta que llegue a su punto exacto. Que la comida debe saber a los ingredientes que contiene, y no a sal o azucar, ¿cual es la gracia si no?
Abraza con gusto el mundo de la comida, que si te atrae tanto, por qué no invertir tiempo y dinero en ello: lee sobre comida, aprende sobre comida, toma clases de cocina, viaja para comer. Yo he planeado viajes alrededor de la comida, y siempre, sin excepción, he planeado la comida antes de viajar, para evitar caer en una trampa para turistas, mi anhelo es comer auténticamente con los locales.
La lección principal que aprendí es que cuánto mejor es la calidad de la comida, cuanto más especial es la experiencia de obtenerla, menos te dispara un atracon. Yome he dado atracones con galletas baratas de supermercado, jamás con macarons de Ladurée, I rest my case.
6) Implementa la mejora continua
La alimentación sana es un camino para comenzar despaco, y continuar mejorando cada vez: volviendo tu alimentación cada vez más sana, cada vez más pura, cada vez más responsable; pero por algo hay que empezar.
Mi primer paso fue el medio plato con frutas o verduras frescas, y luego en la otra mitad del plato lo que quisiera: por ejemplo pizza comprada. Luego pasé a comprar la base de la pizza con su salsa de tomate, y a ponerle queso, verduras y charcutería de buena calidad escogidos por mí. Mi próximo paso será algún día llegar a amasar
mi propia base y a hacer la salsa de tomate casera.
También estoy prestando más atención a la lista de ingredientes de lo que compro, y en lo posible intento comprar lo que tiene un solo ingrediente. Por ejemplo, ¿cuál es la lista de ingredientes de un tomate? uno solo: “Tomate”. ¿Cuál es la lista de ingredientes del pollo? Simplemente “pollo”. Yo no sé que es el “nitrato de sodio”, pero si no me suena a algo que camina, nada o crece de una planta, entonces “ni trato” de comerlo.
No es fácil comprar solamente ingredientes puros, no es práctico ni a veces posible hacerlo todo en casa. Algún día me gustaría hacer mi propio chocolate (en lo posible vegano, con cacao crudo y aceite de coco), pero en la actualidad lo compro hecho en una factoría. Eso sí, leo la lista de ingredientes con cuidado, y escojo con responsabilidad. En vez del chocolate de la foto superior, con docenas de ingredientes incluyendo “carbonato ácido de potasio, carbonato ácido de amonio, carbonato ácido de sodium”, escojo el chocolate de la foto inferior que contiene solamente cacao, azucar, lecitina de soja y aroma natural de vainilla. ¿Es el segundo más caro? Sí, pero te aseguro que el sabor es tanto más intenso, que comes menos y lo disfrutas más.
Hoy día compro pollo de supermercado porque el ingrediente es “pollo”, pero en el futuro puede ser que me vuelva más cuidadosa e interesada en averiguar de dónde viene el ave y como ha sido la crianza, porque los antibióticos que le pueden haber suministrado no figuran en la lista de ingredientes.
No te preocupes pensando en todo esto hoy, ve descubriéndolo de a poco, todo viaje empieza con un primer paso.
7) Mas placer, menos dieta
Si lo piensas bien, desde el corazón, tú no quieres estar delgada: tú lo que realmente quieres es estar sana, bella y feliz. Entonces cambia tus hábitos buscando sentirte sana, bella, y feliz, empieza eligiendo una alimentación sana, que ya verás cómo además pierdes kilitos. Pero no es necesario sacrificar ni el sabor, ni el disfrute, ni la satisfacción.
Espero que este artículo te haya inspirado a investigar sobre la alimentación saludable y la nutrición, y elegir desde la abundancia, la responsabilidad, el libre albedrío, y el placer.
Recuerda que las dietas tienen una fecha de caducidad, pero los buenos hábitos alimenticios son para siempre. No vas a cambiarlos de un día para el otro, necesitas paciencia, tienes que hacerlo gradualmente adaptándolos a tus costumbres, tu cultura, tus obligaciones diarias, y tu presupuesto.
Pero no te intimides, que si yo pude pasar de vegetar frente a la tele con una bolsa de patatas fritas en una mano y de galletas en la otra, a comer más sano, correr media maratón, y perder 20 kilos, tú puedes hacerlo también.
Con más inspiración te espero en el blog masplacermenosdieta.com, en la página, y en el grupo de facebook Club Más Placer, Menos Dieta.
Anímate, que sentirse bien es un placer, y ser feliz adelgaza.