Todos los seres humanos tenemos el deseo de morir en paz: en paz con nosotros mismos y en paz con el resto del mundo.
Párate a pensar un momento.
¿Crees que antes de morir habrá algo de lo que te arrepientas?
Quizá tu primer pensamiento te lleve a decir “no”, pero lo cierto es que la mayoría de la gente sí se arrepiente de ciertas cosas antes de morir.
¿De qué?
Pues curiosamente, aunque la vida de cada persona es única, genuina e irrepetible, el lecho de muerte nos iguala y los arrepentimientos antes de morir suelen ser bastante comunes.
A esta conclusión han llegado diversos estudios y expertos, entre ellos Bronnie Ware, una enfermera australiana especializada en cuidados paliativos que pasó 8 años compartiendo las últimas semanas de vida de enfermos terminales y escuchando sus últimas palabras.
Esas experiencias las recogió en su libro The Top Five Regrets of the Dying: A Life Transformed by the Dearly Departing, en el que hace un repaso de los 5 arrepentimientos que las personas a las que cuidaba le confesaron antes de morir.
Seguramente, creas que si experimentas arrepentimiento antes de morir será por algo que has hecho o dicho en algún momento de tu vida.
Pero no.
De lo que nos arrepentimos es de lo que NO hemos hecho. No te arrepientas de lo que no has hecho. ¡Actúa!
Todo lo que hacemos en nuestra vida, bueno o malo, es aprendizaje. Por eso es más común arrepentirse de algo que no hicimos.
Así que he preparado este artículo, basado en los aprendizajes de Bronnie Ware, para invitarte a la reflexión y que aproveches tu vida ahora que aún tienes tiempo para hacerlo.
Y para ello, el primer paso es adentrarnos en la mortalidad.
Enfrentar la mortalidad como paso para evitar arrepentimientos antes de morir
Antes de detenernos en los principales arrepentimientos antes de morir, considero necesario hablar de muerte en sí.
- ¿Piensas a menudo en la muerte?
- ¿Hablas sobre este tema?
Es muy posible que no, porque la sociedad y la cultura occidental no invita a ello. Me atrevo a decir que es un tema tabú del que se huye.
Es más, si alguna vez has hablado de la muerte (imagino que lo has hecho), te has encontrado con respuestas como estas:
- “¡Calla! No hables de esas cosas”.
- “¿No podemos hablar de algo más alegre?”.
- “Cambia de tema, que de esto no me gusta hablar”.
En definitiva, a la gente le incomoda hablar sobre la muerte, pensar en su propia mortalidad y afrontar de forma abierta este tema.
Como digo, es propio de la idiosincrasia occidental. Mientras que en otras culturas la muerte se asume como parte de la vida, nosotros tendemos a darle la espalda.Y esta actitud tiene sus consecuencias.
La primera de ellas es que vivimos como si la vida fuera eterna. Pero no es así. Así que cuando la vida empieza a apagarse y nos damos cuenta de que el tiempo se escapa, es cuando somos conscientes de la vida en sí. Cuando ya no hay tiempo de reacción. Cuando no podemos tomar las riendas y hacer esas cosas que dejamos por el camino.
¿Cuáles son los principales arrepentimientos antes de morir?
Como te decía antes (y aunque te sorprenda), en el lecho de muerte no nos arrepentimos de lo que hemos hecho, sino de lo que no llevamos a cabo por falta de coraje y valentía.
Veamos cuáles son los 5 mayores arrepentimientos que tiene la gente antes de morir.
1. Ojalá hubiera expresado mis sentimientos
Por no mostrarse vulnerable, por no provocar un supuesto conflicto o por el qué dirán, el caso es que a lo largo de la vida dejamos en el tintero y sin expresar muchos sentimientos y emociones, tanto positivos como negativos.
Y se convierte en uno de los arrepentimientos antes de morir.
Según cuenta Bronnie en su libro, muchos moribundos afirmaban que les habría gustado tener el coraje para hablar honestamente y decir a las personas de su entorno lo que realmente sentían por ellas.
Debemos acostumbrarnos a decir lo que sentimos cuando lo sentimos y hacia quien lo sentimos. ¿Y si hace daño?
Bueno, tú eres responsable de cómo dices las cosas, pero no eres responsable de las reacciones de los demás. Y lo más importante: no puedes controlarlo ni debes intentar controlarlo. No eres responsable de las reacciones ajenas ni controlas las emociones de los demás
Fíjate.
Expresar lo que sientes, aunque a la otra persona no le guste lo que estás diciendo, fortalecerá esa relación porque estará construida sobre la honestidad.
En toda relación saludable debe existir la posibilidad de ser quien eres realmente, sin maquillajes. Y a quien no le guste… ¡puerta!
Una relación no es sana si censura tus pensamientos, emociones y actos.
2. Desearía no haber trabajado tanto
¿Para qué sirve una jornada de trabajo infinita en una oficina si no te permite disfrutar de los tus seres queridos?
Ya te digo yo para qué te sirve: para sumar arrepentimientos antes de morir.
De hecho, ocurre lo contrario, y lo normal es que aparezca arrepentimiento por haberse perdido la juventud de sus hijos, no haber pasado más horas junto a su pareja y familia o no haber disfrutado de actividades que más le gustaban.
Piensa un momento en tu vida y en tu rutina diaria. Imagino que sales de casa temprano y te pasas gran parte del día fuera. Y cuando vuelves, llevas la cabeza repleta de preocupaciones, sinsabores y problemas del trabajo.
Si tu vida gira en torno a tu actividad profesional, puede que en un futuro te arrepientas.
¿Vives para trabajar o trabajas para vivir?
Obviamente tienes que trabajar, sí, pero ¿por qué mantenerte en un trabajo que no te hace feliz y que absorbe prácticamente todas las parcelas de tu vida?
Te aseguro que una vida más minimalista y más sencilla te permite crear un mayor espacio para ti, disfrutar más y ser más feliz.
3. Me habría gustado tener más contacto con mis amigos
El trajín diario y las ocupaciones de la vida nos alejan muchas veces de nuestras mejores amistades.
- “A ver si quedamos un día de estos”.
- “Tenemos que tomarnos un café y ponernos al día, que hace mucho que no hablamos”.
Según Ware, al final de la vida, los amigos cobran una importancia especial.
No es que la familia se considere menos relevante, sino que los familiares tienen que hacer frente a su propio duelo.
Por eso, en el lecho de muerte, la gente echa de menos a los amigos; esos amigos a los que se les perdió el rastro hace tiempo y ya es demasiado tarde para encontrarlos.
Cuando te enfrentas a la muerte, la mayor parte de lo que ahora te preocupa y a lo que dedicas tiempo carece de importancia y mientras estás perdiendo la oportunidad de disfrutar de la gente que te enriquece.
Para ser consciente de esto no hace falta estar a punto de morir. Basta con tener que ir al hospital.
Para mí, las puertas de un hospital son como una frontera. Cuando cruzas el umbral, las prisas se esfuman, el tiempo parece que fluye a otro ritmo y las prioridades se transforman.
¿Alguna vez lo has vivido?
Entonces sabrás de lo que te hablo…
A lo que voy: sé consciente cada día de lo verdaderamente importante en tu vida y no permitas que naderías irrelevantes ocupen tanto tu vida que no tengas tiempo para dedicarla a tus amigos.
Si me haces caso, evitarás uno de los mayores arrepentimientos antes de morir.
4. Ojalá me hubiera permitido a mí mismo ser más feliz
¿No nos permitimos ser felices? Pues parecer ser que no. O al menos no todo lo felices que nos gustaría ser. Y esto ocurre por varios posibles motivos:
- Falta de coraje para enfrentarnos a nuestros miedos.
- La comodidad de vivir en la zona de confort (que nos proporciona seguridad).
- La fuerza de los patrones heredados que condicionan nuestras decisiones y determinan nuestro camino.
En el fondo, podemos resumirlo en una palabra: miedo. Miedo al cambio y a la incertidumbre. El miedo al cambio y a la incertidumbre nos conduce a la infelicidad. El miedo es humano y al cerebro le gusta muy poco adentrarse en terrenos desconocidos.
Pero para ser feliz has de atreverte a ser feliz.
La vida es una toma constante de decisiones y solo tú decides cómo quieres vivir la tuya. ¿Y si eliges ser feliz?
5. Ojalá hubiera vivido la vida de mis sueños y no la que otros esperaban de mí
De los 5 arrepentimientos antes de morir, este es el lamento más común de todos.
Cuando una persona se da cuenta de que le falta poco para morir, es consciente de los sueños que se quedarán sin cumplir y de la vida que le habría gustado vivir.
Lo triste de este arrepentimiento es que se podría haber evitado tomando decisiones valientes.
Por eso, no me cansaré de repetirte que vivas tu vida como tú quieres que sea y que hagas realidad tus sueños. O al menos que lo intentes.
¡Y hazlo sin miedo!
Ya me has oído decir en más ocasiones que el miedo es una emoción natural y necesaria que no es mala, a menos que supere un límite y nos impida tomar ese tren al que queremos subir y no nos atrevemos a saltar.
¿Y si empezaras a vivir pensando más en ti y en tus deseos y menos en las expectativas de los demás?
Es posible que hasta te dé vértigo imaginarlo, pero es necesario si de verdad quieres abandonar el mundo sabiendo que viviste una vida feliz.
Podemos elegir. Podemos decidir si queremos una vida feliz o de arrepentimiento.
¿Cuál prefieres tú? Yo lo tengo claro: quiero ser feliz.
Cómo vivir una vida libre de arrepentimiento
La vida es tiempo. Y ese tiempo es un regalo. Así que la forma en la que aprovechamos ese regalo determina si vivimos una vida de arrepentimiento o de felicidad.
Es muy triste llegar a la tumba pensando “ojalá hubiera…”. En ese momento ya no hay margen de maniobra; ya no hay tiempo.
Si te fijas, los 5 motivos de arrepentimiento más comunes en el ser humano se resumen en no haber tenido valor para actuar.
Esa falta de coraje se traduce en miedo a arriesgarnos, miedo a perder, miedo a la inseguridad, miedo a que nos dejen de querer si tomamos nuestras propias decisiones.
Y llega un momento en el que creemos que ya es demasiado tarde para cambiar de rumbo.
Sin embargo: Nunca es tarde mientras estemos vivos
Yo entiendo en qué situación estás ahora mismo, porque también hubo un tiempo en el que me resignaba a vivir la vida que se esperaba de mí.
También sé lo que significa darle un puntapié al miedo, tomar las riendas y decidir mi propio rumbo.
Fruto de ese día que decidí dar carpetazo a mi vida como ingeniero y apostar por una vida elegida por mí, es que hoy puedo gritar que cada día me siento realizado, pleno y feliz.
Por eso, espero que este artículo te motive a actuar HOY y no dejar las cosas importantes para mañana, para cuando solo puedas arrepentirte.
La vida está pasando ahora y es demasiado corta como para no exprimirla al máximo.
Este es el momento de vivirla.
¿Estás dispuesto a dar los primeros pasos que te lleven a tu estilo de vida ideal y te alejen de posibles arrepentimientos antes de morir?
¡Genial!
Ahora es tu turno.
Cuéntame: si hoy fuera tu último día de vida, ¿tendrías motivos de arrepentimiento? ¿Estás viviendo tu vida ideal? ¿Qué obstáculos te impiden ser plenamente feliz? Auguro una interesante conversación en los comentarios. ¡Te espero!