Estás una tarde cualquiera en el gimnasio y decides que hoy es el día de aumentar el peso de esos ejercicios que haces de espalda. Sin pensarlo mucho le añades 20 kilos más a la máquina. Todo parece ir bien hasta que notas un poco de sobrecarga en la zona. Cuando la espalda se enfría el dolor ante cualquier movimiento te bloquea. No te lo esperabas pero has sido víctima de las contracturas musculares.
El anterior ejemplo es el más común si hablamos de contracturas musculares, aunque estas pueden aparecer en tareas diarias como poner una lavadora, hacer la compra o simplemente haciendo un mal gesto.
Una contractura muscular no es más que un mecanismo de defensa por el cuál el músculo que está sometido a un esfuerzo se contrae para evitar males mayores. La contracción del músculo es involuntaria y permanente, por lo cual el dolor llega a ser constante.
¿Qué causa las contracturas musculares?
A grandes rasgos, son 3 las causas más importantes de las contracturas musculares.
Falta de fuerza en la musculatura.
Malas posturas de manera repetida.
Utilizar un músculo en exceso.
La primera de las causas la suelen sufrir las personas sedentarias que, ante cualquier esfuerzo, corren riesgo de dañar el músculo. No es raro que al levantar un pequeño peso o hacer algo de esfuerzo el músculo se tense demasiado y acabe dando lugar a una contractura.
Las malas posturas también pueden causar contracturas musculares. Esto se ve especialmente en trabajos sedentarios como en las oficina o en aquellos que requieren mantener una postura durante largo tiempo, como podrían ser los mecánicos.
La última causa de las contracturas es el trabajo excesivo del músculo. Aunque se relaciona con los levantadores de peso muchos atletas de otras disciplinas son víctimas de esta circunstancia, como pueden ser los velocistas.
¿Como prevenir y tratar las contracturas musculares?
Siempre es mejor prevenir que curar. Aunque no es nada grave una contractura muscular causa bastante dolor.
Para prevenir las contracturas musculares es importarte:
Cuidar la alimentación.
Mantener una correcta postura corporal
No levantar más peso del recomendado.
Calentar antes de cualquier esfuerzo y estirar después de este.
Visitar al fisioterapeuta cuando notes un músculo sobrecargado.
Normalmente la contractura se va sola pasadas unas semanas de descanso y estiramientos, pero hay casos en que la zona se mantiene dolorida. Las sesiones de fisioterapia, junto a los ejercicios de rehabilitación y fortalecimiento, aceleran la recuperación del músculo.
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