Cuando haces un regalo pones ilusión porque buscas generar ese sentimiento en la otra persona. Aunque en las compras de Navidad se intensifica ese sentimiento y se compra 10 veces más.
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¿Qué es el consumo responsable?
El consumo responsable implica controlar la cantidad de regalos que compras, el dinero que inviertes y , básicamente, que el gasto que realizas contribuya a la sostenibilidad de la mano de obra y del medio ambiente. El consumo responsable hace referencia a tres aspectos:
Consumo ético
Un consumo responsable intenta que lo que se potencia con el consumo no sea contradictorio con lo que quieres potenciar a nivel social. ¿Necesitas realmente lo que vas a consumir o es una forma de entretenimiento? La información la base para practicar un consumo responsable, ya que conocer el origen o la procedencia de los productos que se adquieren desde su fabricación hasta su comercialización es fundamental.
Consumo solidario
El consumo solidario es el que se preocupa por las implicaciones sociales tras un servicio, producto o empresa. En muchas ocasiones se obvia que la mano de obra que utilizan las grandes empresas es más barata a costa de los derechos laborales y dignidad de los trabajadores en ciertos países. El comercio justo es una alternativa al comercio tradicional y ha de concebirse como un acto de ayuda a los países desfavorecidos. El consumo de productos locales fomenta la agricultura ecológica y la economía solidaria.
Consumo ecológico
El consumo ecológico tiene en cuenta el impacto medioambiental del consumo en todas sus vertientes, se fomenta el pequeño comercio y los mercados que tejen la economía de barrios y pequeños pueblos.
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Consejos para un consumo responsable en Navidad
En esta sociedad de consumo, la Navidad no solo afecta a las celebraciones en familia, sino que se consume al por mayor con regalos, comidas u objetos que se compran sin saber muy bien para qué. La pregunta que surge acerca de si el planeta podrá soportar o no el ritmo de consumo está en el aire.
Es necesario reflexionar acerca de las prioridades y las consecuencias que provoca este consumo en tu entorno. A continuación tienes una serie de consejos para sentirte orgulloso de las compras que realices.
Listados
Planifica en tres listas diferentes tus compras. En una pon los juguetes, en otra los regalos y en otra la alimentación. Reparte las compras y anticípalas en la medida de lo posible. Cuanto más tarde lo compres, más caro será el precio.
Amigo invisible
Es la mejor forma de no tener que hacer decenas de regalos. Gracias al amigo invisible todo el mundo puede tener un regalo y, al no tener que comprar otros tantos, el mismo podrá estar más personalizado.
Compra en pequeños comercios
Los comercios pequeños suelen tener productos exclusivos y cuidan los detalles, te asesoran de forma personalizada y, además, contribuyes a su existencia. Los grandes almacenes generan un alto nivel de competitividad con horarios, precios y variedad que en muchas ocasiones acaban por defenestrar a las tiendas de barrio.
Precio justo
Es conveniente consensuar un precio para los regalos, así no habrá distinciones entre las personas que van mejor y que van peor, en términos económicos. Un regalo caro no es sinónimo de amor, sino de que tienes más o de que no te importa gastarlo. El verdadero valor puede darse en donar ese dinero de más a alguna asociación o compartirlo con quienes lo necesiten.
Regala nuevas oportunidades
En los mercadillos, aplicaciones de móviles, etcétera puedes encontrar objetos de segunda mano que andabas buscando, a un precio más reducido y en buenas condiciones. Comprar objetos en buen estado de segunda mano no es más que un verdadero consumo responsable.
Regala tiempo
El tiempo es lo único que jamás podrás recuperar y, aunque no todo el mundo lo valora, es tu bien más preciado. Regálaselo a los que más quieres y pasad tiempo juntos, algunos ejemplos pueden ser pasear en bici, una sesión de fotos, unas entradas para el teatro o una tarde haciendo lo que más le guste a tu pareja. Seguro que lo disfrutaréis los dos y será un momento inolvidable.
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La cantidad no es sinónimo de amor
Es importante saber valorar lo que se recibe. Un buen regalo se hace pensando en la persona y, sobre todo, en que tenga tiempo para disfrutarlo. Si les regalas 10 juguetes a tus hijos, ¿con cuántos podrán jugar antes de cansarse de todo y arrinconarlos en la habitación?
Las prisas no son buenas consejeras
Como ya te hemos comentado en el primer consejo, es importante listar las cosas que hacer. Si dejas todo para el último instante tomarás decisiones impulsivas, buscarás la forma de hacerlo rápido con el objetivo de tachar objetos o regalos de la lista, pero sin pensarlo detenidamente. Si llegas a este punto, tu presupuesto es lo que menos te preocupa, sino que la ansiedad de tener que comprar los regalos se convertirá en tu mayor preocupación.
Alimentación responsable
Las cenas y las comidas que se realizan estos días son tremendamente abundantes, pero hay que pensar que no es necesario comprar ahora un besugo aunque sea tradición si cuesta 3 veces más que en enero. Es mejor consumir los alimentos con un precio razonable y el resto del año consumir ese otro tipo de productos, porque seguirán en el mercado.
En definitiva, la Navidad no es el fin del mundo, por tanto, si planificas durante los últimos meses del año estas fiestas, podrás hacer y comprar todo lo que deseas pagando un precio justo y, sobre todo, estarás siendo responsable en tu consumo.
Y RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Con una metodología basada en el mindfulness y la psicología positiva podrás mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.