En este artículo profundizaremos acerca de este tipo de consumo y te daremos consejos para que lo lleves a cabo adecuadamente.
¿Qué es el consumo consciente?
Al pensar en el consumo consciente o consumo responsable, lo primero que se te viene a la mente es la cuestión económica. Sin embargo, este también resulta muy positivo para el medio ambiente y para vivir de forma más respetuosa con tu entorno.
De forma resumida, podríamos indicarte que esta forma de comprar se basa, principalmente, en analizar cuáles son las necesidades auténticas que tienes. Pero además, tras analizarlas, deberás estudiar las opciones que tienes a tu alcance para satisfacerlas.
Tras esto, el tercer paso sería el de elegir la opción que supusiera un menor impacto en el medio ambiente y que tenga una incidencia más positiva en tu ámbito social y de tu salud. No obstante, para que estas pautas te queden más claras, vamos a hablar más detalladamente de ellas.
Fuente: Pixabay/ nattanan23
Consumir menos
Aunque esto suena a tópico, es una gran verdad. La mejor manera de reducir el impacto que haces mediante tus compras es prescindir de todo aquello que sea superfluo dando valor a aquello que ya tienes para adaptarlo a tus necesidades.
No obstante, esto no es fácil por lo que conviene seguir estos pasos para conseguirlo poco a poco:
Replantea tus necesidades y elimina aquellas que no sean más que un fruto del capricho.
Satisface tus necesidades sin tener que comprar o adquirir elementos en la medida de lo posible.
No derroches.
Cuida lo que tienes para que su duración sea mayor.
Repara lo que se estropea. Esto es algo que se está perdiendo pero que puede ayudar a ahorrar dinero y recursos naturales no renovables.
Consume sin comprar
Esto permite desmercantilizar tu día a día y usar de forma más eficiente lo que ya se tiene. Para conseguirlo, lo mejor es hacer uso de bienes públicos, de préstamos y alquileres. El intercambio también puede ser una opción viable así como el aprovechamiento de materiales de deshecho.
Comprar con criterio
Para comprar con criterio es necesario que favorezcas aquellas iniciativas que tengan un compromiso social y medioambiental. Así pues, llevar a cabo estos hábitos es una buena manera de conseguirlo:
- Adquirir bienes reutilizables.
- Escoger productos que tengan un impacto ambiental reducido.
- Favorecer la economía local.
- Apostar por iniciativas orientadas a personas como el comercio justo, cooperativas o empresas de inserción social.
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Si tienes todo esto en cuenta, podrás alejarte de las cadenas del consumismo que día tras día te bombardean mediante anuncios y reclamos publicitarios. Ciertamente, no es fácil ya que la publicidad y el marketing que promueven esta forma irresponsable de consumir cada vez se expande a más ámbitos de la vida.
Por ejemplo, antes solo se encontraban en los medios de comunicación, pero cada vez están más presentes en plataformas como las redes sociales. Por no hablar de que las empresas quieren vender más y para ello invierten en todo tipo de publicidad. Incluso en tu correo electrónico pueden llegarte ofertas y descuentos por parte de las tiendas que te empujan a consumir sin ton ni son. De este modo, la única forma de escapar es luchar contra estas influencias y racionalizar la forma en la que consumes.
¿Cómo practicar un consumo consciente?
Tras haber repasado las claves de esta forma de concebir las compras, hay tres actitudes que has de adoptar para poder cumplir estas premisas. La primera de ellas es la de reflexionar sobre las necesidades que quieres cubrir. Es decir, preguntarte si realmente te supone una necesidad o si, más bien, crees que lo es pero verdaderamente no es tan necesario.
Por otro lado, la información es otro factor clave. Saber qué opciones están comprometidas con el cuidado del medioambiente y las acciones colectivas es muy importante y te ayudará a ser responsable en tus adquisiciones. Y, por último, deberás aprender a tomar decisiones responsables para con el entorno ambiental y social en el que te mueves.
Busca tu bienestar ante todo
Otro factor importante es que no te obsesiones con ser cien por cien coherente en todas tus compras. Ciertamente, esto puede ser muy complejo y crearte frustraciones si en algún momento no tomas una decisión responsable completamente.
A fin de cuentas, esto es un proceso en el que tendrás que ir poco a poco hasta conseguir mejorar tus hábitos. Así pues, no te obsesiones y súmate poco a poco para evitar perjudicar tu propio bienestar.
El mindfulness puede ser una herramienta muy útil
El mindfulness es una práctica de meditación que te ayudará a llegar a la atención plena y te permitirá analizar las fuentes de tu malestar. En principio, puedes pensar que esto no tiene relación alguna con tus hábitos adquisitivos, sin embargo, sí que la tiene. Muchas veces puedes verte empujado a comprar compulsivamente para sentirte mejor.
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De hecho, esta es la principal fuente de conflicto en aquellas personas que no llevan a cabo buenos hábitos en sus compras. De modo que, al practicar esta tipología meditativa podrás conocerte mejor y ayudarte a analizar activamente las raíces de tus frustraciones o problemas.
De igual manera, puedes utilizar las herramientas del mindfulness para analizar en profundidad tus necesidades y decidir con responsabilidad si estas necesitan un consumo añadido o si, por el contrario, este se puede evitar. Por tanto, la conciencia plena puede serte útil para defenderte de los impactos comerciales que te asedian cada día.
Ante todo, debes recordar que lo más importante es tu bienestar y si te escudas en comprar o consumir sin responsabilidad, no arreglarás nada. Por ello, al quitarte esta baza tú mismo te obligas a trabajar otros aspectos de tu vida y a ser más consecuente con tus hábitos de adquisición.
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