Es por eso que quiero compartir 4 estrategias que te van a echar un cable para superar el problema.
El primer paso, y posiblemente el más importante de todos, es aprender a definir bajo tus propios términos lo que significa el fracaso, no la versión de tus padres, no la de tus profesores, no la de tus amigos, sino la tuya propia.
Si tu definición del fracaso se entiende como la disonancia o discrepancia entre tus expectativas y lo que podrías haber conseguido, en lugar de centrarte en lo que no tienes, céntrate en lo que has aprendido, este enfoque te permitirá mejorar, crecer y que en el próximo intento te aproximes más al objetivo que tanto deseas.
Pon tu foco en lo que quieres lograr en lugar de ponerlo en lo que quieres evitar y no dejes que te paralice de miedo.
Lo que te voy a contar es contra intuitivo pero, en algunos casos, puede ser útil confeccionar una lista de miedos y al lado de cada uno de ellos poner la consecuencia directa que están teniendo en tu vida y las oportunidades que estás perdiendo por dejarte llevar por esos miedos.
Y por último céntrate en el crecimiento, en aprender, las fichas no siempre caerán dónde quieres. Si estás preparado para cualquier movimiento que se pueda producir ten por seguro que tendrás las herramientas para sacarle partido a cualquier situación que se te presente en tu camino vital.
Una clienta (a quien llamaré “Silvia” por motivos obvios de confidencialidad) me pidió que la ayudara a prepararse para una entrevista de trabajo que era muy importante para ella.
Era la primera vez que se entrevistaba en un entorno tan exigente y cuando nos conocimos por primera vez estaba notoriamente agitada.
Como es lógico le pregunté qué le pasaba y me comentó que sentía tensión, nervios y cierta parálisis por el miedo a que la entrevista fuera un desastre y diera una imagen de fracasada o que no vale lo suficiente.
Una vez comenzamos a profundizar descubrimos que la gran preocupación que tenía Silvia por esta entrevista tenía su origen en una experiencia que había interiorizado en su época de estudiante.
Mientras la escuchaba contarme la situación, quedó claro que el fracaso estaba impregnado en su propio ser y que poco tenía que ver con su desempeño real, sino con las expectativas y el Feedback del exterior.
Aunque todos estos factores no dependían directamente de ella, no era capaz de racionalizar la situación y tenía un anclaje emocional muy fuerte ante aquella sensación “experiencia de fracaso”.
Las personas tenemos una tendencia natural muy veloz a culparnos de forma instantánea por el fracaso y es especialmente habitual, cuando nos encontramos en un entorno de empresa, que la culpa siempre recaiga sobre nosotros pese a que quizás sea un fallo de sistema, de procesos o de mercado.
Quizás te estés preguntando ¿Pero Marc entonces qué puedo hacer yo para afrontar ese miedo al fracaso? y más importante aún, ¿Cómo hago para que ese miedo no sea el que al final me acabe provocando ese fracaso que tanto temo?
Te voy a compartir cuatro estrategias, que puedes seguir hoy mismo, que te ayudarán a afrontar estas situaciones.
Establece metas de acercamiento
Esto suena muy complicado pero realmente se fundamenta en un principio básico de la psicología humana.Básicamente tenemos dos tipos de metas las de aproximación o las de evitación, en función de si estás motivado por lograr el resultado en forma de placer como algo positivo o evitar algo que nos genera dolor, esto te sonará de figuras como por ejemplo Tony Robbins quién nos lo repite constantemente.
En la psicología se ha descubierto que establecer objetivos de aproximación o reformular en forma positiva nuestros objetivos de evitación genera un mayor bienestar.
Al final cuando generas expectativas de que una tarea de una dificultad elevada va a ser efectivamente complicada, aunque no lo quieras de forma inconsciente vas a establecer metas en torno a lo que no quieres que ocurra y ¿Qué pasa cuando te enfocas en un problema? ¿Crece o decrece? Creo que estarás de acuerdo conmigo.
El gran deseo de Silvia por que la entrevista fuera bien para lograr el puesto de trabajo era una meta de aproximación, era algo que le generaba motivación y bienestar.
Sin embargo, una vez aparece el miedo al fracaso estimulado por la aparición de esos pensamientos negativos, empieza a ponerse nerviosa y cree que es mejor mantenerse en su puesto actual y no arriesgarse, al fin y al cabo, “quedarse en su zona de confort”.
Define el “fracaso” con tus palabras
Uno de los grandes miedos (si no el más grande) existente en el ser humano es el miedo a no ser suficiente. ¿Por qué es un miedo tan intenso y poderoso? Porque si no somos suficientes, creemos que no somos dignos de amor, que estamos destinados al rechazo y la soledad, la desconexión total.Cómo adultos tenemos cierta capacidad de ver que esto no es así, pero cuando somos niños la conexión con nuestros seres queridos ya no es una cuestión de sentimientos, es una cuestión de pura supervivencia.
Todos tenemos miedo de hacer algo mal, hacer el tonto, hacer el ridículo o no cumplir con las expectativas de los demás y las propias. Es por eso que debemos aprender a remarcar, a redefinir el fracaso bajo nuestras propias palabras.
Si tu definición de fracaso es algo parecido a: “o lo consigo todo perfecto o he fracasado, o le gusto a todo el mundo o es un fracaso, o consigo todo lo que me propongo o soy un fracaso”, déjame decirte que te estás preparando para la frustración, el autocastigo y el perfeccionismo.
Sin embargo, si aprendes a redefinir el fracaso en términos más realistas, sin tanta presión y centrándote en tus fortalezas y no tus debilidades, créeme que vas a respirar con mucha más tranquilidad te lo puedo asegurar.
En el caso de Silvia, el fracaso lo podemos redefinir (en lugar de no obtener el puesto) a algo parecido a no ser capaz de responder ninguna pregunta ni articular palabra. Y el éxito cómo el hecho de presentarse, controlar sus nervios y poder responder con firmeza. Aprender a recuadrar las situaciones, las expectativas y los objetivos es una habilidad muy poderosa que todos debemos aprender a utilizar a nuestro favor.
Crea una “lista de miedos”
Los miedos se vuelven más pequeños y manejables cuando los sacamos de nuestra mente. En cuántas ocasiones has estado anticipando la dificultad o lo “malo” que podía suceder en una situación y cuando te has enfrentado a ella, ¿Qué ha pasado? Seguramente ni una cuarta parte de todo lo que anticipamos.Es por eso que crear una lista de miedos junto con las consecuencias y el coste de oportunidad que nos están generando esos miedos nos ayuda a tener claridad sobre todo lo que estamos perdiendo por dejar nuestra vida en manos de esos miedos irracionales.
Además esto puede ser un gran ejercicio de introspección, muchos miedos están tan instaurados en nuestra mente que no somos capaces de identificarlos, tan solo somos capaces de sentirlos. Por lo tanto es interesante esclarecer el origen, el sentido y la función de esos miedos ante la situación actual.
No existe el fracaso, todo es crecer
Hay algo que debemos asumir, no siempre la vida va a ser cómo desearíamos, no es bonito, no es cómo nos gustaría, pero así es la vida y es perfecta tal cómo es.Pero la buena noticia es que pase lo que pase, siempre hay un hueco para el aprendizaje, siempre hay algo que podemos aprovechar de cada situación para aprender, para mejorar e incrementar nuestro valor personal. Cuantas más herramientas tenemos, más situaciones podemos afrontar.
Volviendo a Silvia, a través de cambiar su mentalidad “estática” a una mentalidad de “crecimiento” o cómo se conoce en Inglés Growth Mindset, fue capaz de observar todo lo que aprendió de aquella experiencia “tan terrible” que estaba en su mente y la paralizaba.
Al cambiar el foco en el ridículo que anticipa que podría hacer en la entrevista, decidió centrarse en todo lo que podía aprender al entrar en un nivel más competitivo. Expandió su mente y se dio cuenta que no era la única ni la última entrevista a la que se podía presentar, las oportunidades eran prácticamente infinitas, no todo el mundo terminaba en aquella entrevista.
Relativizar la importancia de la situación le ayudó a relajarse, tomar las riendas y crear un estado de ánimo mucho más positivo para afrontar el nuevo reto que se le presentaba.
Unas palabras a modo recordatorio/reflexión
Lo que realmente te debe dar miedo no es afrontar nuevas situaciones, todo lo contrario. El miedo lo debe provocar la comodidad excesiva, la falta de crecimiento y el conformismo.Si te encuentras en una situación demasiado cómoda, sin retos, sin motivaciones, sin ciertos nervios propios de una situación emocionante, déjame decirte que estás abrazando demasiado la zona de confort.
¿Es esto malo? No lo es, pero cómo todo, en su justa medida. Si te quedas en esa zona poco vas a poder prosperar, crecer y aprender. Y en el constante cambio de la vida, lo que no crece y fluye, se estanca, se pudre y muere.
Utilizar estas cuatro estrategias que he compartido contigo te puede ayudar a afrontar el miedo, no a eliminarlo, no a hacerlo desaparecer, no a taparlo bajo la alfombra. Pero sí a afrontarlo, el objetivo no debe ser eliminar el miedo.
El objetivo debe ser aprender a actuar, con miedo, pero actuar. Es la única forma real, efectiva y eficaz para afrontarlo. Cambiar el miedo de paralizante a maestro para aprender nuevas habilidades. Cómo una actualización de software que te permitirá afrontar nuevas, excitantes, estimulantes y diversas situaciones.
Autor: Marc Rodríguez (Psicólogo Colegiado número 29336)
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