Miedo al Fracaso
¿Y si sale mal?
Cada vez que se nos presenta un cambio ante nosotros es inevitable que nos preguntemos: ¿Y si sale mal? ¿Y si fracaso?
Es algo difícil de entender, pero si miramos nuestros fracasos desde otro punto de vista nos damos cuenta que también tiene su lado bueno.
Supongo que habrás oído o leído una palabra que hasta hace poco casi nadie conocía, pero ahora parece muy popular, y la verdad a mi personalmente me encanta: resiliencia.
La resiliencia es la capacidad que tenemos para sobreponernos a situaciones difíciles, a crisis o a dolores emocionales.
Las personas estamos preparados para sobrevivir, para volver a empezar, para coger impulso y avanzar, tenemos ese instinto de supervivencia.
Ahora bien, el miedo al fracaso nos paraliza, no nos deja avanzar, nos deja bloqueados, ¿Qué hacemos entonces? ¿Cómo seguimos adelante? ¿Cómo conseguimos nuestros objetivos?
Para conseguir algo, primero hay que fracasar, hay que intentarlo, equivocarse y aprender de esos errores, levantarse y entonces poner en práctica lo aprendido, implantar nuestros conocimientos y la experiencia adquirida, solo así podemos avanzar hacia esos objetivos.
El miedo al fracaso
Aun sabiendo todo esto seguimos preguntándonos ¿y si sale mal?
Seguro que desde que eras pequeño, cuando escuchabas la palabra fracaso siempre iba asociada a algo negativo, algo que había salido mal, algo de perdedores.
Pero, si te fijas en las grandes empresas, te dará cuenta de que todas tienen algo en común, antes de llegar a ser “grandes empresas” sin duda han pasado por “grandes fracasos”, no se avergüenzan de ello, sino todo lo contrario, nos cuentan como gracias a esos fracasos han podido llegar hasta donde hoy se encuentran.
¿Recuerdas cuál fue tu mayor fracaso?
Cuando fracasas en algo, siempre tienes dos opciones:
Rendirte
Volver a intentarlo¿Recuerdas cuál fue tu mayor fracaso?
Piensa en ello y en si parte de ese fracaso te ha llevado a donde estas ahora.
Cuando estás pensando en un objetivo, en un cambio, la única opción para saber si saldrá bien es probarlo, pasar a la acción.
Prueba, si realmente es eso lo que quieres, y si todo falla, vuelve a empezar.
No te quedes con las ganas y sobre todo no te quedes pensando ¿y si lo hubiese hecho?
No te rindas.
Cada oportunidad en la que empiezas tiene un riesgo, puede ser que “fracases” aprovecha eso y aprende, quédate con lo bueno, y no olvides tampoco que fue lo que fallo, la próxima vez tendrás algo que no tenías antes, la experiencia.
Claro que sentirás miedo, pero si no haces nada, sigues igual, solo pensando en lo que puede salir mal no conseguirás nada, ¿Eso no te asusta más?
Seguro que en tu vida hay cosas que salieron genial a la primera y también otras que salieron mal, si lo piensas una vez que ya ha pasado el tiempo:
¿no aprendiste nada? ¿Si hoy pasases por la misma situación sería todo igual?
Seguro que no, seguro que si todo se repitiese harías las cosas de diferente forma, gracias a esa experiencia ya vivida.
No temas al fracaso, el miedo nos hace estar alerta, nos hace fijarnos en los pasos que damos.
No te preguntes que pasará si sale mal, pregúntate que pasará si sale bien.