Hoy he tenido una siesta de lo más reparadora. Hace mucho que no tenía siestas así: profundas, de esas que no te dejan despertarte y cuando crees que ya lo has hecho, resulta que vuelves a dormirte y sueñas mil cosas después, y luego te levantas por fin con esa cara de haber rejuvenecido 5 años.
Y en uno de esos momentos a punto de levantarme, soñé con mi pasado. Mi tan querido y tan odiado pasado, porque he pasado por muchas cosas que a lo mejor querría olvidar, como nos pasa a muchos de nosotros. Soñé con la casa de mis abuelos en la que crecí siendo niña en Bakú; me vi a mí misma en esa casa que era una especie de lugar feliz y a mi hermana ensayando el violín con mi madre; a mi padre, corrigiendo a mi hermana, ésta enfadándose; oí a mis padres discutir, mientras abandonaba el la habitación en la que se encontraban… Vi muchas más cosas de mi pasado y hasta sentí cariño por todas ellas: buenas o malas, eran parte de mí, de mi aprendizaje, de mi esencia, de mi vida.
Al despertarme, me costaba aun levantarme de la cama (esa sensación de pesadez, de cansancio, de no tener ni fuerzas, que a veces te sobreviene tras una siesta demasiado prolongada) y para no quedarme dormida de nuevo, me refugié en el móvil, concretamente en la aplicación de Instagram, en la que por error (tenía los dedos aun demasiado débiles ;) acabé viendo mi propio perfil de fotografías.
Y de repente mi sueño tuvo todo su sentido. Ya, ya sé que tu perfil de Facebook o Instagram no suele contar tus penas, pero Instagram lo bueno que tiene es que apenas hay palabras, son todo imágenes. Y eran las imágenes del último año de mi vida, momento en el que empecé a utilizar dicha aplicación. Sí, eran los mejores momentos de mi vida: la primera foto eran los zapatos de boda que compré en Munich, mientras vivía allí mis últimos días. O la foto de mi 33 cumpleaños, el día en el que mi marido me pidió que me casara con él. Fotos con mis amigas de Munich a las que echo tanto de menos.
Fotos de nuestra casa en Rotterdam, Holanda, donde nos mudamos después de la boda: edificios ultramodernos, lagos y bosques inmensos, colores de verano y otoño. Fotos de nuestros viajes: Costa Rica, Japón, París, Londres… el Mediterráneo, donde pasé tantos días durante los últimos seis meses; fotos del programa de radio en el que participé este agosto. La primavera y el verano con sus jardines, piscinas, árboles, mi experimento de los #100happydays. Cien días durante los cuales tuve que buscar por activa y por pasiva ese momento bonito, único, especial… que me hiciera ver que el día no había pasado en vano.
¿Y qué tenía que ver mi sueño con Instagram? Pues sencillamente con que si en aquel pasado mío viniera un mago y me enseñara mi futura cuenta de Instagram (algo inexistente en aquel entonces) y me dijera: éste podría ser un año en tu vida futura, yo dejaría todas mis dudas, mis miedos, y le diría completamente convencida: ¿dónde hay que firmar?
Porque por malos momentos por los que haya pasado en este último año, he realizado algunos de mis sueños más grandes: vivir en el extranjero (en 2 países, que se dice pronto), hacer amigos nuevos, viajar por el mundo entero, tener al hombre de mi vida conmigo, casarme con él, disfrutar de la vida en todas sus manifestaciones, ser consciente de quién soy y qué quiero hacer en la vida, dejar de trabajar por dinero, desarrollarme, aprender y crecer, superarme y superar las adversidades, encontrar mi camino, expresarme…
¿Y qué es sino este blog? Mi querido blog, Creando felicidad, que ha cumplido este mes de septiembre un año, uno de los años más intensos y más importantes de mi vida: el año de cambios, el primer año de mi vida adulta en el que no trabajo por dinero, sino todo lo contrario: me busco, crezco y me formo.
Este año junto a mi blog, he crecido en muchos aspectos de mi vida. No significa que he llegado a lo alto, ni mucho menos. Ha sido el año de un comienzo, una vida más consciente, unas dificultades nuevas, unos obstáculos cada día más altos. Porque crecer significa precisamente eso: superar las dificultades, enfrentarse a lecciones que van de menos a más.
Durante este año de transformación me han pasado varias cosas, de las que no he hecho más que aprender:
- Este blog ha supuesto para mí un lugar en el que he podido expresar todo aquello que me preocupa
- He ido superando mis miedos, poco a poco: crear un video-blog, participar en un programa de radio de forma diaria durante todo un mes, entrevistando a gente importante o hablando yo sola.
- Estoy aprendiendo a vivir con la incertidumbre (he pasado por tantas mudanzas este año que sentía que si hacía una mudanza más, me desmoronaría, pero por fortuna no ha pasado ;)
- He tenido que darme cuenta de que no puedo gustar a todos. Sí, he perdido a ciertos "amigos" que se alejaron irremediablemente de mí al ver que no pensaba como ellos; y por primera vez me atrevía a dar mi opinión en público en algunos temas controvertidos.
- He iniciado un proceso de Coaching y me estoy formando en ello. Hace días he enviado un email a algunos amigos para que dieran 3 de mis fortalezas y 3 de mis debilidades por escrito. No os podéis imaginar el miedo que sentía cada vez que me llegaba un email. Pero les agradezco a todos su sinceridad, porque saber la imagen que proyecto es esencial para mi cambio.
- He empezado a creer que tengo alma de emprendedora. Que no soy esa persona pasiva que acata las órdenes de los demás. Algo impensable para mí hace tan solo un año. Y quiero tener un negocio propio: mi propia consultoría de Coaching.
- Practico Reiki, Mindfulness, estoy aprendiendo Coaching, Inteligencia Emocional, Programación Neurolingüística. Todo esto siempre me ha apasionado, ahora quiero convertirlo en mi profesión y en mi modo de vivir la vida.
- No todo es tan perfecto: sigo luchando contra la falta de seguridad en mí misma y mi falta de autoestima, mi miedo a hablar en público y trato de ser más extrovertida. ¿Pero quién ha dicho que el camino iba a ser fácil?
Este es el resumen de mi primer año del blog. Y como agradecimiento a mis lectores, tengo preparada una mini-guía de 12 páginas que había escrito para mí misma para ese crecimiento personal. Cuando descubres tantas cosas nuevas, cuando lees sin parar, visitas blogs, talleres, cursos, escribes y hablas con gente del mundo del desarrollo personal, te surgen mil ideas de cómo podrías aplicar todo esto a tu vida, pero te apetece reunirlo en un único lugar, para cuando por fin te decidas trabajar contigo misma, tengas a mano este compendio de sabiduría.
Y así lo hice: he juntado en esas 12 hojas frases, trucos, ideas de libros, conferencias, talleres, cursos en los que había participado… cosas para pensar, pero también cosas prácticas que creo vitales para poder iniciar un cambio en nuestra vida. Se llama REPROGRÁMATE: SER FELIZ ES GRATIS. Gratis sí, pero nadie ha dicho que no suponga ningún esfuerzo. Y para que sepas a dónde dirigir tu esfuerzo, ahí está esta pequeña mini-guía que regalo a todos mis suscriptores.
Así que si ya eres mi suscriptor, no tienes que hacer nada, porque recibirás en mis próximas Newsletter el link para descargarte la mini-guía. Si aun no lo eres, es tan fácil como darle a este link y dejarme tu nombre (nombre de pila, sin apellidos) y un correo electrónico.
Y esto es todo. Así me despido por hoy. Estoy de celebración en mi primer blogversario. No ha sido mi primer ni mi último blog, pero sí el más importante, al que más cariño tengo: un espacio donde aprendo, crezco, me expreso, me comunico y trato de hacer de mi vida una vida mucho más plena y feliz. ¡Gracias por estar al otro lado de la pantalla!