Bruce Lipton, Doctor en Biología celular y autor de diferentes libros, es uno de los especialistas que se ha adentrado en el estudio y la relación que tiene la actitud a la hora de curar enfermedades. Ten en cuenta que tus pensamientos están directamente relacionados con tu sistema nervioso, siendo este último determinante en los cambios en la sangre y, por lo tanto, en las células de tu organismo.
El entorno de la célula, uno de los factores que hay que cuidar
Cuando hablamos del entorno de la célula no solo nos referimos al interior del organismo, sino que hace referencia al entorno de la persona. El sistema nervioso del ser humano crea una química diferente en función del entorno en el que se encuentra, por lo tanto, al cambiar el entorno de la persona, conseguimos que también lo haga el entorno de sus células.
Esto es muy importante, ya que significa que el contexto en el que se encuentra la persona, así como sus pensamientos y creencias, influyen directamente en la química del cuerpo. Por lo que en un entorno sano donde los pensamientos positivos sean más acentuados, lograremos que la curación de la enfermedad sea más probable.
Al pensar de una forma u otra, nuestro cerebro genera una serie de sustancias. Por ejemplo, al pensar en la persona a la que queremos, nuestro cerebro genera dopamina, una sustancia muy beneficiosa para nuestras células. Sin embargo, si pensamos en cosas negativas, nos genera estrés.
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¿Cómo influye el estrés en nuestro organismo?
La hormona del estrés tiene dos consecuencias sobre nuestras células. En primer lugar, se paraliza el crecimiento de nuestro cuerpo, y con ello el de nuestras células. Nuestro organismo pone todas sus fuerzas en superar el estrés y se encuentra alarmado, por lo que paraliza todo aquello que se interponga en esta labor. Es importante que cada día nuestro organismo crezca, que produzca nuevas células para que puedan renovarse aquellas que mueren. Si esto no sucede, significa que nuestro cuerpo está perdiendo diariamente células que no recupera.
Por otro lado, la hormona del estrés debilita el sistema inmunitario, provocando que no funcione de forma correcta, siendo más propensos a que en nuestro organismo puedan proliferar las células cancerígenas y las enfermedades. Es por este motivo que si una persona permanece en un entorno agradable, rodeado de afecto y seguridad, tendrá mayores probabilidades de superar la enfermedad.
A pesar de que hay factores externos que son difíciles de cambiar, por ejemplo el trabajo o las cargas familiares, es posible reducir el estrés con técnicas de relajación y realizando pequeños cambios que te beneficiarán en tu día a día a la hora de afrontar los problemas.
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La meditación puede ayudar a generar pensamientos positivos
El mindfulness es una de las mejores formas de incrementar el positivismo. Conectar el cuerpo con la mente es muy beneficioso para desprenderse de las emociones negativas y atraer pensamientos positivos. El positivismo es energía, nuestra mente es capaz de cambiar la química de nuestro organismo, por eso es tan importante e influyente la forma en la que interpretamos nuestro entorno.
Practicando la meditación, logramos reducir el estrés, la ansiedad y la depresión. Es totalmente compatible con el método científico. Los beneficios que obtenemos al practicarla están científicamente probados, ya que refuerza las partes del cerebro relacionadas con la felicidad y a la vez estimula el sistema inmunológico.
De hecho, su práctica está estrechamente relacionada con lo que hemos comentado, es decir, que contribuye a generar pensamientos positivos y a la curación de enfermedades.
El efecto placebo está relacionado con los pensamientos
Las pastillas placebo son aquellas que no contienen ningún medicamento pero que, sin embargo, producen efectos en la persona que se las toma. Esto tiene una relación directa con los pensamientos que tenemos y es la prueba de que la mente es capaz de curarnos.
La mente tiene una influencia enorme en los síntomas de la enfermedad. De hecho, numerosos experimentos en los que se utilizaron pastillas placebo tuvieron resultados similares a aquellos en los que se utilizó medicamento.
El efecto placebo es capaz de propiciar que nuestro cerebro segregue dopamina y oxitocina, que como hemos mencionado anteriormente, son muy beneficiosas para las células de nuestro organismo. Por otro lado, nuestra mente es capaz de crear endorfinas que calman el dolor. Con este efecto placebo se demuestra que cuando estimulas el cerebro consigues cambios químicos que son beneficiosos para la curación de enfermedades.
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Por ello, una actitud positiva hacia la curación de la enfermedad es fundamental. El positivismo y la reducción del estrés podemos conseguirlo a través de la meditación y de las técnicas de relajación, que a su vez, fortalece el sistema inmunitario. Sin embargo, no solo debemos cambiar nuestros pensamientos conscientes, sino también los inconscientes. Equilibrar las energías de nuestro cuerpo favorece la salud mental y a su vez la salud física.
Esto no significa que la farmacología no sea importante a la hora de la curación de enfermedades, sino que una combinación de ambas puede ser aún más efectiva. Lo que se pretende es resaltar la importancia del bienestar psicológico del paciente y la influencia que tiene el mismo a la hora de mejorar el pronóstico.
En definitiva, podríamos afirmar que una gran parte de la curación de la enfermedad está relacionada con la actitud que tiene la persona para afrontar la enfermedad y el entorno que le rodea. Cambiando los pensamientos negativos por positivos y reduciendo el nivel de estrés es posible incrementar las probabilidades de cura.
Así, la base para gestionar el estrés y controlar los pensamientos está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Debemos ser conscientes de que para combatir el estrés no basta solo con aprender a relajarnos, sino que también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.