Enseñar a los niños como meditar con mindfulness
Tomemos como definición de mindfulness, que es una capacidad humana que tienen todos los seres humanos para ser conscientes, en todo momento, de los contenidos de la mente. O como me gusta decir a quienes practican conmigo, que "Mindfulness es la capacidad que tiene el ser humano para hacer uso de la herramienta de la conciencia, con el fin de poder instalarse en el aquí y ahora y desarrollarse desde el instante presente en todas sus capacidades para disfrutar de la magia y el milagro de vivir".
Bien, hasta ahí de acuerdo. Sólo con la definición, se pueden intuir ya los enormes beneficios que para el cuerpo y la mente tienen la práctica de mindfulness o atención plena (basta que entres en la página "mindfulness" para darte cuenta de ellos), pero cuando lo que pretendemos es cómo enseñar a meditar a los niños con técnicas de mindfulness, la cosa cambia.
Es obvio que la base es la misma, pero las formas, como no puede ser de otra manera, son otras.
Si en la práctica de mindfulness o de atención plena no debemos ser rígidos y hemos de poner corazón más que razón, a la hora de trabajar con niños, esto se hace más importante por lo que el juego es básico para comenzar a conseguir que practiquen la meditación mindfulness.
Entre otras cosas, eso es lo que pretendo hacer con la colaboración de mi amiga y Directora de la Biblioteca de Híjar Las Gabias de Granada y su "Ití" a la que podéis ver en este vídeo y la entrevista que me hizo acerca del libro que puedes descargarte cuando te suscribes a Plenacción. Enseñar a meditar a los niños con mindfulness de una manera amable y divertida.
Y es que la idea es, a partir del juego, mostrar a los niños y niñas, que pueden entender cómo trabajar con sus emociones, que pueden gestionar y controlar sus impulsos, que pueden responder más que reaccionar ante situaciones de la vida diaria, que pueden expresar de otra forma sus estados emocionales y que pueden aprender a calmarse y a ser felices.
Enseñar a meditar a los niños, es una opción que ya empiezan a tomarse muy en serio en muchos colegios y son también muchos los padres que ven en estas técnicas, la posibilidad de entablar también una nueva relación con sus hijos.
Aquí no estamos hablando de religión, ni de adoctrinamiento, ni de dogmas de fe que han de creerse a "pies juntillas". Estamos hablando de un camino hacia la serenidad, el humanismo, la cooperación y el bienestar.
Cuando alguien tiene alguna duda respecto a esto, me gusta decirles que a la hora de enseñar a meditar a los niños con mindfulness o atención plena, es como si te apuntas a una clase de yoga creyendo que eso te va a llevar a convertirte en un asceta, que vas a acabar en alguna secta y que andarás por la vida repartiendo turrón por las calles y bailando con los ojos vueltos por las calles de tu ciudad. Evidentemente NO.
Enseñar a meditar a los niños con las técnicas de mindfulness o de atención plena, es mostrarles el camino para una mejor expresión de sus emociones, es procurarles una herramienta con la que estar más atento en sus relaciones con ellos mismos y con los demás y es, también, empezar a enseñarles que la verdadera felicidad que van a encontrar en este vida está en su interior, lo que les hará más fuertes, libres, serenos y comprometidos con sus semejantes y su entorno.
Si estás interesado o interesada en el tema, tanto si eres padre o madre o trabajas con niños y niñas, a la hora de enseñar a meditar a los niños, te recomiendo un muy buen libro en el que vas a encontrar prácticas que son juegos para aprender mindfulness con los niños.
Este libro de Eline Snel "Tranquilos y atentos como una rana" es un buen ejemplo de cómo trabajar con los niños en este sentido.
Pincha sobre la portada del libro de Eline Snel para aprender a meditar con niños
En definitiva, estos son los beneficios más claros que vas a conseguir al enseñar a meditar a los niños con prácticas mindfulness:
-Una mejora del rendimiento académico y del aprendizaje
-Ganar en atención y capacidad de concentración
-Regulación y expresión de las emociones.
-Aumento de la capacidad de saber lo que ocurre en su interior y por qué ocurre
-Mejora de habilidades sociales y desarrollo de la amabilidad y la compasión
Y todo ello a través del juego como podrás descubrir en el libro de Eline Snel que te recomiendo.
Porque enseñar a meditar a los niños, como en los mayores, es descubrir que lo extraordinario está en lo cotidiano.
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