Para meditar en casa no hace falta grandes dispendios ni de dinero ni de espacios, ni de parafernalia alguna. Desde Plenacción, intento mostrar a quienes se acercan virtual o presencialmente en los talleres que imparto, que la meditación ha de ser algo normalizado en tu vida diaria.
Meditar en casa, significa simplemente encontrar un momento adecuado en el que no seas molestado o molestada, sentarte en un cojín o en una silla (también puedes hacerlo tumbado, pero el peligro de quedarte dormido/a es grande y eso, sinceramente, no está mal pero no es meditar) y no hacer otra cosa que prestar atención a tu respiración. Así de sencillo y así de claro. El problema es que nuestra mente está en constante ebullición y andamos, como los monos, dando continuos saltos entre las ramas de nuestros pensamientos, viajando hacia el pasado o intentando predecir el futuro, pero muy pocas veces estando dónde realmente se vive, que no es otro que el instante presente; el Aquí y Ahora.
Lo bueno es que la tecnología precisa para poder meditar en casa e ir aprendiendo a meditar en cualquier parte y aunque sea con ruido, ya está inventada y no es otra cosa que la práctica de mindfulness o atención plena. Es la forma más amable y potente de aprender a centrarte en el instante presente y rebajar la rumia mental que tanto nos atenaza.
Desde Plenacción te propongo dos recorridos. Uno es el PROGRAMA 40 en el que puedes entrar pinchando en el banner al final de este texto y otro es el PROGRAMA VIVO AHORA en el que, también puedes entrar desde el banner que encontrarás más abajo.
Son dos propuestas que puedes utilizar para aprender a meditar en casa y que son de muy fácil trabajo. No necesitas tiempo, salvo el que dispones cada día cuanto te levantas. Es decir, que aprendes a meditar en casa y en cualquier lugar sin más esfuerzo que tu dedicación para implicarte en marcar un nuevo hábito en tu día a día. Al igual que uno/a se asea cada mañana para salir de casa, la práctica de meditar en casa, se convierte luego en una extensión de tu trabajo en tus quehaceres diarios.
Si estás dispuesto o dispuesta a meditar en casa, este es tu buen momento para empezar. Conecta con la práctica de mindfulness y aprende que lo extraordinario está en lo cotidiano. Y sobre todo, aunque el aprendizaje sea on-line, cuentas con mi apoyo y acompañamiento en todo momento.
Me gusta esa decisión importante que has tomado de meditar en casa. Es un espacio primario en el que trabajar en hacer ese hábito que, estoy convencido, vas a mantener durante toda tu vida. ¿O prefieres seguir corriendo por la vida sin prestar atención y sin saber muy bien ni dónde estás ni a dónde vas?. Ha llegado la hora de tu cambio. Tu vida es tuya, ¿por qué no la diriges?.
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