Es importante cuidar que la sangre circule de manera fluida, ya que de no hacerlo podría provocar graves daños en nuestro cuerpo. Esa circulación puede verse afectada por algunos hábitos dañinos de nuestra vida diaria. Tenemos que empezar a controlar qué comemos y lo que hacemos. Una mala circulación puede tener consecuencia de leves a más severas, según el grado de deterioro de los órganos implicados en la regulación de la circulación sanguínea.
Se deben seguir una serie de pautas para reducir el riesgo de padecer enfermedades del sistema circulatorio.
- Una alimentación sana y equilibrada es la que contiene los nutrientes esenciales para que nuestro organismo funcione correctamente, y aquella que nos aporte la energía suficiente que necesitamos durante el día. En ella debemos incluir alimentos ricos en en omega-3 y otros nutrientes buenos para el corazón y evitar grasas saturadas que solo van a aumentar el colesterol en sangre.
- El ejercicio físico es fundamental para mantenernos activos y sanos. Una correcta actividad física va a reducir considerablemente las enfermedades del corazón, las enfermedades cardíacas y las enfermedades cardiovasculares, además de aportarnos muchos beneficios. Llevar una vida sedentaria solo va a hacer que se aumente el riesgo de sufrir enfermedades.
- Dormir con las piernas elevadas. Colocar una pequeña almohada debajo de tus pies ayudará a que el retorno de la circulación de la sangre a través de los vasos sanguíneos sea el correcto.
- No fumar. Fumar, además de ser perjudicial para nuestros pulmones, también lo es para el aparato circulatorio, ya que favorece la aparición de arteriosclerosis, angina de pecho, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, etc.
- Trata de reducir el estrés y las situaciones de tensión ya que elevan la presión sanguínea y puede causar enfermedades cardiovasculares.
Estos son solo algunos sencillos consejos para mantener el sistema circulatorio sano. Sin embargo, es importante visitar a un especialista por lo menos una vez al año para intentar disminuir los factores de riesgo. Si habitualmente sentimos las piernas cansadas puede ser señal de una mala circulación de la sangre, por lo que habrá que tratar el problema antes de que nos lleve a consecuencias más graves, como la presión arterial alta o incluso sufrir el riesgo de enfermedades del corazón que pueden llegar a ser causa de muerte.