Las lesiones son un imprevisto muy frecuente dentro del mundo runner, por diversos motivos que en algunos casos se pueden controlar, pero lamentablemente en otros no. Al sufrir una lesión es normal sentir miedo de volver a entrenar y recaer en ella, por esto te contamos cómo comenzar a trotar luego de una lesión.
Conociendo la lesión
Como sucedió la lesión y la gravedad de ella dispondrá del tiempo que se estará fuera de entrenamiento, si es algo menor es bueno dedicar este tiempo a fortalecer el tren superior, ya que no es beneficioso del todo detener todos los entrenamientos, sí por el contrario es algo grave se debe tener mucha precaución además de seguir al pie de letra las indicaciones dadas por el doctor.
Antes de volver a los entrenamientos, es necesario haber respetado los tiempos de recuperación establecidos, este factor es de mucha importancia ya que al querer acelerar los periodos pautados las situación muchas veces termina siendo una mala elección, dado que el riesgo de sufrir una recaída o empeorar la lesión son altos, lo que se va a traducir en mucho más tiempo sin volver a la actividad.
Cómo comenzar a trotar luego de una lesión
Enfocar la mente: Es normal que al salir de la lesión se pierda gran parte de la resistencia adquirida, por tanto es importante ante todo centrarse en que de un día para otro no se recupera el ritmo, es un proceso lento que debe ser llevado así para no perjudicar más la situación. Se debe volver a entrenar sin miedo de recaer ya que eso limitará la progresión.
No cometer los mismos errores: sin duda es algo vital no volver a realizar o corregir aquellos factores que causaron el problema, es decir si ocurrió porque no se descasaba lo suficiente, por un calzado inadecuado, o una forma errónea de trotar, buscar la forma de solucionar el problema lo más rápido posible y buscar asesoría si es el caso.
Calentar adecuadamente: muchas lesiones son producidas al realizar movimientos o desplazamientos con el cuerpo aun frio o por no hacer los estiramientos pertinentes antes de trotar, al volver de la lesión se deben realizar con mucho cuidado, mucha menor intensidad e ir adaptándose poco a poco a la condición fisca según se vaya avanzando el proceso de recuperación.
Comenzar caminando: es bueno medir la capacidad en la que se encuentra la zona afectada caminado en una primera fase asegurándose de no sentir molestias, posteriormente se debe ir incrementando los minutos y luego la velocidad hasta poder trotar por periodos moderados e ir poco a poco estableciendo metas según vaya respondiendo el cuerpo.
No forzar: al momento de trotar es necesario parar en seco el entrenamiento al sentir levemente cualquier molestia, además de realizar chequeos de forma frecuentes para verificar el avance en la recuperación de la lesión.
Combinar con otros deportes: para aquellos runners más experimentado muchas veces es bueno combinar su entrenamiento con otras disciplinas como el ciclismo o la natación para así complementar y mejorar la capacidad física.
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