Cada vez se realizan más campañas publicitarias y de difusión en los medios cuyo objetivo es concienciarnos de lo importante y necesario que es llevar unos buenos hábitos alimenticios, consumir 5 raciones de fruta o verdura cada día, beber suficiente agua, no abusar de la bollería industrial o los snacks, así que más o menos todos sabemos en qué consiste una alimentación equilibrada y qué deberíamos comer.
No obstante, saberlo no quiere decir que siempre lo hagamos, y, a veces, con las prisas, la falta de ganas de cocinar o la comodidad se acaban adquiriendo una serie de malos hábitos que, con el tiempo, se terminan haciendo crónicos y cada vez más difíciles de cambiar.
Es verdad que la fuerza de voluntad es algo imprescindible, pero no es lo único importante cuando tomamos la decisión de querer cambiar nuestros hábitos alimenticios.
Y, para que os resulte más fácil y no desistáis en el intento, hoy os traigo una série de consejos para que logréis cambiar vuestros hábitos alimenticios.
Os dejó el menú de la semana que viene y vamos a ello!
1. Cambia tus hábitos de forma progresiva.
Se realista, hay cosas que no cambian de un día para otro, mejor hacerlo de forma progresiva e ir consolidando los buenos hábitos a la vez que eliminamos aquellos que nos perjudican que empezar un lunes súper bien diciéndole adiós a los malos hábitos y comiendo súper sano y terminar el día asaltando la nevera.
En esto pasa como en las dietas, mejor poco a poco y con buena letra, esto no es un sprint sino una carrera de fondo.
2. Márcate objetivos asumibles a corto plazo que puedas ir cumpliendo semana a semana.
Como cuando se trata de deporte, te ayudará a mantener la motivación, irás viendo resultados y mejorías, y no se te hará tan cuesta arriba el camino hasta llegar a la meta final.
3. Planifica tus comidas con antelación elaborando un menú semanal.
Como ya os conté aquí, de esta forma podrás tener una visión más general y completa de tu alimentación, de aquello que haces bien, de lo que necesitas mejorar, comerás de forma más equilibrada y encima ahorrarás en la cesta de la compra.
4. No te prives de todo, busca alternativas más saludables y ligeras a aquello que tanto te gusta.
Con moderación, en una alimentación saludable y equilibrada también tienen cabida los dulces, el queso, la pasta y hasta algo de picoteo de vez en cuando.
No se trata de decirle adiós para siempre al chocolate, sino de no comerse la tableta entera cada vez que entra una en casa.
5. Cocina un único menú siempre que sea posible.
Ni que seáis varios de familia con gustos y preferencias distintas, nada de un "menú de niños" y otro de adultos por sistema.
Tus peques tienen que ir acostumbrándose a comer de todo, y, además, de este modo, si para ti te daría pereza y terminarías cogiendo lo primero que encontraras en la nevera, ellos te servirán de motivación extra para cuidar vuestra alimentación.
Unos buenos hábitos alimenticios es uno de los mejores regalos que les puedes hacer a tus hijos, les ayudará de por vida y para conseguirlo hay que dar ejemplo.
6. Evita tener el congelador lleno de precocinados y frituras.
Hay muchas alternativas para no tener que tirar de ellos cuando vamos con prisas, cocinar demás e ir congelando para otros días, dedicar una tarde a la semana a cocinar y congelar, tener algunas bolsas de menestra de verduras o ensaladilla rusa congelada, legumbres en conserva, etc.
Si aún así nos apetece tener algún que otro precocinado para emergencias, mejor cuánto menos procesado posible. Realmente alucinaríamos si nos dedicáramos a leer los ingredientes con detención?
7. Evita la bollería industrial.
Esto ya no se ni las veces que lo debo haber dicho en el blog, con lo fácil y divertido que es ponerse a hacer un bizcocho o unas magdalenas.
La lista de ingredientes de este tipo de dulces parece sacada de una película de miedo y lo peor es que no nos llenan ni sacian el hambre, por lo que podemos comer y comer y comer? además terminan siendo adictivos, no es broma, hay estudios muy serios sobre ello que han llegado a comparar la adicción que pueden generar a la de algunas drogas.
8. Hazte con una buena aceitera que te permita regular bien la cantidad que echas.
Puede parecer una tontería, pero, ni que el AOVE sea uno de los pilares de la dieta mediterránea y se considere de lo más saludable, conviene no pasarse con las cantidades por lo que no es recomendable consumir más de una cucharada sopera al día.
Tampoco es recomendable abusar de él a la hora de cocinar, así que una buena aceitera, además de ayudarte a no desperdiciar producto y por lo tanto a ahorrar dinero, te permitirá regular bien la cantidad que deseas utilizar.
9. Quítate de la cabeza lo de que las calorías no cuentan durante el fin de semana.
No es el fin del mundo, solo dos días durante los que la mayoría de personas no trabaja, tener vida social no tiene porque ser sinónimo de comer como si no hubiera mañana.
Aunque comas algún que otra plato más pesado cela habitual, se trata de no perder el equilibrio y compensar un poco.
10. Una vez a la semana toca parada obligatoria en la frutería o verdulería.
Asegúrate de tener siempre fruta y verdura fresca, aunque, como hemos dicho anteriormente, podamos tener un poco de congelada para un apuro, no nos aporta lo mismo que la fresca y, si compramos productos de temporada, no tiene porque afectar a nuestro presupuesto.
Además, siempre podemos comprar más cantidad y congelar, así podremos disfrutarla todo el año mucho mejor de precio.
Y esto ha sido todo por hoy, espero que os haya parecido útil y nos vemos el miércoles!