El cuello está conectado a toda la columna vertebral hasta la pelvis y los pies. La forma en que coordinas tu postura al sentarte, caminar, respirar y cómo usas los brazos puede tener un efecto en el dolor de cuello.
Haz la prueba, aprieta (suavemente) los puños o la mandíbula. ¿Sientes sus efectos en tu cuello? Todo el cuerpo está relacionado con el cuello y al mejorar esas conexiones se puede reducir la tensión en él.
Realiza estas secuencias de movimiento para explorar cómo puedes aliviar y eliminar las molestias y dolores en esta parte del cuerpo.
Recuerda que el principio número uno del Método Feldenkrais es moverse suavemente, sin esfuerzo ni tensión, a través del placer para poder escucharnos a nosotros mismos y aprender nuevas formas de movimiento. El placer refuerza el aprendizaje. Así que, por favor, recuerda que eres el único responsable de tu bienestar.
Es importante que la respiración fluya en todo momento, que interrumpas el movimiento antes de sentir molestias o dolor y que a medida que vayas realizando la lección mejores la calidad del mismo.
Cada uno de estos ejercicios puede repetirse varias veces durante unos minutos.
1. Rodar la pelvis, sentir el movimiento a través de la columna vertebral hacia la cabeza.
Tumbado, con las piernas flexionadas, rueda suavemente la pelvis para que la parte posterior de tu cintura vaya hacia el suelo, haz este movimiento varias veces y descansa.
No te centres en el objetivo final, sino en hacerlo muy suave y fácil. Relaja el abdomen y haz el movimiento de forma pequeña y sin esfuerzo, varias veces y descansa.
Ahora rueda tu pelvis en la otra dirección. Haz un movimiento muy pequeño, siente si puedes suavizar tu respiración para permitir que el movimiento se dirija hacia tu cabeza. Al liberar el abdomen para inclinar la pelvis y suavizar la respiración, sentirás una conexión con la cabeza. Observa la conexión entre tu pelvis y el cuello.
2. Movimientos oculares con la pelvis.
Sigue acostado sobre tu espalda y ahora inclina tu pelvis para llevar la cintura hacia el suelo a la vez que miras hacia tu vientre. Luego, inclinas hacia el otro lado para levantar la cintura, de modo que el coxis vaya más hacia el suelo y al mismo tiempo miras hacia arriba. Deja que tus ojos bajen mientras ruedas tu pelvis hacia tu cóccix. Luego explora mirando hacia arriba cuando bajes la cintura y mira hacia abajo mientras levanta la cintura. Explora qué manera es más fácil.
3. Girar la cabeza hacia un lado y mover los ojos hacia el lado opuesto. Esto también se puede hacer sentado.
Gira la cabeza hacia un lado y hacia el otro y siente lo lejos que puede llegar sin forzar.
Rueda tus ojos de derecha a izquierda.
Gira la cabeza a la derecha al mismo tiempo que los ojos ruedan a la izquierda y viceversa. Hacerlo varias veces.
Rueda tus ojos de derecha a izquierda. Mueve la cabeza para girar de un lado a otro de nuevo y observa si ahora puede ir más lejos que antes.
4. Círculos oculares suaves y lentos.
Pon la atención en un ojo y haz lentamente círculos con él. Obviamente los dos ojos se moverán a la vez pero en uno sólo pondremos toda la atención. Observa tu respiración mientras haces movimientos suaves. Luego hazlo poniendo la atención en el otro ojo.
Con estos movimientos me he centrado en formas básicas de coordinar los ojos, la pelvis y la cabeza para sostener el cuello. Apoyar la sabiduría de nuestro cuerpo de una manera simple para que puedas aprender a moverte con más libertad y facilidad.
Recuerda leer, las pautas a seguir, antes de empezar cualquier lección.
Disfruta de tu nueva organización y de las nuevas sensaciones y si te gustó, comparte!
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El Método Feldenkrais® enseña la educación del movimiento a través de la conciencia para que puedas moverte con facilidad y gracia y aprendas a vivir una vida más plena. Combina la atención con la mecánica corporal y la plasticidad cerebral para acceder a tu potencial en todos los ámbitos de la vida.
Fuente: este post proviene de Blog de Esther Niego, donde puedes consultar el contenido original.
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