¿Te has preguntado alguna vez qué le hace el agua del mar a tu piel? Seguro que has escuchado de todo: que es buenísima porque tiene minerales, que es malísima porque reseca... ¡Pues vamos a desmontar mitos!
Empecemos por lo bueno del agua de mar para tu piel
El agua de mar es un exfoliante natural. La sal del agua marina actúa como un suave exfoliante, eliminando las células muertas y dejando la piel más suave y luminosa. Perfecta para elmimnar células muertas.Además, es un chute de minerales. El agua del mar está cargada de minerales como el magnesio, el potasio y el calcio, que son esenciales para la salud de la piel. Por todo ello, ayuda a eliminar las bacterias: El agua salada tiene propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las espinillas y otras infecciones cutáneas.
Si sufres de psoriasis, eccema o dermatitis, el agua del mar puede ayudarte a calmar la irritación y la inflamación, es un calmante para la piel.
Hidratación a tope. Aunque parezca mentira, el agua del mar también puede hidratar la piel, ya que atrae el agua de las capas más profundas y la retiene en la superficie.
Pero no todo es color de rosa
- Ojo con la sal: si tienes la piel sensible, la sal del agua del mar puede irritarla y secarla.- Deshidratación a largo plazo. Si pasas muchas horas en el agua salada, tu piel puede perder su hidratación natural y volverse áspera y tirante.
- Cuidado con el sol. El agua salada aumenta la sensibilidad de la piel al sol, por lo que es importante protegerse bien con crema solar.
- No es para todo.: Si tienes alguna herida abierta o enfermedad de la piel, es mejor evitar bañarte en el mar.
¿Entonces, qué hago?
En general, el agua del mar puede ser beneficiosa para la piel, siempre que la uses con moderación y tomes algunas precauciones:- Dúchate con agua dulce después de cada baño. Para eliminar la sal y otros residuos del mar.
- Hidrata tu piel. Usa una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel después de cada baño.
- Protégete del sol. Usa crema solar con un factor de protección alto y aplícala con frecuencia.
- Presta atención a tu piel. Si notas que tu piel se irrita o se seca después de bañarte en el mar, reduce el tiempo que pasas en el agua o evita bañarte por completo.
Y recuerda: ¡Escucha a tu piel! Ella te dirá si el agua del mar le sienta bien o no.