La cromoterapia es la utilización de los colores para tratar enfermedades físicas y trastornos emocionales. Los colores tienen propiedades que afectan a nuestro estado anímico y nos hacen sentir de formas diferentes.
Para la cromoterapia hay diferentes formas de tratamiento ya que, se pueden aplicar hasta en la comida, pero el que nos interesa aquí es el que se aplica directamente sobre nosotros mismos. El tratamiento debe realizarse en una habitación completamente blanca para que se pueda proyectar cualquier color y es necesario que estemos con lo mínimo de ropa o con una bata blanca de seda.
Las sesiones son de 30 minutos al día utilizando un mismo color, los resultados comienzan a verse al cabo de 15 días. Ocho son los tonos utilizados y cada uno presenta unas cualidades exclusivas. A continuación te las detallamos para que elijas el que más se adapta a tus necesidades:
El color rojo es estimulante y sirve para tratar desórdenes energéticos (apatía física, anemia, catarro…). El naranja es el símbolo de la energía femenina, de la creación, la amistad, la vida y la felicidad por lo que favorece la relación entre personas. El amarillo es el color del intelecto y estimula el cerebro y el sistema nervioso. El color turquesa refuerza el sistema inmunológico y se utiliza en enfermedades como el SIDA o infecciones. El verde aporta equilibrio y armonía, es bueno para tratar el cansancio físico y las heridas. El azul simboliza la paz y la tranquilidad, se emplea contra el tiroides y la garganta en general. El violeta es un color que trasmite espiritualidad e intuición, se utiliza para calmar el sistema nervioso y contra los trastornos psíquicos. Por último, el magenta es espiritual y afecta tanto al cuerpo como a la mente y al espíritu.
¿Ya has decidido con cuál te tratarías tú?