Digerir bien es importante... Es importante porque el sistema digestivo es la principal vía de alimento de nuestro organismo y de su buen funcionamiento depende nuestra salud. Una mala digestión nos hace sentir mal, no asimilar correctamente los nutrientes, y puede provocar desajustes intestinales y estomacales, diarreas, etc.
A lo largo de todo el año debemos mantener una dieta saludable para evitar las digestiones pesadas. Pero aún así, hay casos (por ejemplo, el de aquellas personas aquejadas del denominado síndrome del intestino irritable), en los que aún siguiendo una dieta saludable nuestro aparato digestivo parece no funcionar correctamente, afectando a nuestra salud y ocasionándonos molestias a diario.
Nuestra "receta de salud" de hoy es bien sencilla: si deseáis mejorar vuestras digestiones, sobre todo en el caso de digestiones pesadas y diarreas, incluid un vaso de horchata en vuestra dieta (si es a primera hora de la mañana, mejor). Si queréis saber por qué, no os perdáis el siguiente artículo. Esperamos que os guste.
La horchata de chufa, ¡una bebida maravillosa!
En casa siempre nos ha gustado la horchata de chufa, pero hasta hace poco la consumíamos sólo ocasionalmente, durante el verano, como un refresco más. Hace unos meses leímos por casualidad un artículo sobre las múltiples propiedades eupépticas de la horchata de chufa y comenzamos a incluirla en nuestra dieta habitual, para favorecer la digestión. Tras comprobar su eficacia como bebida digestiva, nos hemos convertido en auténticos fans de este refresco y a día de hoy no falta en nuestra nevera. Por ello, dedicamos esta entrada en nuestro blog a dicha bebida.
Recordad que vamos a hablar sobre la horchata de chufa natural. Existen algunas diferencias con la que habitualmente se comercializa. Por ejemplo, hemos observado que la mayoría de las marcas que se encuentran en el supermercado incluyen leche entre sus ingredientes (aunque también las hay que no la contienen). La horchata natural no lleva leche, puesto que se hace exclusivamente con chufas, agua y azúcar. Es un dato importante a tener en cuenta por las personas afectadas de intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de la leche. Lo que sí hemos visto es que las que se comercializan habitualmente, al igual que la natural, no contienen gluten, por lo que no habría necesidad de privar de su consumo a los enfermos celiacos. Pero si tenéis cualquier tipo de alergia o intolerancia, os pedimos encarecidamente que reviséis los ingredientes antes de consumirla.
Nota: Las siguientes líneas se han escrito a partir de la información suministrada por la página web dedicada a la Denominación de Origen de la Chufa de Valencia y su Consejo Regulador: http://www.chufadevalencia.org/
¿Qué es y qué propiedades tiene la horchata de chufa?
La horchata de chufa es una bebida cuya esencia es la chufa (tubérculo típico de la huerta valenciana), como su propio nombre indica. Tradicionalmente se incluye dentro del grupo de bebidas refrescantes no alcohólicas. Es considerada desde la antigüedad como fuente de nutrientes y vitaminas y tiene grandes ventajas respecto al resto de refrescos no alcohólicos, como por ejemplo:
Carece de cafeína u otro estimulante, por lo que pueden consumirla niños, embarazadas y ancianos. Puesto que además de la ausencia de estimulantes, apenas contiene sodio, la pueden tomar también los pacientes hipertensos.
No contiene ácido fosfórico, por lo que no descalcifica los huesos ni altera la dentición.
Si no se le añade azúcar, tiene menos calorías que los refrescos edulcorados de empleo habitual.
Diversos estudios médicos avalan las múltiples propiedades beneficiosas que la horchata de chufa tiene para el organismo y nuestra salud. A continuación se enumeran algunas de ellas.
Es una bebida energética, pero su contenido en hidratos de carbono no es a base de glucosa, sino de azúcares más complejos (sacarosa y almidón). Es ideal para niños y deportistas porque proporciona energía fácilmente asimilable.
Su composición porcentual en ácidos grasos es muy similar a la del aceite de oliva y bastante parecida a la de los frutos secos oleaginosos (contiene un alto índice de ácidos grasos monoinsaturados, en concreto de ácido oleico). Esta característica confiere a dicha bebida beneficiosas propiedades cardiovasculares, como por ejemplo: ayuda a prevenir altos niveles de colesterol y triglicéridos, así como a prevenir la arteriosclerosis.
Por su contenido enzimático (contiene enzimas digestivos como la amilasa, lipasa, catalasa, etc,), favorece y facilita la normal digestión gastrointestinal. Puede emplearse como prebiótico. Asimismo, evita el meteorismo (distensión por gas) y la flatulencia (exceso de ventosidades).
Tiene además propiedades digestivas derivadas de su contenido en aminoácidos y almidón: sirve como astringente y antidiarreico y funciona como fibra soluble a nivel colónico.
Por su contenido en arginina exhibe un efecto específico sobre la inmunocompetencia. Además facilita la cicatrización de las heridas y reduce el gasto energético en los estados hipercatabólicos.
Es una fuente importante de fósforo, magnesio y zinc.
Su aporte de hierro al organismo es modesto, pero no despreciable: es superior al de la leche de vaca, aunque inferior al de la leche de soja, por lo que podría emplearse como suplemento de hierro en niños y embarazadas.
Por todo lo expuesto, creemos que la horchata de chufa debería ser considerada como un componente tradicional más de la dieta mediterránea, ya que es una bebida típica de nuestra tierra que cumple con las características que como grupo tienen el resto de los alimentos considerados la base de dicha dieta. Además, ¡es natural y está riquísima! Pensamos que su consumo debería aconsejarse y fomentarse mucho más de lo que habitualmente se hace.
¿Cómo se elabora la horchata de chufa natural?
Finalizamos este artículo resumiendo a continuación el proceso de elaboración de la horchata natural de chufa, que incluye las siguientes etapas en el siguiente orden:
Lavado de las chufas para eliminar los restos groseros de tierra y demás impurezas que normalmente acompañan a las chufas secas.
Selección de las chufas con objeto de eliminar los tubérculos defectuosos. El procedimiento más utilizado consiste en sumergir los tubérculos en una solución de sal. Los tubérculos de menor densidad (aquellos dañados por insectos o microorganismos o que no han alcanzado un desarrollo normal) flotan y son eliminados. Tras eliminar los tubérculos defectuosos, las chufas seleccionadas se someten a varios lavados con agua potable, con el fin de retirar los restos de salmuera.
Rehidratación de las chufas seleccionadas y lavadas mediante la inmersión en agua potable. Así los tubérculos absorben agua y se hinchan, disminuyendo de este modo su rugosidad superficial y permitiendo una desinfección más efectiva.
Desinfección de las chufas.
Eliminación de los restos del germicida utilizado mediante la realización de varios lavados de las chufas con agua potable.
Trituración de las chufas en un molino. En esta operación se añade agua para facilitar el proceso.
Macerado de la mezcla de chufa triturada con agua. La duración de esta etapa suele ser corta, dependiendo del tiempo de remojado previo.
Prensado y tamizado de la mezcla de chufa triturada con agua para separar el líquido del residuo sólido.
Adición y disolución de azúcar en el líquido obtenido.
Enfriado inmediato del líquido resultante a temperaturas del orden de 0ºC. Una vez fría, la horchata de chufa se conserva a temperaturas iguales o inferiores a 2ºC.
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