Al ser una superficie irregular es recomendable hacerlo en la arena dura para minimizar riesgos, ya que al estar pisando sobre una superficie sin excesivos desniveles reduciremos el riesgo de lesionarnos. Haciéndolo bien, conseguiremos un mayor desarrollo en la musculatura que utilizamos durante la carrera, siendo los tobillos los mayores beneficiados de esta superficie.
En cuanto a nuestros aspectos físicos, el que más desarrollo va a obtener es nuestra potencia física, como resultado de la necesidad de la fuerza extra que necesitan los impulsos sobre la arena, junto con la velocidad a la que intentemos ejecutar nuestras series de velocidad, con un trabajo mucho más completo que si hiciéramos las mismas series en superficie dura.
También se beneficiarán nuestros pulmones de entrenar sobre esta superficie, ya que al encontrarnos cerca del mar, encontraremos un aire mucho más limpio que si estuviésemos corriendo por la ciudad donde el aire está más sucio por el continuo transitar de coches.
Y no solo podemos entrenar en la arena. También podemos correr dentro del agua, ya que la resistencia que nos supone, ayudará a trabajar aún mejor nuestro tren inferior, e incluso el tren superior, ya que necesitaremos una ayuda extra para seguir impulsándonos.
Si entrenar en el agua no nos fuera posible, sigue pudiéndose utilizar como un complemento perfecto para finalizar el entrenamiento, ya que el agua del mar nos servirá para ayudar a relajar nuestros músculos, lo que nos reducirá los riesgos de lesiones.
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