Estas cifras pueden parecer bajas, dijo el autor principal del estudio, el Dr. Ketan Shankardass, pero son significativos porque están sucediendo en los niños, cuyos cuerpos y hábitos alimenticios y ejercicio aún están en desarrollo. Además, si ese aumento de peso continúa y se agrava durante toda la vida, podría dar lugar a problemas de obesidad y de salud graves.
Los padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos. Tristemente, muchas veces nos dejamos llevar por las responsabilidades y el quehacer del día a día y no nos damos cuenta de que nuestros cambios en comportamiento y en ritmo diario les pueden afectar a ellos de forma negativa.
Este estudio viene a mostrar que, bien por lo que comemos, por la actividad física que tenemos (o más bien dejamos de tener), o por una actitud alterada a causa del estrés, nuestros hijos sufren las consecuencias. Ellos también comeinzan a comer peor, a ser menos activos, y a sufrir de estrés. El problema se ve reflejado en el peso de los niños que comeinza a subir más de la cuenta y a un ritmo que, a la larga, puede significar para nuestros hijos el desarrollo de la obesidad, con todos los riesgos que ello implica: sufrir enfermedades cardiovasculares, hipertensión, problemas metabólicos, diabetes y hasta cáncer.
Por eso, una de las mejores cosas que podemos hacer, ya no sólo por nosotros sino también por la salud actual y futura de nuestros hijos, es aprender estrategias para controlar el estrés. No sólo nos garantizará una vida más agradable y sana, sino que le ofrecerá un mejor futuro a toda nuestra familia. Hay muchísimas estrategias para manejar el estrés y estoy segura que encontrarás algunas que se adapten a tus costumbres y estilo de vida. Personalmente te recomiendo probar la meditación o incluso la respiración profunda (apenas 5 minutos diarios ya te darán resultados espectaculares) y no olvidar tener un consumo adecuado de omega 3. Mira este artículo para saber más sobre dónde conseguir omega 3 y las cantidades más recomendadas y si te gusta la idea de meditar no dejes de chequear esta música especial de nueva generación para meditaciones profundas sin esfuerzo.
El Dr. Shankardass, epidemiólogo social del Centro Inner City para la Investigación sobre Salud del Hospital St. Michael, estudió los datos recogidos durante el Estudio de Salud de los Niños, una de las investigaciones más grandes y completas sobre los efectos a largo plazo de la contaminación atmosférica sobre la salud respiratoria de los niños.
El IMC de los niños se calculó cada año. A sus padres se les dio un cuestionario para medir su estrés psicológico percibido en el que se les preguntaba con qué frecuencia en el último mes fueron capaces o incapaces de controlar las cosas importantes en su vida y si las cosas iban a su manera o si sus dificultades se acumulan tanto que no podía superarlas.
El Dr. Shankardass dijo que no estaba claro por qué existe el vínculo entre el estrés de los padres y la obesidad de los hijos. Es posible que los padres cambien su comportamiento cuando están estresados, reduciendo la cantidad de actividad física en el hogar o aumentando la cantidad de alimentos poco saludables disponibles. Además, el estrés de los padres también puede provocar estrés en los niños, que hacen frente al comer más o estar menos activos, y ese estrés conduce también a cambios biológicos que causan el aumento de peso.
La infancia es un momento en el que desarrollamos hábitos interconectados relacionados con la forma en que tratamos con el estrés, cómo comemos y qué tan activo que somos. Es un momento en el que podríamos estar haciendo un daño irreversible o daño que es muy difícil de cambiar más adelante.
El Dr. Shankardass señaló que más de la mitad de los niños que formaron parte del estudio eran hispanos, y que los efectos del estrés en su índice de masa corporal eran mayores que los de los niños de otras etnias. Dijo que esto era consistente con otros estudios que han sugerido que los niños hispanos son más propensos a experimentar hambre en exceso o aumento del apetito y sedentarismo. Las investigaciones futuras deberían considerar otras razones que los niños hispanos son más susceptibles al estrés de los padres, incluyendo diferencias en cómo los padres hispanos responden al estrés o cómo sus niños perciben los agentes estresores o lidian con el estrés.
Referencia:
K. Shankardass, R. McConnell, M. Jerrett, C. Lam, J. Wolch, J. Milam, F. Gilliland, K. Berhane. Parental stress increases body mass index trajectory in pre-adolescents. Pediatric Obesity, 2013.
Fuente:
St. Michael"s Hospital. "Study finds parental stress linked to obesity in children." ScienceDaily, 6 Dec. 2013. www.sciencedaily.com/releases/2013/12/131206111707.htm