La candidiasis es un problema cada vez más extendido entre la población. Una condición ácida en el cuerpo suele llevar a que este tipo de hongo empiece a proliferar desmesuradamente en el organismo, produciendo como síntoma más común el picor y el sentimiento de “quemazón” en la piel, el enrojecimiento de los labios vaginales y en el caso de que se produzca en la boca aparecen en su interior unas placas de color blanquecino.
Tradicionalmente la dieta para las personas que sufren de este problema ha conllevado eliminar las levaduras (pan y bollería), el azúcar, el cereal y los alimentos fermentados. Esta perspectiva es razonable desde un punto de vista más dietético, pero desde la macrobiótica debemos tener en cuenta algo más.
En mi experiencia en consulta en la candidiasis hay un exceso de inflamación y por tanto un exceso de yin en el cuerpo. Eliminar todos aquellos alimentos que producen acidez y exceso de yin es muy importante para eliminar este problema. Aquí nos encontramos con los alimentos fermentados pero si investigamos bien no todos los fermentos son perjudiciales.
Podemos hablar de dos tipos de fermentos: los fermentos yin, en los que se utiliza azúcar o algún ingrediente dulce como es el caso del yogur, el vinagre, el kéfir o la kombucha, y los fermentos yang, donde se usan grandes cantidades de sal, como puede ser el miso, la umeboshi o el shoyu.
Cuando se utilizan fermentos yang para tratar la candidiasis éstos crean un medio mucho más alcalino y permiten que el cuerpo se recupere mucho más rápidamente, contrariamente a lo que se ha defendido tradicionalmente sobre el consumo de fermentos para esta condición.
Sobre el uso de fermentados yin todavía hay mucha discrepancia. Por ejemplo con la kombucha se han realizado estudios que demuestran que es muy útil para eliminar algunos hongos de cándida, pero no todos (https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/j.1745-4514.2011.00629.x), con el kéfir y el yogur se suelen recomendar de forma tópica (aplicados sobre la piel o la zona donde se produzca el picor). Aún así y pese a todo hemos de recordar que estos probióticos utilizan azúcar o ingredientes muy dulces, si la fermentación ha sido corta es probable que se encuentren trazas de estos edulcorantes y de esta manera mantengamos la misma condición de inflamación.
Lo ideal en estos casos es realizar una dieta macrobiótica bien alcalina, con más proporción de verduras y reduciendo el cereal al mínimo y siempre tomando umeboshi en este caso. El miso y el shoyu ayudarán también a recuperar la alcalinidad necesaria y mejorando nuestro medio interno las cándidas dejarán de proliferar e irán desapareciendo.
Daniel Mayor.