Buenos días, hoy tenemos un rico postre para acompañar a cualquier comida, pero como ya sabemos, antes de entrar en materia vamos a conocer un poco más uno de sus ingredientes, odiado por algunos por su sabor ácido, o amado por el mismo, hoy empezamos conociendo el limón.
El limón es el fruto en baya del limonero, árbol de hoja perenne y espinoso de la familia de las rutáceas. Este árbol se desarrolla con éxito en los climas templados y tropicales, cultivándose actualmente en todo el mundo.
El limonero, originario de China o India, se cultiva en Asia desde hace más de 2.500 años. A partir del siglo X los árabes lo difundieron por la cuenca mediterránea. Fue prácticamente desconocido para griegos y romanos, y hasta la Edad Media no comenzó a ser consumido habitualmente. En el siglo XVI fue introducido en el continente americano por los exploradores españoles.
Según su tamaño, los limones se pueden clasificar en: pequeños, medianos y grandes; y por su color en verdes y amarillos. El que más se consume en España es el amarillo y grande, que presenta una cáscara gruesa y un tanto rugosa, muy aromática, y cuya pulpa tiene escasas semillas.
En cuanto a su composición nutricional, el limón es fuente de potasio, vitamina C, ácidos orgánicos y flavonoides.
El limón aporta una gran cantidad de vitamina C, potasio y cantidades menores de otras vitaminas y minerales. La vitamina C está implicada en la producción del colágeno. Además, tiene la propiedad de mejorar la cicatrización, y la función del sistema inmunitario. Su capacidad antioxidante ayuda a neutralizar sustancias cancerígenas como las nitrosaminas. Por otro lado, diversos estudios han mostrado que las personas con altas ingestas de vitamina C tienen un menor riesgo de desarrollar otras enfermedades crónicas como enfermedad cardiovascular, cataratas o enfermedades neurodegenerativas.
La pulpa, también contiene ácidos orgánicos, fundamentalmente ácido cítrico y en menor cantidad málico (que se consideran responsables del sabor ácido del limón), acético y fórmico. Algunos estudios han indicado que estos ácidos potencian la acción de la vitamina C y poseen un notable efecto antiséptico. Existen también compuestos fenólicos como los ácidos cafeico y ferúlico, que son potentes antioxidantes e inhiben la actividad carcinogénica.
También es buena fuente de fibra soluble como la pectina (que se encuentra principalmente en la capa blanca que hay debajo de la corteza), cuyas principales propiedades son la disminución del colesterol y la glucosa en sangre, y el desarrollo de la flora intestinal.
Sin embargo, los componentes más interesantes del limón son los fitonutrientes. En concreto, los limonoides, compuestos que se encuentran localizados en la corteza, y que parecen contribuir a la prevención frente a algunos tipos de cáncer. Además, tanto la capa blanca que se encuentra debajo de la corteza como la pulpa, presentan flavonoides (citroflavonoides), a los que se han atribuido propiedades antiinflamatorias. En relación con estos compuestos, algunos autores han señalado que la hesperidina (el más abundante) y otros flavonoides (diosmina, naringenina, eriocitrina, etc) son venotónicos y vasoprotectores. De hecho, refuerzan la pared de los vasos capilares, otorgan mayor elasticidad a las arterias y disminuyen la formación de trombos.
Por este motivo, el limón es útil en la prevención de las enfermedades cardiovasculares y para mejorar la función circulatoria. En animales de experimentación, se ha visto que la hesperidina presenta además efectos antiinflamatorios, analgésicos, hipolipémicos (disminuye los niveles de colesterol en sangre), antihipertensivos y diuréticos.
Venga, ahora pasemos a la cocina y preparemos un rico postre de limón. Mousse de limón al estilo Nutrición a las 6
Ingredientes
§ 3 yogures naturales
§ 1 bote pequeño de leche condensada
§ 3 limones
Preparación
Cogemos un bol y vertemos los 3 yogures naturales junto con la leche condensada. Removemos para que se junte todo bien.
A continuación, exprimimos los limones para obtener el jugo. Lo juntamos a la mezcla anterior y batimos bien para que se integre todo y quede una mezcla homogénea.
Lo metemos en la nevera unas horas y, para servir, lo ponemos en unas copas o cuencos. Rallamos un poco de chocolate por encima o también lo podemos adornar con la ralladura del limón. Servirlo bien frío y... ¡a disfrutar!
Esta receta como podéis ver es muy, muy sencillita y la verdad que triunfa. Eso sí, al contener leche condensada no es un postre del que debamos abusar.
Disfrutar del fin de semana y los que tengáis vacaciones descansar. Saludos :)
Realizado por Jorge Ibarra Morato y Cristina Vallespín Escalada
Fuentes
Fundación Española de la Nutrición (FEN).