Pero antes de ello, no vamos a hablaros de la historia, que es muy parecida y va casi de la mano de la del cocido, como conocimos en este post, sin embargo, los ingredientes cambian un poco de uno a otro, ya que el potaje se consume en época de abstinencia de la carne, como la ya pasada semana santa. Por ello, vamos a conocer una de las especias que más calor nos puede dar, no es otra que la guindilla.
La guindilla o también conocida como chile, pertenece a una variedad autóctona de pimiento que ha desarrollado una serie de características que lo diferencian de otros debido a la transformación que ha sufrido la planta al adaptarse a las características climatológicas de la zona.
Las guindillas son muy populares en la gastronomía española, muy utilizadas como condimento de numerosos platos tales como pescado, carne, potajes, etc.
La característica principal de la guindilla es su acción picante, ésta es debida a la presencia del alcaloide capsaicina. La capsaicina produce una sensación de ardor en la boca, e incluso dolor, y provoca lagrimeo y descongestión nasal. Se localiza principalmente en las semillas y venas de los pimientos, no obstante, se elimina con las heces y la orina.
Guindillas hay muchas, así como variedades y preparaciones, por lo que reciben diversos nombres como guindillas, pimientos (rojos, verdes, picantes, morrones), ajís, chiles (chipotle, serrano, habanero, árbol, jalapeño..., hasta más de veinte variedades, tan sólo en México), páprika, pimentón, pimienta de cayena, salsa de tabasco, etc.
Las guindillas y el resto de los pimientos picantes, contienen más vitamina C que los cítricos (100 gramos de guindilla contienen 25 miligramos de dicha vitamina), pero no contribuyen mucho a cubrir los requerimientos diarios de este elemento debido a que se consumen en pequeña cantidad. La composición es similar a la del pimiento, aunque en menor cantidad, y podéis recordarla gracias a este otro post.
En cuanto a sus propiedades nutricionales, en México existen numerosas creencias populares no confirmadas sobre las posibles virtudes medicinales del pimiento picante o chile.
Las investigaciones científicas, y al contrario de lo que se creía, afirman que el consumo de guindillas hace que el estómago produzca un moco que protege su mucosa contra irritantes gástricos como los ácidos y el alcohol, gracias a la capasaicina que provoca una mayor secreción de mucosidad.
No obstante, puede irritar el tubo digestivo y causar molestia intensa en el estómago y en el ano, sobre todo si se sufren de hemorroides.
Por ello, existen razones para desaconsejar su consumo en personas con úlcera gastroduodenal, gastritis, colitis, hemorroides o cistitis. Además, la capsaicina tiene propiedades medicinales es antifúngica y analgésica.
Después de conocer un poco más el pequeño pimiento picante, pasemos a la cocina y preparemos un rico... Potaje de garbanzos con chirlas y gambas
Ingredientes para 6 personas
· 600 g de garbanzos
· ½ kg de chirlas
· ½ kg de gambas peladas
· 2 tomates ramillet
· 1 cebolla
· 1 pimiento verde
· 1 guindilla
· 1 pizca de pimentón dulce
· ½ cucharada de harina integral
· ½ vaso de vino de Brandy
· 3 vasos de agua
· Aceite de oliva
Preparación
La noche anterior, ponemos los garbanzos en un cuenco con agua y los dejamos en remojo toda la noche. Al día siguiente, los cocemos en una olla exprés. Cuando estén cocidos, los escurrimos y reservamos. Para facilitar este paso, podemos utilizar garbanzos ya cocidos.
Por otra parte, ponemos las chirlas en otro cuenco con agua y sal, para limpiarlas y que suelten toda la tierra.
Ponemos una cacerola al fuego con un poco de aceite de oliva y pochamos la cebolla picada muy menudita. A continuación, incorporamos el pimiento lavado y troceado, la guindilla (sin las semillas) y los tomates lavados y troceados. Dejamos sofreír y echamos una pizca de pimentón y la harina, removemos bien para que se integre bien con las verduras y vertemos el brandy. Dejamos un par de minutos que reduzca y ponemos las chirlas.
Una vez se hayan abierto las chirlas, añadimos las gambas y rehogamos durante unos minutos. Cuando dejen de estar transparentes, que indica que están cocinadas, vertemos los 3 vasos de agua y a continuación los garbanzos escurridos. Rectificamos el punto de sal y dejamos cocer durante 45 minutos. Si vemos que se queda sin caldo, añadir poco a poco más agua.
Con esto ya tenemos el plato listo para degustar. Espero que os guste.
¡Feliz fin de semana! Un abrazo.
Realizado por Jorge Ibarra Morato y Cristina Vallespín Escalada
Fuentes
Eroski consumer.