Si día tras día te cuesta dormir o te despiertas varias veces, no te escudes en la edad o en el estrés porque tu salud se resentirá. Tiene solución y pasa por descubrir qué es lo que te quita el sueño.
El sueño, como la presión arterial, es un auténtico "barómetro de salud". Basta con comprobar las consecuencias de dormir poco o mal, además de fatiga durante el día, está demostrado que aumenta el riesgo de depresión, diabetes, problemas cardiovasculares...
Sin embargo, el insomnio siempre es consecuencia de "algo", o bien de algún trastorno que lo provoca, o de una incorrecta higiene del sueño, es decir, de malas costumbres.
Y es que, si nos atenemos a las estadísticas, los españoles somos los europeos que dormimos menos y peor, lo que incrementa un 30% los problemas de salud.
Acabamos de trabajar tarde, cenamos tarde, nos acostamos tarde... Rutinas que en nada favorecen el sueño.
En este sentido la mujer es la que se lleva la peor parte porque, además de las hormonas que juegan en su contra, el estrés que para muchas comporta una "jornada laboral" que no acaba hasta que se apaga la luz de la mesita de noche no ayuda precisamente a un buen descanso.
Pero ni las hormonas ni las obligaciones deben servirte de pretexto para resignarte a dormir mal porque tu salud va en ello. Descubrir qué hay detrás de tus malas noches y una buena higiene del sueño es la clave para vencer el insomnio.
El 60% de las personas mayores no descansa bien. La razón es que la función del hipotálamo se reduce y desde esta zona del cerebro se regulan muchos procesos, entre ellos el sueño. Esto hace que se alteren los ritmos circadianos provocando que, a medida que sumamos años, años, nos sintamos adormecidos de día o nos despertemos muy temprano. Pero lo que más influye es que, según la doctora Milagros Merino de la Sociedad Española del Sueño, con la edad aumentan los casos de apnea, principal causa de trastornos del sueño.
Los médicos coinciden en afirmar que el insomnio no debe ser visto como una enfermedad, sino una consecuencia, ya sea de malos hábitos en la higiene del sueño o de algún trastorno concreto. Por eso lo primero es identificar si hay alguna dolencia que impide que duermas bien y acudir al médico si es necesario para tratarla adecuadamente.
Cualquier situación que altere tu “paz mental”, aunque no seas consciente, hace que entres en un estado de alerta que dificulta el sueño. El estrés está detrás del 85% de los casos de insomnio ocasional (unas 3 semanas) y las mujeres de entre 40 y 49 años son las más afectadas. Además, aunque se logre conciliar el sueño, el estrés impide que sea reparador porque no se concluyen las fases de sueño profundo y REM.
Cuando se padece reflujo gástrico los ácidos del estómago suben al esófago provocando ardor. Este síntoma empeora al estar acostado y, aunque no te despierte la sensación de acidez mientras duermes, estas molestias pueden afectar al ciclo del sueño. Cenar ligero, acostarse con la digestión ya hecha y dormir con la cabeza un poco elevada ayuda a aliviar el reflujo gástrico.
Cuando la tiroides fabrica demasiadas hormonas provoca pérdida de peso, intolerancia al calor, nerviosismo y, en consecuencia, noches en vela. El insomnio es un síntoma habitual de hipertiroidismo. Una analítica para confirmar los valores de TSH, la hormona que estimula la tiroides, es suficiente para comprobarlo.
Practicar ejercicio es uno de los mejores antídotos contra el insomnio. Si es intenso hazlo solo por la mañana. Después de cenar puedes dar un paseo para relajarte.Relájate justo antes de dormir...
Con un baño.
Los aceites esenciales de melisa, albahaca, manzanilla, espliego o sándalo tienen un efecto relajante.O Escuchando música...
De la misma manera que los ritmos intensos suben la adrenalina, la música suave también relaja. Está demostrado que al escuchar una melodía tranquila se activan neurotransmisores que reducen la actividad del cerebro y del sistema nervioso: la musculatura se relaja, el ritmo cardiaco y respiratorio disminuye, baja la tensión...
Destensando la musculatura…
La tensión nerviosa está detrás de muchos casos de insomnio porque agarrota los músculos y no descansas bien. Para destensar los músculos practica este sencillo ejercicio: estirada en la cama, contrae los músculos de la cara {frente, ojos, nariz, boca...) 5 segundos y después relaja. Haz los mismo con brazos, espalda, tórax y piernas, como si repasaras cada músculo del cuerpo y siendo consciente de que lo tensas y lo destensas.
Sigue leyendo un nuevo artículo en www.DeporteySalud.info: ¿Cuantas horas necesitamos dormir?